Con la reciente reforma de la Ley de Bienestar Animal, la mirada hacia las mascotas ha cambiado. Actualmente, muchos establecimientos ya permiten la entrada de los animales de compañía en sus instalaciones y son bien recibidos en los comercios de Melilla.
Asunta, una vecina del centro de la ciudad, se muestra muy contenta de que los perros puedan entrar en los comercios. “En Europa hay muchos sitios que hasta en los restaurantes los dejan entrar”, señaló.
Saliendo de una tienda de ropa nos encontramos con José y su alegre perrita Bimba. “Yo lo veo muy bien porque así la podemos sacar y puede venir con nosotros a todas partes”, dijo. Son muchos los ciudadanos que ven correcta esta medida, siempre y cuando vayan amarrados y, en caso de ser potencialmente peligroso, con bozal.
Otros melillenses, en cambio, no están de acuerdo con estas medidas. Fátima, una vecina de la ciudad, asegura que no le gusta que los perros entren en las tiendas porque “se pueden mear y hacer de todo. Al fin y al cabo, son animales”.
Lo mismo opina Carmen, otra melillense que, aunque está cuidando el perro de su hijo mientras está fuera de la ciudad, afirma que no está de acuerdo con esta política. “Los perros son animales. Lo huelen todo, pasan el hocico por cada rincón de la calle. No está bien que entren en los comercios porque no es higiénico”, comentó.
Hay momentos muy habituales en los que los dueños están de paseo con sus mascotas y si, por ejemplo, ven algo en un escaparate que les guste y quieran comprarlo, tienen derecho a entrar como cualquier otro ciudadano y no tener que privarse de ello. En ese sentido, muchos comerciantes de Melilla han optado por abrir las puertas a los animales de compañía.
Es el caso de Ana, propietaria de la Perfumería Elisia, que nos comenta que en su negocio son muchos los clientes que entran con sus mascotas y que estos animales siempre son bien recibidos. “No hacen ningún daño y todos los que vienen están muy bien educados”, afirmó.
Por su parte, Laura, dependienta de una conocida franquicia, asegura que la gente con animales y que quiere comprar algo, también tienen derecho a poder entrar con ellos y no tener que dejarlos fuera. La dependienta nunca ha recibido quejas de otros clientes a los que le moleste la presencia de las mascotas, pero afirma que, al fin y al cabo, es política de la empresa y los pros pesan más que los contra. “Hay gente que al ver los perros, pues se apartan o se alejan un poco. Pero no nos pueden pedir que los echemos. Ellos también tienen derecho”, apuntó.
Por desgracia, no es el caso de todos los comercios de Melilla, puesto que todavía quedan muchos que no se sienten cómodos con esta política. Aún así, algunos melillenses piensan que se está avanzando poco a poco. “Bueno, yo creo que vamos a pasos pequeños, pero se nota que la sociedad está más avanzada con el tema”, asegura Luis, un vecino de la ciudad. Lola opina igual que él, aunque cree que hay sitio para todos y cualquier opción es respetable. “Yo entiendo que haya gente a quien no les guste los animales y les pueda molestar, al igual que a los que no les gustan los niños”.
Ejemplo de este avance es que la Ley por fin reconoce a los animales como seres sintientes y, además de los comercios, medios de transporte, como los barcos, también se han vuelto más flexibles con los canes.
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