El Hotel TRYP Melilla Puerto ha acogido hoy, a las 20:00 horas, el acto institucional de encendido de las velas con motivo de la festividad judía de Janucá, una ceremonia que ha vuelto a poner de manifiesto el carácter plural, respetuoso y convivencial de la ciudad autónoma. Representantes institucionales, autoridades civiles y militares, miembros de la Comunidad Israelita de Melilla y ciudadanos asistieron a un evento que, más allá de su dimensión religiosa, se consolidó como un mensaje público de unidad, tolerancia y paz.
La ceremonia ha comenzado con la intervención del presentador. “Un momento especial, marcado en el calendario judío, ilumina nuestra ciudad con la luz de la tradición y la esperanza”, señaló. Ha recordado que esta festividad conmemora “el milagro del aceite que ardió durante ocho días en el Templo de Jerusalén, destacando la resistencia y la determinación del pueblo judío”. Ha subrayado, además, que Janucá es “sinónimo de luz, empatía, tolerancia, paz y, sobre todo, unidad en nuestro entorno, una luz que venció la oscuridad y que nos recuerda que una sola llama tiene el poder de disipar las sombras”.
El presentador ha insistido en que el acto debía ser un recordatorio del valor de la convivencia. “Esta noche, el principal deseo es que la luz de Janucá ilumine nuestras mentes y corazones, fomentando un sentido de convivencia, respeto, amor y buena voluntad. Utilicemos esta festividad como una oportunidad para fortalecer los lazos de unión, amistad y comprensión entre todos nosotros”.
A continuación, el rabino principal de la Comunidad Israelita de Melilla, Aaron Perets, ha tomado la palabra para explicar el significado profundo de Janucá. "Según la tradición, se celebra el día 25 de Kislev. En el pueblo judío no celebramos la guerra ni el triunfo sobre nuestros enemigos. Celebramos la tranquilidad, la posibilidad de vivir una vida tranquila, con significado espiritual y familiar. Eso es lo que celebramos”.
El rabino ha enfatizado que Janucá es también “la fiesta del agradecimiento”. Señaló que “Nuestros sabios nos enseñan que para poder agradecer de verdad al Todopoderoso, debemos empezar en la vida cotidiana, en casa, con la familia, los amigos y las personas con las que convivimos. El agradecimiento empieza en lo privado”.
Perets reflexionó sobre la tendencia humana a concentrarse en lo negativo. “En una familia, en la vida cotidiana, a veces dos o tres cosas pequeñas hacen opaco lo bueno que tenemos, y la persona se concentra en los problemas en lugar de valorar lo que tiene. Así es la vida, y así es la vida privada de cada persona. Como judíos, españoles y melillenses, debemos recordar lo principal. Estamos felices, estamos contentos y alegres, y debemos agradecer al Gobierno de España y, sobre todo, al Gobierno de nuestra ciudad, Melilla, por todo lo que hacen por nosotros, por respetar nuestras tradiciones y facilitarnos la vida para seguir con nuestra cultura”.
Tras la intervención del rabino, se ha procedido al encendido de las velas, cada una representando un valor específico. La primera vela, que simbolizaba la convivencia, fue encendida por el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda. La segunda, dedicada a la esperanza, correspondió al comandante general de Melilla, Luis Cortés Delgado. La tercera, que representaba la unión, fue encendida por el vicepresidente primero del Gobierno, Miguel Marín.
La cuarta vela, símbolo de comprensión, fue encendida por el consejero de Medio Ambiente, Daniel Ventura, y el consejero de Educación, Miguel Ángel Fernández. La quinta, dedicada al emprendimiento, correspondió al consejero de Seguridad Ciudadana, José Ronda, y a la viceconsejera de Igualdad, Fadwa Abelhaj. La sexta vela, símbolo de paz, fue encendida por el diputado de Vox, José Miguel Tasende, y el presidente de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, Francisco Díaz. La séptima, dedicada al respeto, fue encendida por el presidente de Inmusa, Sebastián Alarcón, y el presidente de Emvismesa, Hassan Driss. La octava vela, que representaba la fe, correspondió al coronel jefe de la Guardia Civil, Jesús Rueda, y al jefe superior de la Policía Nacional, Juan de Dios Piedra. Finalmente, la última vela, símbolo de agradecimiento, fue encendida por los miembros de la Mesa Interconfesional.
Posteriormente, el presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Elías Chocrón, ha dirigido unas palabras a los presentes. Chocrón destacó el valor de la festividad. “Es un honor estar hoy aquí, en este acto del encendido público, donde nos reunimos los melillenses para conmemorar Janucá, una de las fiestas menores del calendario judío. Que la luz de Janucá traiga la paz y el fin de todos los conflictos bélicos alrededor del mundo. Melilla y sus ciudadanos somos un ejemplo de convivencia y respeto mutuo”.
El presidente de la comunidad ha resaltado la historia y contribución de los judíos en Melilla. “La comunidad judía ha sido y sigue siendo parte integral de Melilla, aportando con su historia, legado, patrimonio, tradiciones y valores a la diversidad cultural que caracteriza a nuestra ciudad. Janucá nos brinda una oportunidad única para reflexionar sobre la importancia de vivir en armonía y respeto mutuo. Somos testigos de la riqueza que surge cuando las diferentes culturas se entrelazan, se nutren unas de otras, respetando lo ajeno y compartiendo”.
Chocrón ha concluido con un llamamiento a la continuidad de estos valores. “Que estas llamas brillantes nos inspiren a construir puentes de amistad y derribar barreras, a trabajar juntos por un futuro de convivencia pacífica y enriquecedora. Queremos seguir aportando lo mejor de nosotros mismos como individuos y como comunidad religiosa, contribuyendo al progreso económico, patrimonial, educativo y cultural de nuestra ciudad. Gracias a todos los melillenses que hoy han compartido con nosotros esta celebración”.
Finalmente, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, ha intervenido para cerrar el acto. “Estamos encendiendo la vela de Janucá. La convivencia y la esperanza es lo que debemos cuidar y enseñar a la gente”, señaló. Ha reconocido que el año no ha sido fácil. “Los conflictos exteriores se han golpeado también en nuestras mentes, en nuestras almas, en nuestra ciudad. No es fácil traer paz a nuestra vida cotidiana, ni mantener la armonía entre diferentes culturas. Por eso debemos trabajar más, hacer de verdad lo que significa nuestra convivencia”.
Imbroda ha insistido en la responsabilidad de cuidar la convivencia para las futuras generaciones. “Sobre todo para los niños y niñas, que deben cuidar su idea de ciudad, su idea de convivencia, respeto y tolerancia. No podemos trasladar conflictos externos a nuestra ciudad. Tenemos que dar ejemplo y trabajar desde nuestras casas, nuestros vecinos, colegios y barrios para que la luz de Janucá ilumine a todos”.
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