A María del Mar Alfaya no se le conoce experiencia política previa a ir en las listas del PP en las elecciones de 2019, cuando aún era decana de la Facultad de Ciencias de Salud del campus universitario de la Universidad de Granada en Melilla. Ocupó el puesto número 4 de la candidatura popular, lo cual da una idea de la importante apuesta que el partido hizo sobre su entrada en la política activa. Profunda conocedora de la vida universitaria, ha sido crítica con el Gobierno por los retrasos en la puesta en marcha de las obras de reforma del antiguo edificio de Correos y la nula gestión en traer nuevas titulaciones a Melilla, entre otros aspectos. Enfermera de profesión y titulada en antropología, actualmente es profesora indefinida en el departamento de Enfermería de la Facultad de Ciencias de Salud de la ciudad. -¿Realmente Melilla puede reunir los requisitos para ser una ciudad universitaria? -Por supuesto, a fin de cuentas una Ciudad Universitaria es la forma de agrupar los edificios e instalaciones destinados a enseñanza superior, especialmente universitaria, en un mismo terreno. -¿Qué opina de que se haya dicho que las obras del edificio de Correos vayan a comenzar en el primer semestre del año? -A mí me parece que van muy rápido. Si contamos los plazos normales, no creo que se vaya a hacer nada hasta el segundo semestre. Quieren correr mucho ahora cuando tienen el tema paralizado desde hace años a pesar de que el PP dejó el anteproyecto hecho y los acuerdos con la Universidad de Granada cerrados. -¿Qué le parece que esa sea una de las patas para el futuro económico de la ciudad tal y como plantea su partido? -Un acierto total y un proyecto con y para el futuro. La vida universitaria atrae jóvenes, revitaliza la población y, sin duda, es un motor impulsor de la economía directo e indirecto. Tenemos titulaciones con un alto porcentaje de estudiantado que proceden de fuera de la ciudad, que vivirán en Melilla durante años, algunos se quedarán y otros se renovarán con nuevos cursos. En determinadas fechas, como las de actos de graduación, vendrán familiares y allegados. Las calles, comercios, hostelería, y cualquier sector se beneficiará. Hay quienes hacen semejanza con la época de “la mili”, y algo puede haber. Sin ninguna duda, además la promoción de nuestra ciudad está garantizada con estos estudiantes y familiares que aprovechan para conocerla y sorprenderse muy gratamente. -¿En qué situación se encuentra la universidad en Melilla en estos momentos? -Como hace casi cuatro años, no se ha avanzado nada y no avanzar, en instituciones y proyectos de ciudad, es retroceder. Es una pena que el gran impulso y la apuesta firme del Partido Popular se hayan paralizado, como otros tantos proyectos. Es muy lamentable. La Sra. Rojas en este tema, no solo no ha cumplido con lo que se comprometió a hacer, además ha mentido públicamente en pleno, como pueden comprobar en hemeroteca. Se comprometió con la rectora para dar prioridad a tres proyectos pendientes: La reconstrucción del edificio de correos, un proyecto retenido y demorado con excusas injustificables. Llevar a cabo la ampliación del edificio principal del Campus, para lo que afirmó haber liberado el dinero a la UGR con el que se podría iniciar la obra, algo totalmente falso y que, además no existe el convenio requerido. Construir el Pabellón Deportivo, lo único iniciado y que le gustaría ver concluido antes de acabar esta legislatura, algo bastante improbable. También lanzó un video con un proyecto de Ciudad Universitaria, en terrenos que no consta su construcción en PGOU. En un pleno, aseguró que acababa de recibir la autorización por parte de Defensa aireando un documento que supuestamente daba fe de ello. Les aseguro que volvió a mentir, dado que es inexistente, no consta ningún expediente. -¿Es distinto el universitario actual al de hace 20 años? -Bastante, tanto desde el punto de vista académico, como el de los propios estudiantes. Se vive, piensa y proyecta el futuro de forma diferente. Aspectos como el emprendimiento, la movilidad nacional e internacional o estudios de posgrado se han incorporado como elementos claves en la formación. -¿Cómo definiría su experiencia en política? ¿Repetiría en la Asamblea? -Ha sido difícil compaginarla con mi periodo como decana que concluyó en marzo del año pasado. Difícil también por mi falta de experiencia en una época, valga la redundancia muy difícil. Me ha servido para comprobar cómo han trabajado y trabajan incansable y responsablemente mis compañeras y compañeros del Grupo Popular. He tenido la oportunidad de conocer de cerca a nuestro presidente y ver en él un líder indiscutible, fuerte, seguro y con las cosas muy claras: trabajar por y para Melilla. Por ello mi balance, como experiencia es positivo, aunque me hubiera gustado estar a la altura de mis compañeras y compañeros, los cuales merecen todo mi respeto y admiración. ¿Si repetiría en la Asamblea?, sinceramente para mí fue una sorpresa cuando me propusieron formar parte de esta legislatura. En estos momentos, si hay algo que tengo claro es que seguiré trabajando para la ciudad y lo haré desde cualquier posición dentro del partido. Afortunadamente, y esa es otra gran experiencia, el Partido Popular cuenta con un gran número de personas, motivadas y desinteresadas, que trabajan seriamente en los distintos órganos y comisiones. Es un trabajo no visible, pero fundamental. Considero que quien decida quiénes formarán parte de la Asamblea, lo hará con los criterios que garanticen que será un grupo sólido y preparado para afrontar la próxima legislatura. -¿Qué le ha aportado personalmente sus responsabilidades políticas? -Como he comentado antes, ha sido una experiencia al conocer desde dentro un terreno en el que nunca pensé estar. He aprendido y tengo un gran respeto la responsabilidad que supone. -¿Cuál es la principal crítica que le hace al Gobierno? -Su desgobierno, su irresponsabilidad, su “todo lo que van a hacer” sin que concluyan nada ... sería una larga lista. Si hay algo que me ha sorprendido es la utilización de la mentira, la falta de respeto y el estar haciendo oposición a la oposición especialmente en los plenos, para justificar su incompetencia.