Se acerca San Valentín y es momento de regalar. ¿Algo material o una experiencia? Es el dilema que tienen muchas parejas los días previos a la celebración del día de los enamorados ¿Es mejor un objeto que luego se queda colgado en cualquier estantería cogiendo polvo o un bonito momento para recordar? Parece que lo segundo está ganando mucha fuerza en los últimos años. Preparar una cena romántica, un masaje con velas, una noche de pasión o darse el capricho de irse de escapada unos días son últimamente el regalo favorito de muchos. En Melilla también está sucediendo.
Cada vez más se busca sorprender a la pareja y vivir un día que sea inolvidable. Ser original es lo más importante en los tiempos que corren aunque en ocasiones es algo complicado, por lo que El Faro da las claves de los regalos que más se venden.
En el comercio local 'Embrujadas' cuentan con todo tipo de regalos. Desde pequeños detalles a productos para crear momentos mágicos. Según explicó el propietario del negocio, Alejandro Alonso, este año han traído de todo: llaveros, cojines con frases, peluches, termos y todo tipo de objetos relacionados con el amor.
De igual manera, también cuentan con otro tipo de detalles relacionados con las experiencias. Entre ellos, cestas de baño con aceite de masajes para una noche especial, bombas para hacer un baño con sales relajantes o aceites para masajes con sabores. "Algunos son comestibles, se pueden saborear en la intimidad y no hay ningún problema. No son tóxicos", aclaró.
En su opinión, los melillenses son bastante empalagosos y les gusta regalar para celebrar el día del amor. Las parejas más estables, señaló, suelen tener un detalle el uno con el otro, pero en el caso de los primeros amores todo es más intenso. "La gente joven es más de una noche de hotel o una cenita íntima", aseguró.
Y es que crear momentos únicos está de moda. "Las experiencias están de moda y al final se convierten en una cena, una experiencia gastronómica que empieza por ahí, con una charla de pareja y después a pasar a la segunda parte, lo dejamos ahí", añadió.
Para los que son más tradicionales, las flores son siempre un acierto. Sobre todo las rosas rojas, que son la flor estrella de San Valentín. En la floristería de Encarni Jiménez ya comienzan con los preparativos de cara a este día de los enamorados. Tal y como explicó a este diario su propietaria, a pesar de que todavía las ventas están un poco flojas, esperan que la demanda aumente considerablemente en los días previos a la festividad.
"La flor protagonista de San Valentín es la rosa roja. Algunos clientes la prefieren de algún color porque a la señora le gusta en color blanca o amarilla, pero la roja es la principal", explicó Jiménez, que señaló que en Melilla hay mucho amor a pesar de ser una ciudad tan pequeña. Los melillenses son muy de regalar flores cuando llega esta fiesta.
Además, el romanticismo no entiende de edad y esto lo sabe muy bien la propietaria de la floristería. "A la gente joven de esta ciudad le da muy fuerte el amor, bastante fuerte", comentó.
Tanto, que el año pasado vendió todo el género que había encargado para este día tan especial, uno de los más fuertes para las floristerías de toda la ciudad.
Debido al éxito del San Valentín pasado, Encarni Jiménez se está replanteando traer más cantidad de género a su floristería. Entre los detalles que ya ha encargado, adelanta que se encuentran centros de mesa con rosas preservadas en varios tamaños, cajitas con plantas para los que quieran un detalle que dure un poco más o conjuntos de peluches con flores. Una gran variedad de productos para los que quieran tener un detalle con su pareja.
Celebrar el amor, ser detallista y gritar a los cuatro vientos lo que se siente por la otra persona es lo que han vendido siempre las películas románticas a lo largo de la historia. Durante los días previos a la celebración del amor, comienzan a llenarse los escaparates de las principales tiendas de todo el mundo. Así ha sido también en Melilla.
No es raro ir caminando por la calle y encontrarse corazones, motivos rosas, flores, peluches y todo tipo de producto o anuncio que incita a la compra. A pesar de que San Valentín comenzó siendo una festividad religiosa, con el paso de los años se ha convertido en un reclamo publicitario para incentivar las ventas en esta época del año. Una fiesta, que al igual que el resto, comienza antes cada año.
A pesar de que San Valentín está en todas partes, hay quien no cae en las flechas de cupido o los que creen que de romántico no tiene nada. Es el caso de Virgilio, un melillense al que esta fiesta le parece "algo excesivamente artificial". Él cree que el significado de este día se ha desvirtualizado y ahora es puramente comercial. "Yo prefiero regalar por el cumpleaños o por el día de los Reyes", comentó.
Tampoco le gusta a Antonio. Otro melillense encuestado por El Faro que señala que San Valentín es "algo importando como Halloween". Por este motivo, se niega a celebrarlo. Él no cree que sea un día para celebrar el amor.
Para los que sí lo quieran festejar, pero aún no hayan encontrado a la persona amada, también existen productos que pueden comprar de cara al día de los enamorados. Eso sí, hay que creer un poco en la providencia y dejarse llevar por la magia de las piedras o de las velas.
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