El director del Centro Penitenciario de Melilla asegura que otras demandas son la compra de gafas y de pañales l El coordinador de ‘Alternativas a la prisión’ destaca el alto nivel de asistencia al curso.
El director de Centro Penitenciario de Melilla, Francisco Rebollo, participó ayer en el curso ‘Alternativas a la prisión y asistencia a los penados’. Ofreció una conferencia sobre las acciones sociales que se emprenden en las cárceles para cubrir las necesidades de los condenados. Explicó que son muchas las ayudas que reciben estas personas para que una vez salgan en libertad puedan reinsertase en la sociedad. Una de las demandas que más hacen los internos de Melilla son las ayudas para la adquisición de tarjetas para llamar por teléfono.
Rebollo aseguró a El Faro que en 2012 se ofrecieron 400 ayudas para que los presos del Centro Penitenciario de la ciudad pudieran charlar unos minutos con sus familiares, pues muchos son extranjeros y no pueden pagarse el viaje a Melilla. Afirmó que es muy importante para estas personas saber si sus padres siguen bien de salud o cómo están creciendo sus hijos. Pero el Centro Penitenciario no sólo ofrece esta ayuda, ya que los internos también solicitan el pago de gafas, aparatos para oír mejor, la compra de pañales para sus hijos o de un viaje para poder ver a sus familiares.
El director de la prisión indicó que en 2012 contaron con 3.500 euros para repartirlos entre todas estas necesidades de los presos. Incluso cuentan con aportaciones económicas de hasta 800 euros si se da el caso de que el interno fallezca, con el objetivo de costear un entierro digno .
Rebollo explicó que los trabajadores sociales del centro son los que analizan y estudian cada caso para que estas ayudas lleguen a los que más las necesitan.
También se llevan a cabo numerosos convenios de colaboración con entidades de la ciudad. “En Melilla tenemos suerte porque las instituciones se vuelcan con nosotros”, afirmó. Uno de estos acuerdos es con la Delegación de Gobierno, que reserva 30 plazas de los planes de empleo para los internos que han salido de la prisión y no encuentran trabajo. Esto les permite ir tirando y poder costear un alquiler o la ropa que necesita su familia, apuntó.
El objetivo es que estas personas se sientan respaldados por la Administración y no vuelvan a delinquir.
Rebollo informó de que en Melilla hay unos 700 condenados con medidas alternativas a la prisión. Para llevar a cabo las penas por trabajos en beneficio de la comunidad, tienen convenios de colaboración con el Imserso, la Federación de Fútbol, que incluso les ofrece cursos de árbitros y entrenadores, y la Consejería de Medio Ambiente.
Melilla es un ejemplo
El coordinador de este curso y magistrado de la sección séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, Juan Rafael Benítez Yébenes, también participó ayer como ponente en este programa. Centró su charla en el caso de la liberación de un preso en la Semana Santa de Melilla.
Benítez Yébenes aseguró a El Faro que la ciudad es un ejemplo para el resto de España gracias a esta iniciativa en la que participan el Voluntariado Cristiano de Prisiones y la Cofradía del Cautivo. Explicó que en otros lugares se hace una liberación de un condenado en Semana Santa, pero en ninguno hay un seguimiento y un trabajo de asistencia social como en Melilla.
“La ciudad lleva en su escudo los títulos de muy valerosa y caritativa y es que los tiene por méritos propios”, destacó.
El coordinador de este curso indicó que lo importante de la liberación del preso no es si procesiona o no con el Cristo, sino que va a contar con el respaldo de muchas personas. “Es una herramienta eficaz para reinsertar socialmente a un penado”, apuntó.
Benítez Yébenez afirmó que cualquier persona puede cometer un error en su vida. “Todos nos equivocamos y podemos tropezar. A lo mejor no somos capaces o no sabemos la manera de levantarnos, pero si encontramos una mano amiga que nos ayuda a salir del pozo o del barranco, como hace la Cofradía y el Voluntariado de Prisiones, podemos vivir de forma honrada”, resaltó. Además, añadió que ninguno de los trece liberados por esta iniciativa ha vuelto a delinquir, por lo que se trata de un programa de gran éxito.
Por último, mostró su satisfacción por lo bien que se ha desarrollado esta primera actividad promovida por la Asociación de Estudios Penitenciarios. Señaló que el número de matriculados era muy alto, pero también lo ha sido el de alumnos que han asistido a las conferencias.
Conciliar dos posturas, la visión de la Fiscalía
El fiscal de la sala II del Tribunal Supremo, Javier Huete Nogueras, ofreció ayer una conferencia sobre ‘Los criterios de la Fiscalía General sobre las penas y medidas alternativas’. Aseguró que la posición de la Fiscalía es conciliar dos posturas. Por un lado, debe exigir el cumplimento de la pena en nombre de la víctima y por otro, se debe analizar el caso del condenado para que su reinserción social sea efectiva en un futuro.
Huete afirmó que no todos los presos pueden acceder a medidas alternativas. Pero destacó que en la prisión, estas personas cuentan con todos los programas, ayudas y apoyos psicológicos y sociales que necesitan.
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