Toda ciudad tiene su centro neurálgico, un lugar clave donde fluye la vida, donde se desarrolla la vida social de cualquier urbe. Un punto estratégico que todos conocen y por donde siempre se ha de pasar.
En Melilla este lugar se encuentra en pleno centro, un punto emblemático e histórico, la Plaza de España.
La Plaza de España ha sido testigo de grandes acontecimientos en la ciudad. Desde todo tipo de desfiles o procesiones, hasta grandes celebraciones deportivas o eventos como la visita de Sus Majestades los Reyes de España. También ha sido escenario para actos políticos o reivindicativos, como punto y final de todo tipo de manifestaciones.
Sin duda dominan los recuerdos de la Feria de Melilla en el Parque Hernández y sus alrededores, puesto que era la Plaza de España donde se situaban los puestos y demás "cacharritos" que tanta diversión han dado a generaciones de melillenses y visitantes a lo largo de los años hasta su traslado hace casi dos décadas.
Y es que la Plaza de España reúne un espacio único para el desarrollo de este tipo de actividades, un espacio lleno de esplendor, un oasis de paz situado dentro del bullicio de la ciudad. Los edificios modernistas se encuentran con la naturaleza de la rotonda central y del Parque Hernández en una unión magnífica.
Para hallar sus orígenes, hay que retrotraerse a los primeros años del siglo XX. Antes de que finalizara la construcción del nuevo barrio de Reina Victoria, lo que actualmente es Héroes de España, se identificó la necesidad de urbanizar el terreno situado entre el Parque Hernández y el barrio del Mantelete. Este último se extendía hacia los terrenos del antiguo campo de instrucción de la plaza, interrumpiendo la armonía de un espacio que, por su ubicación estratégica, parecía destinado a convertirse en una gran plaza. Este solar era el punto de partida de las carreteras que conectaban la puerta de Santa Bárbara con el Mantelete, los barrios de Buen Acuerdo (hoy General Gómez Jornada), Polígono y Triana, este último actualmente integrado en el barrio Industrial.
Era el año 1909 y en aquel momento, la muralla de Santa Bárbara, que desde el extremo sur del muro X cruzaba el terreno hasta la torre de Santa Bárbara (situada unos 30 metros delante del actual Banco de España), impedía la construcción de la plaza central. Este espacio estaba ocupado por los restos del cauce que contenía las aguas del barranco del Polígono y otros arroyos, además de barracas de cantinas, comercios y el antiguo barracón del Cinematógrafo Moderno, alquilado por la Administración Militar durante la campaña de 1909.
La Junta de Arbitrios comprendió la importancia de este proyecto y encargó al capitán de Ingenieros, José de la Gándara, también ingeniero de la Junta, el diseño de una plaza. En 1910 se presentó un ambicioso Plan de Urbanización que incluía la creación de la futura Plaza de España, concebida como un punto central de la ciudad y como un lugar destacado para los visitantes. El diseño original preveía una plaza con un diámetro de 180 metros. Sin embargo, a pesar de que el rey Alfonso XIII derribó personalmente la primera piedra de la muralla de Santa Bárbara en enero de 1911, el plan inicial quedó suspendido.
En junio de 1912, la Junta de Arbitrios decidió nombrar al espacio como Plaza de España, en honor a su importancia simbólica. Para preservar el nombre de Santa Bárbara, que era popular entre los melillenses, se denominó calle de Santa Bárbara al tramo que conectaba el Mantelete con la iglesia en construcción. Este nombre fue cambiado tras el asesinato del entonces presidente del Gobierno de España, José Canalejas, ese mismo año y más tarde, en 1913, se renombró como calle Ejército Español.
El 18 de enero de 1913 se aprobó un nuevo proyecto para la plaza, esta vez con un diámetro de 170 metros. El diseño incluía un jardín central, aceras intermedias y exteriores de 10 metros de ancho, además de la plantación de ficus alba como árboles ornamentales. También se planificaron un quiosco y un evacuatorio. Aunque el proyecto avanzó, no se construyeron todos los edificios oficiales previstos alrededor de la plaza, como la nueva sede de la Junta de Arbitrios y la Comandancia General, que finalmente se ubicaron en otros solares.
El 22 de abril de 1913 comenzaron unos trabajos que se completaron el 23 de enero de 1914.
Desarrollo
La Plaza de España reúne una serie de edificios emblemáticos que caracterizan su forma.
El cierre del Parque Hernández, tal como se conserva hoy, se erigió en ese mismo año. Incluía una entrada de sillería, un muro de mampostería y una verja. En su interior se construyó un bar conocido como "Gambrinus" o "Preferido", administrado por la Junta de Arbitrios. Los edificios números 1 y 2 de la Avenida también fueron construidos tras la aprobación del Plan de Urbanización de José de la Gándara.
En el lugar del cine Monumental se encontraba el teatro Alfonso XIII, sucesor de teatros desmontables que habían contribuido al desarrollo cultural de Melilla, entonces conocida como la "capital cultural del norte de África".
El antiguo edificio de Correos y Telégrafos, situado entre la plaza de España y la calle Ejército Español, se construyó en 1911 para Antonio Iraola de Goicoechea, siguiendo en sus formas los elementos más claros del Modernismo.
El Casino Militar, cuya primera piedra fue colocada por el general Silvestre en 1920, se completó en 1934. Mientras tanto, el solar que ocupa actualmente el Palacio de la Asamblea fue utilizado como parque de recreo hasta que, en 1941, se inició la construcción del actual Ayuntamiento.
Finalmente, en 1927 se colocó la primera piedra del Monumento al Ejército de África, tras rechazarse la propuesta de erigir una estatua al general Marina. Este monumento, inaugurado cuatro años después, marcó la transformación definitiva de la plaza, dándole el aspecto que conserva hoy día.
Más de 100 años de historia en los que esta plaza ha vivido toda serie de reformas y arreglos varios. Su aspecto ha cambiado mucho desde aquella explanada llena de barracas que fueron derribadas para abrir paso al modernismo, tan representativo de la ciudad.
En la actualidad, se enfrenta a un cambio profundo. Se ha comenzado una obra de 10 meses de duración que cambiará su aspecto. Los trabajos anticipan una renovación plena de elementos como la solería, alumbrado o zonas verdes, entre otros aspectos que se anticipa, supondrá un necesario y merecido cambio que hará que la Plaza de España brille con el carácter que solo este centro neurálgico melillense tiene.