La Plaza de las Culturas vuelve a convertirse, un año más, en uno de los principales puntos de encuentro de la Navidad melillense con la instalación del tradicional mercadillo navideño. Un espacio que reúne a comerciantes, asociaciones y artesanos locales y que ofrece una amplia variedad de productos pensados tanto para regalos como para la decoración del hogar en estas fechas señaladas. El mercadillo abre de lunes a viernes de 17:30 a 21:00 horas, mientras que los fines de semana amplía su horario, con apertura por la mañana de 10:00 a 14:00 y por la tarde de 17:30 a 21:00 horas.
El Faro de Melilla ha recorrido las distintas cabañas instaladas en la plaza para conocer de primera mano qué se vende este año y cómo están viviendo los participantes una edición marcada, sobre todo, por la inestabilidad meteorológica. La lluvia, el frío y el viento han condicionado notablemente la afluencia de público, aunque todos coinciden en que, cuando el tiempo acompaña, el mercadillo se convierte en un paseo familiar muy concurrido.
Una de las paradas más visitadas es la de Melilla Souvenirs, donde Vania explica que su objetivo es claro: que nadie se vaya sin un recuerdo de la ciudad. “Aquí tenemos un poquillo de todo”, resume. Desde imanes con motivos de Melilla hasta camisetas personalizadas, pasando por adornos navideños, mini belenes y artículos pensados incluso para mascotas.
La inspiración navideña cobra especial protagonismo este año, con bolas decorativas, tazas temáticas y detalles pensados para regalar a familiares y amigos. “Queremos que todo el mundo se lleve un pedazo de Melilla a su casa”, señala Vania, que subraya una realidad que se repite entre muchos visitantes: “Hay gente que tiene imanes de todos los sitios menos de Melilla, y eso frustra bastante”.
En cuanto a precios, la oferta es variada y asequible. Los imanes cuestan 3 euros, las cucharillas con motivos de la ciudad 5 euros, las tazas navideñas 6 euros y las tazas de Melilla 5. Los mini belenes se venden por 2 euros, las bolas navideñas planas por 4 y las más voluminosas por 5. Las camisetas con motivos de Melilla rondan los 15 euros, las personalizadas suben a 18, y las camisetas y sudaderas navideñas alcanzan los 20 euros.
Sobre la afluencia, Vania es clara: el mal tiempo desanima. “Con este frío y esta lluvia nadie quiere salir de casa”, reconoce, aunque añade que en los días más soleados muchas personas se han sorprendido al descubrir la variedad de productos y se han marchado “felices”.
La cabaña de la Protectora de Animales, atendida por Lorena, combina el espíritu navideño con la solidaridad. Aquí se pueden encontrar artículos de decoración para el hogar con motivos navideños y animales, accesorios tanto para personas como para mascotas y una amplia selección de productos pensados para niños.
Cojines, calcetines, botas navideñas, velas artesanales elaboradas por las propias voluntarias, lámparas, botellas decorativas y juguetes conviven en un espacio donde también hay termos, arbolitos artesanales, bolsitas y cajitas con chucherías y juguetes, así como pizarritas pensadas para que los más pequeños escriban sus deseos a los Reyes Magos.
La oferta incluye también juguetes para perros y gatos, además de casetas para animales, que se sitúan entre los artículos de mayor precio. Los precios oscilan desde 1,50 euros, en los productos más económicos, hasta los 8 euros de las casetas para gatos, manteniendo una línea accesible para todos los bolsillos.
La Asociación de Estudios Melillenses repite presencia por noveno año consecutivo en la Plaza de las Culturas. Miguel, representante de la entidad, explica que su puesto está centrado principalmente en la venta de libros de historia de Melilla, muchos de ellos descatalogados y difíciles de encontrar en librerías convencionales.
Además de publicaciones, el stand ofrece algo de artesanía y cerámica vinculada a la ciudad y su entorno. “Lo que queremos es que la gente tenga a su disposición el libro de Melilla”, subraya Miguel, insistiendo en que los precios, que oscilan entre los 10 y los 20 euros, buscan facilitar el acceso a estos contenidos y fomentar el conocimiento de la historia local.
La asociación también ha notado de forma clara el impacto del mal tiempo. “La afluencia está siendo muy floja”, reconoce Miguel, quien considera que quizás habría sido más favorable comenzar el mercadillo antes del puente de diciembre. Aun así, confía en que una mejora meteorológica anime a la ciudadanía a acercarse y aprovechar la oportunidad de adquirir libros únicos.
La artesanía tiene un peso destacado en el mercadillo, y uno de los ejemplos es Antovella, el puesto de Antonia, que comparte espacio con otra artesana especializada en joyas de roca. Mientras su compañera elabora collares y piezas únicas, Antonia se dedica a la creación de velas artesanales, chocolatinas decoradas y diferentes tipos de chucherías.
Los precios se mueven en una horquilla amplia, pero ajustada: desde artículos pequeños por 3 euros hasta composiciones más elaboradas, tanto en velas como en collares, que pueden alcanzar los 25 euros. “No es caro”, insiste Antonia, que defiende el valor del trabajo artesanal y el cuidado puesto en cada pieza.
Como el resto de comerciantes, reconoce que la lluvia ha sido un factor determinante. “Llevamos varios días con muy poca gente”, lamenta, aunque mantiene la esperanza de que el tiempo mejore y el mercadillo cobre más vida conforme se acerquen las fechas clave de las fiestas.
Una de las propuestas más llamativas del mercadillo es Freaky Christmas, el puesto de Top Móviles atendido por Suhaila, que se presenta como “la caseta más freaky del mercado”. Aquí el visitante puede encontrar figuritas, artículos de regalo y una propuesta poco habitual en Melilla: el Ichiban Kuji, la lotería oficial japonesa de Bandai.
Este sistema permite comprar un boleto con la garantía de obtener siempre un premio, que puede ir desde un póster hasta una figura exclusiva muy valorada en el mercado, algunas de ellas con precios que alcanzan los 300 euros. “Todo depende de la suerte”, explica Suhaila, destacando el atractivo de esta experiencia para coleccionistas y aficionados a la cultura japonesa.
El rango de precios en este stand es el más amplio del mercadillo, con productos desde un euro hasta artículos que pueden llegar a los 200 euros. En cuanto a la afluencia, la valoración vuelve a ser similar: el mal tiempo no ayuda, pero se confía en un repunte si las condiciones mejoran en los próximos días.
Pese a la diversidad de propuestas y al esfuerzo de comerciantes, asociaciones y artesanos, el denominador común de esta edición del mercadillo navideño es la preocupación por la baja afluencia de público. La lluvia y el frío han limitado los paseos y las compras, aunque todos coinciden en que los días con mejor clima han demostrado el potencial del evento como espacio de encuentro familiar y escaparate del comercio local.
La Plaza de las Culturas sigue ofreciendo, hasta el final de las fiestas, un recorrido por la Navidad más cercana: la que apuesta por lo local, lo artesanal, lo solidario y lo singular. Un mercadillo que no solo vende productos, sino también identidad, memoria y creatividad, y que confía en que el espíritu navideño, acompañado de un respiro meteorológico, termine por llenar sus cabañas de vida y visitantes.
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