"La vecindad hispano-marroquí no es tan benigna como, a veces, se nos dice desde las altas instancias"

El próximo día 16 de septiembre, el Observatorio de Ceuta y Melilla recogerá la Medalla de Oro de la Ciudad, coincidiendo con las celebraciones del Día de Melilla.

El profesor Carlos Echeverría será el encargado de aceptar el galardón en nombre de esta entidad creada en 2024.

El Faro habló con él días antes de este acto para saber cómo acogió esta noticia: “nos lo comunicaron desde el Gobierno y ha sido una sorpresa muy agradable porque es un reconocimiento al esfuerzo que estamos haciendo, coordinando aproximaciones de personas y explorando ideas. Es un impulso muy necesario para trabajar desde diferentes especialidades y te anima a seguir adelante, así que estamos muy contentos”.

El Observatorio de Ceuta y Melilla nació hace cuatro años: “éramos y seguimos siendo un grupo pequeño de personas a la que nos une el interés por profundizar en el conocimiento de ambas ciudades, pero no sólo en términos de satisfacción intelectual sino por transmitir un mensaje a la sociedad y a las autoridades en el sentido de que la situación de Ceuta y Melilla era y es de vulnerabilidad”.

El Observatorio forma parte del Instituto de Seguridad y Cultura y surgió poco antes de la pandemia porque “vi la oportunidad de crear este Observatorio que es una estructura muy sencilla, pero fundamentalmente es un esfuerzo sostenido en el tiempo, explorando temas y conectando a las personas. Todo aquello que elaboramos tiene interés para España y Europa. Tenemos dos ciudades en el norte de África y cuando tocamos temas particulares, tales como la dimensión económica o el tema fronterizo lo hacemos con la mirada puesta en que es necesario que las autoridades políticas sepan que al otro lado hay un país que reclama lo que nunca ha sido suyo. Por ello, desde el Observatorio invitamos a la acción política”.

Siempre escuchamos que Melilla es la gran desconocida de España y que existen muchos prejuicios respecto a esta región, pero ¿por qué los españoles somos tan reacios a conocer esta ciudad?: “hay varios obstáculos. El primero es el logístico y económico, aunque nosotros invitamos, y yo el primero, a que visiten Melilla. Existe, también la posición geográfica de ambos territorios, eso juega en contra en la medida en que dificulta el acceso. No es tan fácil como coger e irse a Santiago de Compostela por carretera. Por otro lado, existe un enorme desconocimiento y Marruecos procura, además, jugar a la confusión cuando habla de colonias, enclaves, ciudades ocupadas o de presidios. Marruecos está haciendo una labor en su beneficio y en perjuicio nuestro porque esos cuatro términos transmiten una idea, digamos, degenerativa. Todo eso juega en contra del resto de españoles y el resto de europeos. Para desplazarse a Melilla alguien tiene que animarles a ello y estoy hablando, en primer lugar, de los españoles. Es fácil culpar al resto de los europeos, pero en España tenemos una labor importantísima y tenemos que trabajar mucho más haciendo pedagogía”.

Melilla se caracteriza por una idiosincrasia muy particular y el Observatorio es consciente de ello: “Melilla es una ciudad riquísima en cuanto a las culturas que la componen. Es también una ciudad con un ambiente ejemplar de convivencia. Melilla no es coexistencia, como existe en otras ciudades de Europa donde diferentes culturas coexisten, pero no conviven. Melilla y Ceuta son auténticos laboratorios de convivencia que tenemos que preservar y para preservarlos hay que darlos a conocer porque el que no conoce no tiene la necesidad de defender nada”.

Pero si hay algo importantísimo es que “Melilla y Ceuta son ciudades democráticas en el norte de África. Son ciudades que son territorio español y de la Unión Europea y el Derecho Comunitario se aplica en ambas ciudades. El Derecho Comunitario, en términos medioambientales, se aplica en las Islas Chafarinas y en los peñones. Es decir son lugares privilegiados que tenemos que ensalzar y conocer para protegerlos mejor, para integrarlos mejor en el resto del Estado y en Europa. Ahí tenemos que hacer una labor conjunta entre España y el resto de Europa. Aquí está la frontera exterior terrestre de la UE. Esto es otra dimensión tan importante como las anteriores, aunque en momentos de flujos migratorios hay quién cree que es un asunto incómodo, pero hay que abordarlo para que no desborde esas vulnerabilidades que existen en Ceuta y Melilla”.

