Hoy es 14 de febrero y Miércoles de Ceniza. Primer día de la Cuaresma y la cuenta atrás para el Domingo de Ramos y el inicio de la Semana Santa. El Faro habla con el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, sobre este periodo de la religión cristiana.
La Cuaresma dura 40 días. El número 40 tiene especial relevancia en la Biblia y se repite constantemente como un número de plenitud en la Sagrada Escritura: 40 años tarda el pueblo de Israel en salir de Egipto hasta llegar a la tierra prometida, otros 40 años estuvo esclavizado el pueblo de Israel, 40 días y cuarenta noches duró el Diluvio Universal, y 40 días ayunaron Moisés y Elías. “De ahí coge Jesús y está 40 días en el desierto antes de empezar su Ministerio público, ayunando y en oración. Y de ahí mismo coge la Cuaresma su terminología”, señala Resa.
El vicario se ha referido al mensaje “bellísimo” que este año ha lanzado el Papa (“A través del desierto Dios nos quiere con libertad”) y asegurando que la cuaresma es tiempo de actuación, pero también se convierte “en pausa, en silencio y en oración para oír la voz de Dios, y para ser buenos samaritanos y entregarnos al hermano herido que sufre”.
Esta cuaresma es especial porque es previa al 2025, que será el próximo Año Santo que celebrará la Iglesia Católico y cuyo lema es ‘Peregrinos de la esperanza’ y que ya fue anunciado por Juan Pablo II tras finalizar el Gran Jubileo del año 2000 y el Papa Francisco estableció el 2024 como el Año de la Oración.
“El Papa quiere que este Año Santo lo vayamos preparando este año, dedicado a la oración, y por eso nos hace la llamada para vivir la Cuaresma en plenitud y entregarnos a Dios, pero no quedarnos en él sino bajarnos al hermano”, manifiesta Resa.
Para un cristiano la Cuaresma se apoya en tres principios: la oración, el ayuno y la limosna. Cuando intentas unir ambos, da como resultado el verdadero sentido de la Cuaresma. “Durante cinco viernes al año millones de católicos caemos en la cuenta de que estamos caminando hacia la Pascua y hacemos un signo comunitario”.
Y es que, aunque la sociedad haya cambiado y la tradición siga la misma, opina Eduardo Resa que todavía hay muchos cristianos que realizan la Cuaresma como debe ser. De ejemplo pone una anécdota que vivió hace tan solo unos días, cuando se subió a un taxi en Málaga y su conductor, pese a ser relativamente joven, aseguró guardar la Cuaresma.
Algo que le “chocó” de forma positiva, asegurando que siempre hay más gente que guarda la Cuaresma de la que algunos se puedan imaginar y que no está únicamente en la iglesia. Aún así, recuerda que cómo ha avanzado la sociedad y dado los tiempos que corren, la Cuaresma no se basa únicamente en “no comer carne” y que un cristiano se basa en sus tres principios, que se pueden llevar a cabo de muchas formas.
Recuerda que su abuela materna le enseñó a vivir la Cuaresma con el espíritu de ayudar siempre al prójimo. Cuando iba al colegio de pequeño, su abuela siempre le decía que le llevase comida a “Angelita”, una mujer paupérrima que barría y fregaba para sacar a su familia adelante. Lo que su abuela ahorraba de su ayuno y del de sus hijas, se lo llevaba a esa mujer, relata el vicario.
“Sabíamos que allí había necesidad. Ese es el auténtico sentido que tiene la Cuaresma e intentamos vivirlo desde esa potencialidad, estar más unidos al Señor entregándonos a los demás”.
Hoy también se celebra el amor
Este año el Miércoles de Ceniza ha coincidido con una fecha muy especial: San Valentín. Pero esta no es la primera vez que tiene lugar esta coincidencia, recuerda el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa. Aunque litúrgicamente prima la celebración de la Cuaresma, eso no quita a que los melillenses puedan también celebrar el Día de los Enamorados con “auténtica pasión”.
Aunque Resa opina que siempre es mejor demostrar ese amor a la pareja y a los amigos durante todos los días del año y no esperar esta fecha para “echar todos los campanas al vuelo”. “Para una auténtica pareja San Valentín tendría que ser el 14 de febrero, el 5 de junio o el 30 de diciembre”, añade.