Las ‘patellas ferrugineas’ de Melilla, 'madres' de las andaluzas

El auge de esta especie al otro lado del Mediterráneo se debe a las larvas provenientes de las colonias de este molusco en la ciudad.

Como decía uno de los personajes de la primera entrega de la película Jurasic Park, “la vida se abre camino”. Así pues, una de las especies en vías de extinción y protegidas del variado ecosistema marino melillense, la patella ferruginea, un tipo de lapa, está ayudando a la repoblación del litoral de Andalucía. Guelaya-Ecologistas en Acción, asociación en favor del medio ambiente, lleva tiempo advirtiendo mucho y en diferentes ocasiones sobre su supervivencia, puesto que consideran que proyectos como la ampliación del Puerto afectan a su supervivencia. Esta clase de molusco tiene como hábitat natural las costas occidentales del Mediterráneo, que incluyen a Melilla y otras ciudades del norte de África como Ceuta, así como a ciudades peninsulares como Málaga o Cádiz.
Recientemente, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía publicó los datos de un nuevo censo de la patella ferruginea, correspondientes al año 2014. Éstos indican que, con respecto a 2010 aumentan considerablemente, situándose en 7.666 ejemplares en las costas andaluzas. Según explica a El Faro Manuel Tapia, presidente de Guelaya, estas lapas son descendencia de las melillenses y de las del norte de África, puesto que son los únicos lugares donde esta especie ha alcanzado un tamaño de población suficiente como para generar descendencia y ser lo que conoce como “donantes de larvas”.
Así pues, Tapia considera que se debe seguir protegiendo a esta lapa en Melilla, puesto que es la única forma de repoblar el Mediterráneo de esta especie en peligro de extinción. “El número de ejemplares de Andalucía es directamente proporcional a la protección que se les dé en Melilla”, sentencia el presidente de la organización ecologista, que añade que “que se conserven las colonias de este lado del Mediterráneo es la única manera de que se recuperen las del litoral andaluz”.

Décadas de reproducción
Por otro lado, el ecologista considera que, a pesar de la buena noticia del inicio de la recuperación de esta clase de lapa al otro lado del mar, aún los resultados son escasos. “Ahora mismo, en cuatro piedras de Melilla se supera el número de las que hay en Andalucía”, apunta el presidente de la organización medioambientalista.
Además, el responsable de Guelaya sostiene que “tienen que pasar décadas hasta que esas poblaciones (las del litoral sur peninsular) sean otra vez reproductivas”, por lo que es necesario seguir preservando el hábitat de estos moluscos en la ciudad y en el norte de África.
Por otra parte, el presidente de Guelaya señala que la Ciudad actúa con un “doble rasero” en cuanto a esta especie, puesto que, por un lado establece multas que rondan los 6.000 euros ante la destrucción del entorno de esta especie y de las lapas directamente mientras pretende poner en marcha proyectos como el de la ampliación del Puerto, que requeriría “sacrificar a miles de lapas” patella ferruginea. “La protección es el principal factor para que crezca la población”, señala Tapia, que también considera que esta protección “debería seguir siendo igual porque las larvas de Melilla y Ceuta regeneran el litoral andaluz” con el fin de superar un “número crítico”, es decir, que alcancen una cantidad suficiente para poder reproducirse y generar larvas.
Asimismo, el presidente de Guelaya considera que “la protección de esta especie no está suponiendo ningún esfuerzo” ni para la Ciudad ni para los melillenses, puesto que se trata solamente de no invadir el espacio natural de estas larvas y respetar su ecosistema. Además, sostiene que esta tarea que considera poco costosa está trayendo muchos beneficios, puesto que “se están beneficiando otros ecosistemas” y se está generando “un patrimonio para el futuro”. Por tanto, señala que el proyecto de ampliar el Puerto “afectaría a la recuperación del litoral” melillense y, por ende, al andaluz.

Sin descuidos
A pesar de que Tapia considera que el proyecto de ampliación del Puerto es una de las iniciativas que el Gobierno de la Ciudad rescata de cara a los comicios electorales y se congratula de que no se lleve a la práctica, asegura que “no hay que descuidarse” en cuanto a la protección de las costas y de la patella ferruginea, por lo que sigue reivindicando la necesidad de cuidar el hábitat de esta especie, sobre todo sabiendo dependencia de Andalucía.

Guelaya asegura que "las multas de la Ciudad son a lo bestia"

Sobre las sanciones que se imponen en Melilla a las personas que dañan el hábitat de la patella ferruginea, Manuel Tapia, presidente de la asociación en favor del medio ambiente Guelaya-Ecologistas en Acción, considera que "son a lo bestia", puesto que sostiene que conservar el espacio de vida y reproducción de estos moluscos es algo que "no cuesta trabajo" a la ciudadanía ni a la Administración.
"En Melilla las multas siempre son a lo bestia", asegura Tapia, puesto que cree desmesurada la sanción de alrededor de 6.000 que dice que se puede llegar a pagar. El presidente de la asociación ve ilógico que se impongan estas sanciones cuando se anuncia la ampliación del Puerto.