La presencia de medusas en las costas melillenses no se ha hecho de notar este verano. En lo que llevamos de temporada de playa, estos seres gelatinosos prácticamente no han aparecido por aquí. Se trata de una situación que no se debe a ningún factor especial, según ha explicado a El Faro Manuel Tapia, presidente de Guelaya Ecologistas en Acción.
Ya estamos acostumbrados a que cada año las medusas invadan nuestras playas al menos un par de veces en el verano, impidiendo el baño en ellas, aunque este año no ha sido así. Por ahora, no han hecho acto de presencia o al menos en grandes bancos.
"Sabemos que la explosión de medusas va por temporadas y efectivamente esta vez ha afectado a Melilla. No es debido a nada en concreto, simplemente es que las medusas son animales y la fauna se comporta así de imprevisible", resalta Tapia.
En este sentido, aclara que la especie que se encontraba presente en nuestras aguas el año pasado, la conocida popularmente como huevo frito, se está desplazando hacia las costas de la Región de Murcia donde está creando un verdadero problema.
Pero esta inusual circunstancia no solo afecta a Melilla sino que se extiende a otras partes del litoral del Mediterráneo más cercano a nuestra ciudad, donde la ausencia de medusas es el tema de conversación más escuchado entre habitantes y visitantes.
Por si acaso encontráramos algún ejemplar suelto con la mala suerte de que nos pique, expertos de la Universidad Europea han ofrecido una serie de consejos sobre cómo debemos actuar en este tipo de situaciones.
“Si se produjeran síntomas sistémicos como dificultad para respirar, dolor en el pecho o una reacción alérgica severa, habría que buscar atención médica inmediata”, advierten, ya que uno de los inconvenientes más comunes y temidos por los bañistas en las playas son las picaduras de medusas.
Tal y como recalcan estos científicos, la Pelagia noctiluca o clavel del mar, muy frecuente en las costas españolas, puede causar irritaciones importantes. Recuerdan además que conviene tener en cuenta que supuestas soluciones como el vinagre o el agua caliente no siempre son recomendables.
En su lugar, aclaran que si hubiera tentáculos u otras estructuras fijadas en la piel, se deben retirar con unas pinzas o rascando suavemente en vertical con una tarjeta de crédito. Asimismo, resaltan que es muy importante no enjuagar con agua dulce porque eso puede provocar que más células urticantes liberen su efecto, agravando las molestias.
“Las medusas no son peligrosas en sí mismas porque su ataque nunca es activo”, aclara Juan Diego López Arquillo, buzo científico e investigador de la Universidad Europea de Canarias.
“Hablando con rigor, ni pican ni muerden, aunque sí poseen unos cnidocitos o células urticantes que contienen unas pequeñas estructuras llamadas nematocistos y con forma de un pequeño arpón, que inyectan toxinas en la piel de cualquier organismo que entre en contacto con sus tentáculos. Las reacciones que esas toxinas pueden causar en el ser humano van desde una leve irritación de apenas unos minutos hasta un dolor severo que puede durar varias horas. E incluso llegan a ser mortales en casos extremos de hipersensibilidad”, añade el experto.
Si nos alejamos un poco más de Melilla, en otros puntos del Índico y las costas australianas es más frecuente encontrar la especie Chironex fleckeri o avispa de mar, que puede causar síntomas más graves como dolor intenso o muy intenso, aumento de la tensión arterial, náuseas, vómitos y en casos muy puntuales, parálisis y fallecimiento.
Afortunadamente, aclaran que no es una especie de medusa común.
Las que sí son más frecuente encontrar en nuestra zona como bien apuntaba Manuel Tapia es la Cotylorhiza tuberculata, que tiene forma de huevo frito, o la Rhyzostoma pulmo, también conocida como aguamala o aguaviva, suelen ser bastante más grandes, aunque presentan una capacidad urticante muy inferior.
“En caso de que nos pique una medusa este verano, si se produjeran síntomas sistémicos como dificultad para respirar, dolor en el pecho o una reacción alérgica severa, habría que buscar atención médica inmediata”, alerta el profesor López Arquillo.
Estas dos últimas especies fueron las que más quebraderos de cabeza dieron el año pasado a los bañistas en Melilla. En el verano de 2023 sí que recibimos la visita de estos animalitos en las aguas de la ciudad.
Por este motivo y para los ciudadanos más temerosos de estas especies, desde este año Melilla se incluye en la aplicación Infomedusas. Una app móvil a través de la que se puede conocer la presencia o no de estas. Fue impulsaba en el año 2013 por la Fundación Aula del Mar y aunque anteriormente solo estaba disponible en la costa de Málaga, actualmente se extiende por 176 playas de la provincia malagueña, Ceuta y Melilla.
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