La pista de patinaje sobre hielo de Melilla se ha convertido en uno de los principales atractivos de la ciudad durante la temporada navideña. Ubicada en pleno centro, cerca de las principales calles comerciales, ha generado una gran expectación entre melillenses y turistas que visitan la ciudad en busca de diversión y entretenimiento durante las fiestas.
Desde su apertura el pasado 20 de diciembre hasta el próximo 6 de enero, la pista recibirá a miles de visitantes de todas las edades. Con un horario de 11:00 horas a 14:00 horas y de cinco a diez de la tarde y con un precio de 7 euros por media hora, la actividad ha resultado ser accesible y atractiva para melillenses y turistas por igual.
Los monitores recomiendan llevar guantes aunque no son obligatorios. Además cuentan con un seguro por si pasase algún inconveniente, sin embargo, no se hacen responsables del robo de bienes personales, por ello, aconsejan que los asistentes vayan con lo justo.
Con una decoración navideña que envuelve el lugar, la pista de patinaje ofrece un ambiente único que invita a los ciudadanos a disfrutar del frío y la alegría de la temporada. Desde su apertura, la pista ha recibido un flujo constante de visitantes de todas las edades, y la emoción es palpable entre quienes se atreven a deslizarse sobre el hielo.
A pesar de ser una actividad tradicional de invierno en muchas ciudades, la pista de patinaje de Melilla ha añadido un toque especial al calendario navideño de la ciudad, brindando la oportunidad de disfrutar de una experiencia diferente y refrescante. Pero, ¿cómo ha ido esta temporada en términos de afluencia, ambiente y organización? Para responder a esta pregunta, El Faro ha hablado con algunos de los responsables de la pista y los propios usuarios, quienes compartieron su perspectiva sobre la actividad.
Jesús, uno de los monitores de la pista, explicaba que a lo largo de las primeras semanas de funcionamiento ha habido una excelente respuesta por parte de la comunidad. "La pista ha estado bastante llena desde que abrimos, especialmente los fines de semana y en las tardes, cuando la gente se anima más después de sus compras navideñas. Es cierto que hemos notado un aumento significativo de familias con niños, lo cual nos alegra mucho porque significa que la actividad está siendo disfrutable para todas las edades", comentaba con entusiasmo.
Además de las familias, los jóvenes también han mostrado un gran interés por el patinaje. Claudia, una melillense de 19 años que se encontraba patinando junto a sus amigos, contaba que no es la primera vez que visita la pista de patinaje en esta temporada. "Es algo divertido y diferente”. “Siempre que viene la Navidad, vengo a patinar con mis amigos. Es una actividad que hace que desconectemos un poco de las obligaciones y disfrutemos de la Navidad”, relataba mientras se deslizaba con facilidad sobre el hielo.
La experiencia para los más pequeños también ha sido muy positiva. Carmen, madre de dos niños pequeños, contaba que para su familia esta ha sido una experiencia inédita. "Mis hijos nunca habían patinado antes, pero la pista está diseñada de manera que es fácil para ellos aprender y disfrutar”. “Además los monitores están siempre dispuestos a ayudar y enseñar los trucos básicos para que no tengan miedo", explicaba esta madre melillense.
No solo los melillenses se han mostrado interesados en la pista de patinaje. A través de las redes sociales, se ha visto que muchos turistas que visitan Melilla durante estas fiestas también se han animado a probar esta actividad La facilidad de acceso y la ubicación estratégica de la pista han sido claves para atraer a este público, que ve en la pista una forma divertida de disfrutar del clima y el ambiente navideño.
Pedro y Ana, que han llegado desde la península para pasar las fiestas en la ciudad, mencionaban que la pista de patinaje es uno de los planes más originales que han encontrado en Melilla. "Nunca pensamos que íbamos a encontrar una pista de patinaje en una ciudad como Melilla, pero nos hemos sorprendido gratamente”, confesaban los turistas.
“Es una actividad divertida para toda la familia, y el hecho de poder disfrutar de una experiencia tan invernal en pleno Mediterráneo tiene su encanto", comentaba Marta mientras se acomodaba en el borde de la pista observando a su hija patinar.
La organización de la actividad también ha sido clave para que todo funcione de manera fluida. Además de los monitores, la pista de patinaje cuenta con personal de seguridad que se asegura de que las normas se respeten y de que los usuarios disfruten sin correr riesgos. “Contamos con un sistema de turnos para evitar aglomeraciones y ofrecer una experiencia más cómoda a los visitantes." “En cada turno entran alrededor de unas 50 personas”, explicaba Jesús, quien supervisa las operaciones de la pista.
Sin duda, la pista de patinaje se ha convertido en un punto de encuentro tanto para melillenses como para turistas, un lugar donde la diversión, la tradición navideña y el espíritu comunitario se dan la mano. Además, todo parece indicar que conforme se acerquen los siguientes días festivos, la pista seguirá siendo un referente en la ciudad.
Si no has tenido la oportunidad de disfrutarla aún, sin duda vale la pena acercarse y experimentar una de las actividades más divertidas de esta Navidad.
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