Este viernes día 8 de diciembre, a las 12:00 horas, tendrá lugar en la explanada “Héroes de Melilla” de la Base “Alfonso XIII”, una parada militar con motivo de la celebración de la Inmaculada Concepción, Patrona del Arma de Infantería, los capellanes castrenses y el Cuerpo Jurídico Militar. El acto será presidido por el Comandante General de Melilla, Luis Sáez Rocandio, y al mismo han sido invitadas las primeras autoridades civiles y militares de la ciudad.
La fuerza en formación, al mando del coronel Jefe del Grupo de Regulares de Melilla nº 52, Ladislao Morella Mezo, estará compuesta por: Escuadra de Gastadores mixta, Plana Mayor de Mando mixta, Unidad de Música de la Comandancia General de Melilla, Nuba del Grupo de Regulares de Melilla nº52, Banda de Guerra del Tercio Gran Capitán 1º de La Legión, Bandera del Grupo de Regulares de Melilla nº52, Tábor Alhucemas I/52 y Bandera de Infantería Protegida España I/1.
La Inmaculada Concepción es patrona de la Infantería Española desde el año 1892 por Real Orden de la Reina María Cristina de Habsburgo-Lorena. Este patronazgo tiene su origen en el llamado Milagro de Empel durante las guerras en Flandes.
Cuenta la historia que en 1585, el Tercio Viejo de Zamora logró, con la ayuda de la meteorología, esquivar la derrota y tal vez su destrucción en el monte de Empel, un hecho que fue calificado de milagro por los que lo vivieron y que es el responsable de que la Inmaculada Concepción sea la patrona de la Infantería española.
Hace 438 años, el 8 de diciembre de 1585, en el marco de la Guerra de los Ochenta Años –que enfrentó al Imperio Español con las Provincias Unidas de los Países Bajos– cuenta la leyenda que la Inmaculada Concepción intercedió para que el Tercio Viejo de Zamora derrotase a una flota de más de cien barcos holandeses en la localidad isleña de Empel.
La superioridad numérica de los nerlandeses era cuantiosa ya que, además de los 100 barcos con los que contaban, sus efectivos de infantería se contaban por 30.000, frente a los poco más de 5.000 españoles. Lo inusual de la histórica victoria, llevó a que la Inmaculada Concepción fuera proclamada primero como patrona de los Tercios Españoles y, varios siglos después, como patrona del Arma de Infantería del Ejército de Tierra de España.