Sor Adelina dio una lección a los cristianos de cómo vivir con intensidad la Semana de Pasión l En un discurso cercano, lleno de poesía y música en directo, usó las nuevas tecnologías para que vieran y sintieran su emoción
Con la sencillez que la caracteriza, sin grandes palabrerías y desde la humildad de una persona que dedica su vida entera a algo tan hermoso como es cuidar de los más desfavorecidos, sor Adelina Sánchez Vela ofreció ayer el pregón de la Semana Santa. Con la energía que la caracteriza emocionó, riñó y animó a los cristianos, que llenaron la iglesia del Sagrado Corazón, a vivir la Semana de Pasión con la misma intensidad que lo hace su corazón. “La Semana Santa no es una simple tradición, sino una manifestación de la fe”, aseveró esta hermana que pertenece a la congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña, más conocidas en Melilla como las religiosas de la Divina Infantita. La pregonera hizo que repartieran por toda la iglesia varias televisiones para que los presentes vieran las imágenes que se proyectaron sobre la Semana de Pasión de Melilla y a la vez sintieran su emoción.
Pero esta religiosa no sólo incluyó las nuevas tecnologías en su discurso. Dedicó parte de su tiempo a leer poesías para describir lo que siente por la Semana Santa y además, estuvo acompañada en el altar por dos cantaores. Pepe Pozo entonó con la fuerza del flamenco una saeta dedicada al Cristo que soportaba la cruz. El otro cantante no era conocido por los asistentes. Se trata de Agustín, un interno del Centro Penitenciario. La pregonera ‘consiguió’ que le dieran un permiso de seis horas para que pudiera cantarle al Jesús crucificado.
Decenas de personas estuvieron en este acto con el que se anuncia la Semana de Pasión de la ciudad, entre ellos, autoridades civiles y militares, como el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, además de un gran número de miembros del Gobierno local, y los representantes de las cofradías y hermandades.
Vivir como si fuera la última
Sor Adelina estuvo tentada de decir que no a ser pregonera. No se veía con capacidad como para hacer un discurso lo suficiente elocuente como para animar a los melillenses a salir a la calle y participar en la Semana Santa. Destacó que carecía de formación académica para hacer un pregón con palabras bonitas. Pero luego, lo pensó mejor. “Cuando en lo que haces pones alma, vida y corazón, no hay que tener miedo”, aseveró. Explicó que no tiene estudios, pero que, en cambio, “en la carrera del amor, que es la que importa, tiene mucha experiencia”.
Para la pregonera, los cofrades deben vivir la Semana Santa como “si fuera la última de su vida”. Les animó a mirar con perspectiva los contratiempos que puedan surgir en esos días y a luchar todos unidos, como “hermanos en el sufrir y en el gozar”.
Sor Adelina no desaprovechó la oportunidad para hacer reflexionar a los cofrades. Les preguntó si realmente están haciendo todo lo que pueden o se deben ponerse manos a la obra para que sus hermandades reflejen el recogimiento y la devoción de estos días.
De espectadores a penitentes
“Por las calles del mundo pasan a diario anónimas procesiones de hombres que cargan con su cruz y arrastran su pena y su dolor sin encontrar una mano amiga que le eche una mano para aliviarle el peso de tanta injusticia,indiferencia y marginación”, aseguró esta religiosa. De esta forma, resaltó la importancia de que los cristianos hagan como Verónica, aquella mujer a la que no le importó el qué dirán y se acercó a Cristo, cuando cargaba con la cruz, para secarle el rostro.
“Hacen falta redentores a la vez que sobran oportunistas. Escasea gente que eche una mano y abundan los mirones”, señaló.
En su pregón, aseveró que hay que dejar de ser “espectadores” para ser “penitentes”, así como ser más solidarios y ver a Jesús en aquellos hombres que cargan con sufrimiento y dolor. “No pases de largo, es tu hermano”, afirmó.
Por ello, sor Adelina explicó que a diario la Semana Santa se repite con aquellas personas que están faltas de amor y que cargan con cruces que les hacen sufrir.
Pregón con dedicatoria
La pregonera también hizo un repaso por varias escenas de la Semana de Pasión a través de varios versos. Recordó la alegría del Domingo de Ramos y de cómo la gente agita sus palmas para dar la bienvenida a Jesús. También habló sobre la Virgen de La Soledad, aunque aseguró a los cofrades que cuando dijera este nombre, cada uno pensara en su Señora. De hecho la lectura de estas dos poesías protagonizó la anécdota de la noche. Sor Adelina se interrumpió a sí misma y contó a todos que se había saltado estos versos y que lo sentía mucho, pero que volvía a atrás del discurso para leerlos. “Si no lo hago no soy yo”, afirmó y consiguió no sólo hacer sonreír a los presentes, sino un fuerte aplauso, tan fuerte como el del final del pregón.
Por otro lado, la religiosa dedicó sus palabras a las hermanas con las que comparte la misión de cuidar de 30 niñas que no tienen familia y también a ellas envió un gran abrazo. Pero además tuvo un recuerdo muy especial para Pepe Imbroda, que fue miembro del Ayuntamiento y que falleció hace unos meses, y con quien tenía una buena amistad.
Para finalizar el acto, la Agrupación de Cofradías le hizo entrega del Nazareno de Plata, una insignia con la que se distingue a todos los pregoneros de la Semana Santa de Melilla. El encargado de ponerle este pin fue pregonero de 2014, Francisco Gámez.
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