Fracaso escolar, paro son situaciones que se dan en Melilla en mayor medida que en el resto de zonas del territorio español, lo cual no es una casualidad: “se debe a la propia idiosincrasia de Melilla y el Gobierno central dentro de sus planes estratégicos debería contemplarlas. Las personas que viven en este espacio de convivencia es un privilegio, pero si no ven su futuro asegurado, si no hay expectativas nos podemos hallar con situaciones preocupantes. No olvidemos que estamos en la frontera económica más dramática del mundo. La frontera de España con Marruecos es una frontera terrestre, aunque Marruecos diga que no tiene fronteras terrestres con España como dijo en la ONU. Cuando dice eso miente. Esta frontera es un abismo económico en el Índice de Desarrollo Humano. España ocupa el puesto veintitantos y Marruecos el 130 lo cual tiene su impacto”.

Desde Melilla existe, a veces, la sensación de que desde el Gobierno central se olvidan de la ciudad, un sentimiento que entiende Carlos Echeverría: “entiendo que los melillenses se sientan así y de ahí nuestra invitación a las autoridades políticas, empezando por el Gobierno central. Vamos a ver, la vecindad hispano-marroquí no es tan benigna como, a veces, se nos dice desde las altas instancias y los lugares más apropiados para ver eso son, precisamente, Melilla y Ceuta. Cuando se está permanentemente insistiendo en mentiras, como decía antes, sobre que estas ciudades tienen que pasar a sus manos, pues la actitud no es muy amistosa. ¿Eso hay que denunciarlo? pues, sí. Hay que estar continuamente respondiendo y hay que evitar ser unas autoridades reactivas y ser proactivas. Marruecos es un país muy empecinado, no va a cambiar actitud respecto a su reclamación, pero si ve una actitud firme, coherente y cohesionada por parte de España, de sus autoridades políticas y de Europa las cosas cambiarían”.

Con relación a Europa, desde el Observatorio tienen muy claro su papel en las relaciones entre España y Marruecos: “a Europa no hay que mendigarle ayuda. Tenemos que transmitir una claridad de ideas. Si Marruecos ve eso, aunque siga manteniendo sus reclamaciones, estará en una posición más incómoda para llevar a cabo sus estrategias híbridas como ha hecho”.

En la actualidad, Ceuta y Melilla están exentas del denominado espacio Schengen​, es decir el área de libre circulación que comprende a 29 países europeos que han abolido los controles fronterizos en las fronteras comunes, también conocidas como fronteras internas.

Sobre incluir a Melilla dentro de este espacio, Echeverría explica que “Ceuta y Melilla están en el acuerdo, pero ha habido una exención, porque hasta hace nada el flujo de población de un lado a otro era constante, e imponer un visado no era práctico, podía ser un elemento distorsionador. Ahora bien, cuando Marruecos pone en marcha medidas como las que ha llevado a cabo y sobre todo desde aquella invasión auténtica a Ceuta en mayo del 2021 pues claro las cosas han cambiado y Marruecos también cerró la aduana con Melilla que existía desde el siglo XIX, generando una situación muy difícil. Ante este panorama, nuestro futuro tiene que estar con el resto del Estado y con Europa”.

Respecto a un posible tratado bilateral entre Marruecos y España, Carlos Echeverría opina que “eso es muy importante, pero sin perder de vista que la iniciativa tiene que ser nacional. Si damos una imagen de credibilidad entonces la Unión Europea está obligada a ayudarnos porque es una organización supranacional de integración y ahí todos tenemos que arrimar el hombro. La prioridad es nacional y para ello hay vertebrar España. En concreto Ceuta y Melilla con el resto de territorios de la península a través de relaciones portuarias, tecnológicas... porque antes lo que existía era una economía de frontera. Eso se ha acabado y no va a volver”.

Desde el punto de vista económico, el Observatorio opina que “la economía española en Ceuta y Melilla tiene que mirar en otras direcciones, no podemos priorizar el sur. El sur es una frontera más, pero no la prioritaria como era antes”.

El Observatorio de Ceuta y Melilla se muestra optimista respecto a nuestro futuro, subrayando que “hay muchas oportunidades para Ceuta y Melilla, pero se tienen que definir e implementar”.

Sin duda, la Medalla de Oro al Observatorio de Ceuta y Melilla es más que merecida, teniendo en cuenta que con sus informes contribuyen al desarrollo de nuestra ciudad que ya mira al norte.