Francisco García sufrió el pasado 2 de febrero una arritmia cardiaca en su domicilio y estuvo 4 minutos inconsciente, el hombre agradece la actuación de los agentes.
Francisco García volvió a nacer el 2 de febrero. El melillense llegó a casa al mediodía, después de la jornada de trabajo en el Centro Asistencial de la ciudad, y se encontró mal, pocos minutos después había perdido el conocimiento. Pero la rápida reacción de su esposa, la ayuda de varios agentes de la Policía Local y la intervención del 061 permitieron que el hombre pueda ahora contara su historia.
García tiene 48 años y asegura que nunca antes había sufrido una arritmia cardiaca y que tardó pocos minutos en perder el conocimiento, la historia la reconstruye con lo que su esposa le ha ido contando. El hombre explica que fue ella la que al ver que perdió el conocimiento, se asomó a la ventana y vio que en la calle había varios agentes de la Policía y decidió pedirles ayuda.
Los agentes no dudaron en subir a la vivienda, del barrio de El Industrial, para prestar al hombre los primeros auxilios, así fue precisamente uno de los policías el que le dio los primeros masajes cardiacos, sin embargo Francisco no terminaba de responder y tuvieron que llamar al 061, para que una UVI móvil se trasladara la vivienda y atendiera al enfermo, que seguía sin recuperar la consciencia.
La Policía escoltó a la ambulancia para que llegara más rápido a la vivienda y pudiera atender cuanto antes al hombre. García, que estuvo casi cuatro minutos inconsciente, necesitó que los efectivos sanitarios utilizaran un desfibrilador para que pudiera reaccionar.
Una vez que lograron estabilizarlo, lo trasladaron a la UCI del Hospital Comarcal, donde permaneció tres días. Fue allí, explica el hombre, cuando pasadas unas horas recuperó totalmente la consciencia y vio a sus familiares en la habitación.
García señala que aunque no recuerda nada de lo que sucedió durante esas horas, si no hubiera sido por la rápida intervención de los efectivos, tanto sanitarios, como policiales, quizás ahora no podría contar su historia.
El hombre insiste en que el agradecimiento a estas personas es “infinito”, así como a todos los que le atendieron posteriormente, tanto en el Comarcal, cómo en el hospital malagueño Carlos Haya, hasta donde lo trasladaron para realizarle un cateterismo.
Para García en los médicos y policías que subieron a su casa ese día son héroes, de esos cotidianos, que hacen que la vida de muchos sea más fácil. Pero no sólo ellos, la actuación de su esposa, que en ningún momento perdió los nervios y que decidió pedir ayuda a los agentes, fue sin duda imprescindible para que este hombre pudiera ayer contar su historia a este periódico.
García se recupera ahora en casa de un susto que pudo tener consecuencias mucho más graves, pero que finalmente superó gracias al trabajo de unos profesionales, que pasan desapercibidos cada día mientras realizan su trabajo, pero que salvan decenas de vidas y protagonizan diariamente historias como la de este melillense.
Pero aunque forme parte de su trabajo, y quizás para ellos no fuera nada extraordinario, García no se ha olvidad ni un sólo día durante este mes de estas personas, a las que él no puede ponerles cara, porque no las recuerda, pero que forman ya una parte muy importante de su vida.
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