La UD Melilla no puede con un Rayo que fue un vendaval

Los melillenses, lo intentaron sobre todo en el juego a balón parado.

La Unión Deportiva Melilla encajó una merecida derrota ante un Rayo Majadahonda que fue muy superior. De este modo, el equipo unionista encadena dos jornadas sin ganar y lo peor de todo es que parece que ha entrado en un estado decadente en el que está mostrando su peor versión después de la llegada de los refuerzos de invierno. El equipo azulino tiene que intentar salir cuanto antes de la espiral negativa en la que está inmerso para alejarse de la zona de descenso de la que tan solo le separan 3 puntos y del puesto de playout del que se encuentra a 2. Para ello tendrá una oportunidad de oro el próximo fin de semana en la visita que realizará al Municipal Nuevo Matapiñonera, feudo del 'farolillo rojo' del Grupo donde se medirá al San Sebastián de los Reyes. El Rayo Majadahonda fue el dominador claro de una primera mitad en la que pudo dejar sentenciado un partido ante una UD Melilla que se vio superada en todas las facetas del juego. Lo mejor para la escuadra azulina fue, sin dada, el 0-2 que imperaba en el electrónico. Y es que desde el pitido inicial los visitantes se mostraron mucho más ambiciones que los locales, con continuas llegadas a las proximidades del área y generando ocasiones suficientes para irse al descanso con un marcador más holgado, pero de nuevo Oleaga con sus intervenciones lo impidió. Habrán Junior fue el primero en intentarlo con un lanzamiento de libre directo que se marchó cerca del palo derecho del portal defendido por Galván. Al filo del minuto diez de partido Tamayo aprovechó un intento fallido en el despeje de Diana para plantarse ante Oleaga, quien abortó con éxito el intento de vaselina del atacante rayista. La respuesta no tardó en llegar por mediación de Dani Vega, cuyo disparo desde la frontal se perdió cerca del portal madrileño. A raíz de ahí, el Rayo llevó las manijas del partido a su antojo. Llorente adelantó a su equipo con un lanzamiento de libre directo algo lejano que acabó con el balón dentro de la portería melillense tras golpear en la barrera. El gol dejó más tocado aún al cuadro azulino, que pudo encajar el segundo tan solo dos minutos después en una acción en la que Carlos Bravo se plantó ante Oleaga, pero el meta azulino aprovechó su estatura para abortar el intento de vaselina. El 0-2 llegó a poco del intermedio en una jugada protagonizada por Carlos Bravo, quien en esta ocasión se encontró con la fortuna de cara puesto que Jordi Ortega introducía la pelota en su propia portería. La cosa pudo ser peor, pero Oleaga lo impidió con buenas intervenciones, primero a disparo de Tamayo y a renglón seguido a tiro de Carlos Bravo y de Carlitos al que le llegó el rechace. La Unión Deportiva, visto lo visto, se marchó al descanso aún viva. Tras el paso por los vestuarios el guión apenas varió. El equipo capitalino supo defender con orden la sustanciosa ventaja obtenida en unos primorosos cuarenta y cinco minutos y apenas pasó apuros en los 45 restantes. Manolo Herrero movió ficha dejando a Michelle Diana en el vestuario y dando entrada al capitán Mahanan para dar algo más de solidez a una timorata defensa. La entrada de Higón y Carrión también dio algo más de chispa al apagado juego unionista, aunque las ocasiones de verdadero peligro brillaron por su ausencia. Habrán Junior lo intentó con un lanzamiento de libre directo cercano a la corona del área al que Galván respondió metiendo los guantes para enviar a córner, que se sacó sin consecuencias. Los azulinos, ahora con el viento de levante a favor y con las líneas más adelantadas, tuvieron más presencia en campo contrario, cosa que aprovechó el Rayo Majadahonda para montar una contra letal guiada por Carlos Bravo que aprovechó su velocidad para plantarse ante Oleaga y batirlo de tiro cruzado a pesar del intento del meta local a punto estuvo de evitar el gol, pero la pelota traspasó claramente la línea de meta. Fue la puntilla definitiva para una UD Melilla desdibujada que se vio desbordada por un Rayo que en algunas fases del duelo fue un auténtico vendaval por el fútbol desplegado.