El sindicato policial considera que podrían haberse escondido en alguno de los vehículos que transportan materiales de construcción y que cruzan Beni-Enzar de madrugada. La última entrada de inmigrantes de manera irregular en Melilla, que tuvo lugar en la madrugada del pasado miércoles, continúa estando llena de interrogantes, pues todavía no se ha ofrecido una explicación oficial sobre cómo lograron llegar a la ciudad, pese a que la Delegación del Gobierno anunció la semana pasada que se había puesto una investigación en marcha. El método que utilizaron sigue siendo una incógnita. La Unión Federal de Policía (UFP) señaló en la jornada de ayer que la posibilidad que cobra mayor peso es la de que los inmigrantes entraran en Melilla ocultos en alguno de los camiones que transportan materiales de construcción y que suelen cruzar el puesto fronterizo de Beni-Enzar de madrugada. En declaraciones realizadas a El Faro, el secretario de Organización de la formación sindical, José Guerrero, recalcó que la hora a la que estos vehículos cruzan la frontera coincide con el momento en el que se localizó a los 24 inmigrantes de origen subsahariano, a las 5:00 horas aproximadamente. Tal y como también señalaron fuentes de la Guardia Civil y la ONG Prodein, las otras vías de entrada quedan “prácticamente descartadas”, en opinión de Guerreo. “Tanto la valla como los diques están vigilados constantemente. Es muy extraño que logren colarse por ahí sin ser detectados, máxime si tenemos en cuenta que iban con una mujer embarazada y con un menor de edad”, aseveró. Así pues, opinó que los inmigrantes se podrían haber ocultado en un doble fondo de los camiones que transportan materiales de construcción, pues estos no se inspeccionan tan a fondo como el resto de vehículos. “A un camión que lleva gravilla no se le puede practicar un examen tan profundo como a un coche o a una furgoneta normal y corriente”, agregó. Por último, descartó la posibilidad de que ahora haya un agujero en el perímetro fronterizo cerca del Arroyo Mezquita, como el que señaló como punto de entrada de los menores. La formación sindical también se pronunció sobre la denuncia que realizó la semana pasada el juez decano de Melilla, Lorenzo Pérez Conejo, referente a que algunas personas que deben comparecer ante los juzgados de la ciudad dos veces al mes al estar en libertad condicional, generalmente procedentes de Marruecos, “trafican” con el documento que deben sellar haciendo que otros ciudadanos marroquíes sin documentación alguna puedan pasar por la frontera. El secretario de Organización de la UFP valoró positivamente la propuesta de que cada quince días, el 1 y el 15 de cada mes, un agente se desplace a la frontera de Beni-Enzar para gestionar y controlar la entrada de las personas que pretenden entrar en Melilla con este documento. “Desde luego, el control sería mucho mayor que el que existe ahora”, aseguró Guerrero, quien concluyó destacando que la solución propuesta por el juez decano era “la más idónea”.
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