La obligatoriedad del justificante de residencia para volar con descuento en el billete hace que se presenten más quejas en 2012 a las aerolíneas que operan en Melilla.
La Dirección General de Consumo de Melilla registró el pasado año un total de 514 denuncias y doce reclamaciones. Las quejas por el transporte aéreo y la telefonía móvil son mayoría. La responsable de los programas formativos de Consumo, María Dolores Angosto, aseguró a El Faro que muchas de las denuncias y reclamaciones que los melillenses realizaron el pasado año tuvieron que ver con la obligatoriedad de presentar el certificado de residencia a la hora de volar para justificar el descuento que se aplica en la compra de estos billetes.
Angosto indicó que muchos pasajeros desconocían que debían presentar el certificado de residente para poder viajar con el descuento y por ello, se ha registrado un incremento de las quejas de los consumidores sobre las aerolíneas. También aparecen en estas reclamaciones y denuncias la pérdida de equipajes o los retrasos y cancelaciones de vuelos.
Otro de los temas que centran gran parte del trabajo de información, asesoramiento y recogida de quejas de Consumo en Melilla es la telefonía móvil. Estar en desacuerdo con la factura del teléfono, que no se haya aplicado un descuento o que la operadora no haya dado de baja al terminal conforman la parte de las quejas de los melillenses sobre las telecomunicaciones.
Son estos dos temas los que centran la mayor parte del trabajo de la Junta Arbitral, el servicio que pueden utilizar los consumidores para solucionar estas denuncias a través de un acuerdo la empresa y sin necesidad de llegar al juzgado.
Transparencia bancaria
La responsable de los programas formativos de Consumo explicó que en 2012 los melillenses se interesaron por conocer sus derechos ante las actividades de los bancos y cajas. Destacó que se registraron un gran número de demandas de información sobre las comisiones que pueden cobrar los bancos o los tipos de tarjeta que hay en el mercado. Aseguró que la transparencia bancaria es uno de los temas que más está preocupando a los ciudadanos en los últimos tiempos.
Otras reclamaciones recogidas en 2012 fueron por compras realizadas a través de Internet y que no permiten una devolución. Angosto indicó que los compradores tienen un plazo de siete días por ley para ver si se trata del producto que han encargado y si están disconformes, devolverlo a la empresa en la que lo adquirieron. De esta forma, se protege al consumidor que hace una compra sin poder observar el producto en persona, apuntó.
Tintorerías, ofertas de supermercados que no están disponibles para el consumidor o agencias de viajes que no cumplen con el paquete acordado son otras de las áreas que centraron las denuncias y las reclamaciones de los melillenses que se presentaron el pasado año.
Irregularidades “ínfimas” en las rebajas de 2012
Las rebajas, las garantías de los muebles y el etiquetado de los videojuegos han sido los temas de las inspecciones a nivel local.
De las campañas realizadas en los dos periodos de rebajas de 2012, se indicó que el número de irregularidades fue “ínfima”, es decir, que los empresarios y comerciantes de la ciudad conocen perfectamente la normativa y la cumplen. La responsable de los programas de formación de Consumo, María Dolores Angosto, aseguró que la incidencia fue mínima y que tan sólo se registraron fallos como la falta del precio anterior a la rebaja en un producto o el tiempo de duración de estos descuentos en las tiendas.
En cuanto a los videojuegos, Angosto resaltó la importancia de que estos productos tengan un etiquetado correcto y se informe al consumidor sobre su contenido y la edad adecuada para jugar con ellos. Aseguró que en Melilla se cumple con esta normativa y que sólo registraron algunos casos en los que estas instrucciones de uso venían en una letra muy pequeña para poder leerse bien.
En cuanto a los muebles, destacó que estos artículos deben adjuntar una garantía de larga duración y que el precio de estos productos debe estar a la vista.
Melilla también ha participado en campañas nacionales de inspección, como el control de los productos a granel, que deben aportar una información sobre su lugar de procedencia, las unidades de medida de los electrodomésticos, que deben aparecer en centímetros y no en pulgadas, y las empresas que funcionan como intermediarias financieras.
Juguetes, ropa y calefactores, bajo vigilancia
María Dolores Angosto indicó que Melilla está pendiente, como el resto de comunidades, de todos los artículos que la Red de Alertas del Instituto de Consumo publica en su web sobre productos u objetos que son peligrosos para la salud de los ciudadanos.
Angostó explicó que a través de las inspecciones se han recogido muestras de juguetes y de otros artículos, pero que en 2012 no han requisado ni retirado del mercado ningún producto que sea peligroso para los melillenses.
Aseguró que están a la espera de que se envíen los resultados de algunas muestras que tomaron en 2012, pero que la mayor parte de los artículos que fueron detectados por la inspección sólo presentaban errores en el etiquetado.
Angosto destacó que para los juguetes, productos de cosmética, pequeños electrodomésticos, como los calefactores, se analiza que tengan las instrucciones en castellano y el sello de la Comunidad Europea que garantice que ha pasado los controles. En caso contario, se pide al empresario que lo devuelva a la fábrica o añada una etiqueta correcta.
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