Los alumnos de la Escuela de Hostelería de Melilla vivieron ayer su primera ‘prueba de fuego’ de cara al público. Y nunca mejor dicho, porque estos jóvenes dieron lo mejor de sí, entre ingredientes y fogones, para causar una buena impresión a los comensales, que en su inmensa mayoría eran autoridades locales y empresarios de la ciudad autónoma.
La presidenta de Promesa y viceconsejera de Juventud, Sofía Acedo, explicó que la de ayer era una de las primeras prácticas de estos alumnos de cara al público. Asimismo, remarcó que se trata de una iniciativa del Plan Juvenil que cuenta con un presupuesto aproximado de 400.000 euros, divididos en cuatro cursos, dos de restauración y bar y otros dos de cocina.
Se trata de un proyecto de formación con un alto grado de inserción laboral, en concreto del 63%, tratándose de uno de los proyectos desarrollado por Promesa con mayores niveles de éxito dentro del mercado de trabajo.
A partir de julio, los alumnos podrán participar en un periodo de prácticas en empresas locales. Por ello, los representantes de la Asociación de Hostelería acudieron ayer al almuerzo, con el objetivo de ver si les interesa hacer algún ‘fichaje’ en concreto.
Los hosteleros, contentos
El máximo representante de esta organización, Hassan Amaruch, señaló a los medios de comunicación que, en su opinión, veía a los jóvenes muy preparados. “Estamos muy satisfechos con ellos. Los trabajadores que salen de la Escuela de Hostelería suelen dar muy buenos resultados. Yo en mi restaurante tengo contratados a tres”, abundó. “Son muy buenos chicos”.
De igual modo, resaltó que de la Escuela de Hostelería salen con bastantes reconocimientos, aunque la etapa final de su aprendizaje la realizan en las empresas de la ciudad autónoma. “Cada hostelero tiene sus normas y sus líneas a seguir. No todos los restaurantes trabajan igual”, añadió.
Oportunidad aprovechada
Por su parte, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, manifestó a los medios de comunicación que se trataba de la “puesta de largo” de la promoción de la Escuela de Hostelería de este año, un acto esencial para que los empresarios puedan comprobar cómo trabajan estos jóvenes.
“Es muy reconfortante ver en algunos negocios a chicos que hace unos años estaban en La Purísima”, añadió en alusión al centro de menores extranjeros no acompañados (menas). “Son jóvenes que supieron aprovechar su oportunidad y ahora están trabajando sin problemas. A mí me resulta muy grato”.
En la misma línea, remarcó que se trata de uno de los principales yacimientos de formación de Melilla. “Estoy seguro de que estos jóvenes aprobarán con nota alta y encontrarán trabajo”, concluyó.
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