La parroquia del Sagrado Corazón, lugar jubilar durante el Año de la Fe

Los cristianos de la ciudad autónoma podrán acudir a este templo a recibir indulgencia hasta el próximo 24 de noviembre.

La parroquia del Sagrado Corazón se ha convertido en lugar jubilar para el Año de la Fe que comenzó el pasado 11 de octubre, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. El obispo Jesús Catalá Ibañez, de la diócesis de Málaga, ofreció ayer a los medios de comunicación una rueda de prensa para detallar en qué consiste este periodo.
Todas las iniciativas irán dirigidas a reforzar la fe. En este sentido, señaló que en Melilla hay mucha población no católica y que, por su idiosincrasia, los fieles locales tienen la misión de dialogar con aquellos que no comparten dicha fe para acercales la palabra de Jesucristo.
El obispo destacó la creación de lugares jubilares a lo largo de todo el territorio nacional para que los cristianos acudan a confesar, comulgar y orar siguiendo los deseos del Papa Benedicto XVI para obtener la indulgencia. No obstante, para que esta sea plenaria habrá que acudir a misa en fechas como el tercer domingo de adviento, un domingo de cuaresma y en el Pentecostés.
Catalá reseñó que el punto jubilar de la ciudad autónoma es la iglesia del Sagrado Corazón, mientras que en Málaga lo son templos como la catedral o la parroquia de la Virgen de la Victoria. “El deseo del Papa es que durante este año profundicemos en la lectura del Concilio Vaticano II”, explicó. “El texto ha sido estudiado en todo el mundo, pero contiene algunos puntos que aún están por desarrollarse”.
Asimismo, remarcó que el principal objeto de este año de la fe es renovar la creencia en Dios y el diálogo con Jesucristo. “No se puede ser un cristiano pleno sin saber en qué consiste la fe, que es un don divino”, aseveró. “Cada creyente debe practicar el diálogo con Jesucristo como un acto de amor y amistad”, añadió el obispo.
Este es el fin primordial que ha “asumido” la Diócesis de Málaga para este periodo anunciado por Benedicto XVI. “Hay que dar un profundo repaso a nuestras creencias. Ser cristiano no es hacer la primera comunión y olvidarse de la fe. Además, hay que unificar el lenguaje religioso de todos los que comparten este don de Dios”, agregó.
Así pues, Catalá invitó a todos los melillenses a llevar a cabo este ejercicio interior de renovación de su fe y a establecer diálogo con todos aquellos que no creen para acercarles a Jesucristo.

Un “año largo” para renovar la fe y el diálogo interno con Jesucristo.

Los actos del Año de la Fe se desarrollarán a lo largo de todo el mundo hasta el próximo 24 de noviembre, “un año largo”, como señaló Catalá, ya que su duración de es unos trece meses.
El grueso de las actividades tendrá lugar durante el 2013. El próximo 25 de enero, se celebrará un acto ecuménico en el Vaticano, mientras que el 2 de febrero habrá un encuentro de religiosos. El Domingo de Ramos habrá una reunión de jóvenes y el 28 de abril una ceremonia de confirmación que oficiará el propio Benedicto XVI.
A estos actos seguirán una fiesta de la piedad popular el 5 de mayo, un gran encuentro de movimientos la víspera de Pentecostés, la primera adoración eucarística simultánea a nivel mundial en la festividad del Corpus Christi el 2 de junio, y una celebración de defensa de toda vida humana el 16 de junio. Los últimos actos serán un encuentro de catequistas el 29 de septiembre, otro de organizaciones marianas el 13 de octubre y, finalmente, la jornada de clausura el 24 de noviembre, fiesta de Jesucristo Señor del Universo.