El peso de la presión del público atenazó las muñecas rivales al final del último cuarto del encuentro.
¡Sumamos y seguimos! Un pasito más en el camino hacia la primera división del baloncesto patrio. Ayer, en el primer partido de la final de estos playoffs de ascenso, la ‘Marea Azul’ que inundaba las gradas del Imbroda acabó ahogando los deseos de un equipo de montaña, pirenaico, pero al que le faltó frialdad en los momentos clave del partido.
¿Qué más se le puede pedir a una plantilla de “chavales”, cuyo jugador más veterano apenas cuenta con 25 años de edad?
Seguramente, acuciados por la asfixiante presión del pabellón melillense, los jugadores oscenses comenzaron a ser imprecisos en el peor momento del choque, al final del mismo.
Fue entonces cuando el Melilla BC tiró de veteranía y, apoyado en los cánticos del público, finiquitó el partido.
Si hoy era importante llenar el Imbroda, más aún lo será hacerlo el próximo domingo en el segundo encuentro de la eliminatoria. Irse a Huesca con un 2-0 en la serie supondría asegurarse medio ticket a la Liga Endesa, ya que supondría un mazazo moral para una serie de jugadores que no tienen demasiada experiencia en este tipo de partidos.
Demasiado trabajo tiene Quim Costa para recuperar anímicamente a una plantilla que corre el riesgo de hacerse bien pequeñita ante una afición que cada vez es más grande, que parece haber conectado de una vez por todas, y que lleva el nombre del Melilla BC a las tertulias en bares, en el trabajo o en la calle. No hay un melillense que no sepa lo que se juega el equipo y habrá bien pocos que no deseen que se consiga el hito histórico del ascenso.