Los sindicatos alertan de la subida de tasas y el deterioro de infraestructuras.
Los sindicatos no cejan en su empeño de demostrar al Gobierno central que están en contra de las últimas decisiones aprobadas. En la jornada de ayer, la protesta se centró en la privatización parcial de Aena, una determinación que, según las formaciones sindicales podría tener serias consecuencias en Melilla, siendo la primera de ellas una subida de las tasas aeroportuarias que afectaría al precio de los pasajes de avión.
Por ello, a partir de las 10:00 horas, y por espacio de 30 minutos, unas 50 personas protagonizaron una sonora pitada en la terminal del aeropuerto de Melilla para expresar su repulsa ante la actitud de la Administración del Estado.
Así lo explicó ante los medios de comunicación el presidente del Comité de Empresa del sector, Francisco Casado, quien también advirtió que el Decreto aprobado por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero el pasado 3 de diciembre también provocará el progresivo deterioro de las infraestructuras aeroportuarias.
Y es que, con la salvedad de Barajas, El Prat, Málaga o Palma de Mallorca, la mayor parte de los aeródromos españoles son económicamente deficitarios, y en el caso específico de Melilla las pérdidas ascienden a unos once millones de euros anuales. Por tanto, Casado subrayó que si una empresa privada se hace cargo de su gestión deberá buscar alguna manera de sacar beneficios, siendo la vía más lógica la de aumentar las tasas aeroportuarias.
“La decisión que ha tomado el Gobierno solo sirve para paliar la deuda pública a corto plazo, pues a medio y largo será contraproducente, ya que afectará al bolsillo de todos los españoles”, precisó el dirigente sindical. “Ahora mismo, la red con la que cuenta Aena es la envidia de toda Europa, pero sí se materializa su privatización asistiremos a su paulatina degradación”, advirtió.
De manera paralela, puso de relieve que ésto también afecta a la estabilidad laboral de los trabajadores que operan en el aeropuerto. En este sentido, conminó a Zapatero a sentarse a negociar con los sindicatos para garantizar que los empleados mantienen su puesto con la totalidad de sus derechos intactos.
“No somos controladores”
Llegados a este punto, Casado quiso aclarar que los manifestantes de ayer no eran controladores aéreos, sino personal como auxiliares, administrativos o bomberos, todos ellos “con un salario bastante menor”. En cuanto a este colectivo, aseguró que, pese a que en ningún caso defiende la huelga que protagonizaron, han sido víctimas de un montaje del Gobierno para ocultar sus maniobras “con una cortina de humo”, pues señaló que el sueldo de los controladores no va a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.
Para poner punto y final a su intervención ante los medios de comunicación, el presidente del Comité de Empresa se hizo eco de las últimas declaraciones del máximo dirigente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, quien también resaltó el pasado jueves el riesgo de que aumente el precio de los billetes a raíz de la decisión del Gobierno. Así, le instó a trasmitir sus planteamientos al Partido Popular, pues recordó que dicha formación política se mostró favorable al decreto aprobado por el Gobierno de la nación el pasado 3 de diciembre.