Más del 90% de los alumnos españoles de la ESO hacen alguna actividad extraescolar y más de la mitad van dos o más veces a la semana a clases extraescolares, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Esto les ayuda a tener un perfil formativo diferenciado y aporta valores sociales, aumenta el autoestima, la autonomía y el desarrollo de sus capacidades.
En Melilla muchos alumnos de todas las edades suelen hacer alguna actividad después de sus clases en el colegio. El Faro ha salido a la calle para comprobar si los melillenses ven las actividades extraescolares como una herramienta favorable para el futuro profesional de los niños.
"Yo creo que sí, ayuda al autoestima y al trabajo en equipo", reconoció Yolanda. Esta melillense cree que los niños haciendo actividades extraescolares en grupo aprenden a compartir y a saber ganar y perder, valores importantes para el futuro. "Yo creo que deberían ir todos los días", dijo.
Precisamente, las actividades extraescolares favorecen el desarrollo de los niños y les ayuda a descubrir intereses y maximizarlos. Además, mejora la autonomía, la autoestima y a potenciar sus capacidades. "Pueden completar e impulsar la formación y el desarrollo de los niños y niñas, además de contribuir a formar personas únicas y con un perfil formativo diferenciado, lo que favorece su futura inserción social y laboral", afirma Sylvie Pérez, profesora de los 'Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación' de la 'Universitat Oberta de Catalunya'.
"Siempre, los niños en las actividades extraescolares aprenden mucho", dijo Paloma. Esta joven cree que en este tipo de actividades se puede profundizar en conocimientos o aprender otros que no se suelen dar en los colegios. Para ella dentro de Melilla, la oferta de extraescolares está muy bien y es completa.
Además de potenciar su futuro laboral, para Jordi Perales, tutor del máster de 'Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje' de esta misma universidad, "realizar actividades extraescolares favorece al desarrollo socioafectivo". Al acudir a entornos diferentes, los niños "pueden aprender a identificar y gestionar emociones, formarse con otros referentes adultos, establecer amistades diferentes a las del colegio, etc. Asimismo, les aportan conocimientos y competencias que en el sistema educativo reglado pueden no trabajarse profundamente", añade este profesor.
Esta lección la tiene muy aprendida Silvia. Ella es profesora de infantil y sabe mucho de esto. "Me encanta que los niños, aparte del colegio, tengan otras actividades para poder socializarse con los demás y no solo quedarse con los niños del cole sino que tengan un montón de amigos en e baloncesto, el baile o donde sea".
Además, para ella en este tipo de actividades se puede hacer mayor hincapié en otros valores como el trabajo en equipo. "Sí que se hace en el colegio, pero en actividades deportivas, por ejemplo, se hace más hincapié en ello", comentó. "No todo tiene que ser lo que hay en el cole, se puede ir por otras ramas", añadió esta profesora.
Sin embargo, los expertos recomiendan que estas actividades no pueden ser obligatorias para los niños, para que puedan aportar estos beneficios. Tienen que ser un espacio que les guste y un ambiente en el que se sientas cómodos, aceptados y contentos.
"No se trata solo de "compensar" aquello que la escuela no pueda ofrecer, sino de permitir al niño o niña que pueda dedicar su tiempo a actividades que le gusten" explica Perales.
Cómo elegir
Una de las primeras recomendaciones de los expertos es que los padres simplemente observen a su hijo para ver qué intereses tiene. Se trata de ver qué puede necesitar, pero no de la visión de suplir lo que debe aprender en el colegio.
Entre las opciones, la profesora de la UOC destaca el estudio de inglés, francés o cualquier otra lengua, siempre y cuando al niño o niña le guste esta actividad y no suponga una dificultad añadida a las tareas y aprendizajes que ya hace en la escuela.
"El inglés tiene mucha salida", comentó Antonia. El idioma es una de las mejores opciones para esta melillense. Su nieta no solo está aprendiendo inglés porque hoy en día se hace muy necesario sino que le gusta, asegura Antonia. "Saca muy buenas notas en inglés", presumió esta abuela.
También son buenas opciones la música, la danza y las actividades artísticas (como la pintura o las manualidades), así como cualquier deporte, de acuerdo con la edad evolutiva.
Una vez elegida la actividad extraescolar junto con los hijos, los expertos aconsejan mantenerla al menos dos trimestres para enseñar el valor del compromiso y dar una oportunidad a los nuevos ambientes.
En esto está de acuerdo Benaise. "Para darle la mejor educación a tus hijos tiene que ser así", comentó. Para este melillense, las actividades extraescolares son positivas y se tienen que aprovechar ya que "tiempo atrás no había", comentó.
En cuanto al tiempo que hay que dedicar semanalmente a estas actividades, lo ideal es no sobrecargar la "agenda" de los más pequeños ocupando todas sus tardes con actividades extraescolares. Como explica Jordi Perales, se considera que se está dedicando un tiempo excesivo "si no se permite al niño o niña descansar, jugar e incluso aburrirse de vez en cuando".
Este punto lo tiene muy claro Rosa. Esta melillense cree que depende de la actividad extraescolar a la que vayan los niños, puede o no influenciar en su futuro laboral. Para ella los idiomas que sí que serían idóneos.
A pesar de que sean actividades buenas para el futuro de los más pequeños, Rosa cree que no hay que pasarse. "Ponen demasiadas actividades para los niños, no tienen vida como antes para jugar o para divertirse", comentó. "Si no el kárate, es el judo o el ingles, los niños tienen que jugar más y ser los de antes", añadió.
Rosa ya no ve muchos niños en la calle jugando como antes. "Están todo el día estudiando", considera.
Aunque depende de las circunstancias de cada alumno, como orientación, Sylvie Pérez aconseja un máximo de tres tardes semanales ocupadas con extraescolares. Además, hay que evitar acumular diferentes extraescolares en una misma tarde.