La Ciudad celebró ayer junto a la comunidad judía la fiesta del Januká. El presidente de la Ciudad aseguró que la interculturalidad tiene que seguir siendo una seña de identidad de Melilla.
El hotel Melilla Puerto acogió ayer la celebración oficial de Januka, una de las fiestas más importantes de la comunidad judía. Los representantes de las cuatro comunidades religiosas de la ciudad, el Gobierno local, encabezado por el presidente, Juan José Imbroda, el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el comandante general, Álvaro de la Peña, acompañaron a los judíos melillenses en este acto.
Tras el encendido de las velas por parte del rabino principal de la ciudad, Yamin Bittan Benzaquén, Imbroda dirigió unas palabras a todos los presentes. El presidente destacó que el acto de ayer es una nueva muestra de la convivencia que se respira en Melilla. El máximo dirigente del Gobierno local recalcó la importancia de que todos los melillenses aprendan a disfrutar y respetar las festividades de todas las comunidades religiosas que conviven en Melilla.
Imbroda señaló que “nunca son suficientes” las muestras de la interculturalidad que se vive en nuestra ciudad. El presidente aseguró que él mismo enciende en su casa una Menorá coincidiendo con la fiesta de Januká, para compartir con la comunidad judía esta celebración. “Tenemos que aprender siempre del resto de religiones, respetarnos y trabajar juntos para buscar un mundo mejor. Melilla siempre tiene que ser un ejemplo de convivencia”, resaltó.
Tras la intervención del presidente llegó el momento de la música. Simón Simoni regresó un año más a la ciudad para ofrecer a todos los asistentes un concierto, en el que música tradicional y popular se mezclaron. El artista quiso ofrecer un homenaje al recién fallecido Manolo Escobar e interpretó la conocida canción ‘Mi carro’ que logró sacar una sonrisa a todos los presentes. La espectacular voz del cantante no dejó indiferente a ninguno de los asistentes que no dudaron en animar con palmas la actuación.
Tras la actuación, todos los asistentes al evento disfrutaron de una degustación de comida tradicional judía, en uno de los salones del Melilla Puerto.
Una vez más, los melillenses demostraron que nuestra ciudad es un ejemplo de convivencia y respeto hacia las tradiciones de todas las culturas.
La festividad
La comunidad judía celebra en la Januká la victoria contra la tiranía y la intolerancia que hace 2.150 años intentó borrar de la historia a este pueblo, tal y como indicó el presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Jaime Azancot Cánovas. Así, narró que fueron los griegos los que se enfrentaron al pueblo judío pero que de forma milagrosa consiguieron librarse de esta tiranía. Además, apuntó que cuando fueron al templo para encender el gran candelabro de siete brazos observaron que sólo quedaba aceite puro para un día. Sin embargo, se produjo un milagro y las velas estuvieron encendias durante los ocho días que tardaron en traer más aceite. Desde ese momento, Januka es la fiesta que recuerda todos estos milagros.
A pesar de ser una de las fiestas más importantes de esta comunidad, los judíos no dejan de trabajar durante esta fiesta, ni existe ninguna prohibición en sus tareas cotidianas. Eso sí, es costumbre entre las familias reunirse para el encendido de las velas e intercambiar regalos. Los niños suelen jugar al ‘sevivón’.
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