Es diputada del Grupo Socialista y apoya a Susana Díaz. Soraya Rodríguez lamenta el clima de crispación que se ha generado en el partido y cree que no es el mejor clima para que la militancia reflexione de cara a unas primarias. En su argumentación insiste en preguntar a quién se negó a la abstención a decir cómo podía gobernar el PSOE si no con el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que pedía a cambio un referéndum de autodeterminación “anticonstitucional”.
–Muchos compañeros hemos hecho llamadas al respeto, pero la campaña no está discurriendo en el mejor clima para el debate. Indudablemente, lo superaremos. Tras el 21 de mayo, trabajando entre todos, lograremos un clima de unidad. Pero tengo que lamentar episodios de falta de respeto que no ayudan a las primarias, que necesitan un debate sosegado. Todos somos del PSOE, esto es lo que nos une.
–Dejar de hacer oposición, no. El Grupo Socialista está ejerciendo como principal fuerza de la oposición, pero indudablemente no lo hacemos en el mejor contexto. El PSOE vive una situación de fractura interna muy importante. No es fruto de la campaña de primarias, sino consecuencia de lo que ha pasado en la última etapa. Nunca hemos llegado a una división interna como la de ahora. ¿Es culpa sólo del anterior secretario general? Creo que no, porque en el PSOE las responsabilidades son compartidas, pero va en proporción al grado de responsabilidad que uno ocupa. La división interna es uno de los objetivos fundamentales que la candidatura de Susana Díaz quiere resolver. Salir de esta situación para lograr un partido unido que opte a gobernar España para transformar la sociedad.
–Es inaceptable. Lamento mucho que no le fuera recriminado por los que le escuchaban.
–Creo que sí, claramente. No me imagino a alguien que quiera ser secretario general, en su caso ya lo ha sido, que fuera a escuchar a cualquier miembro de otra formación a la izquierda del PSOE, que dijera de este partido que somos unos mafiosos. Evidentemente esa persona se levantaría y reaccionaría, no se levantaría para darle un abrazo. Es un comportamiento cruel con los compañeros. Quiero pensar que son actuaciones individuales que no encontrarán lugar en el PSOE al que aspiramos.
–Indudablemente quien sacó el mayor número de avales fue Susana. Pedro Sánchez, como secretario general del partido y candidato al 20-D y 26-J, obtuvo los peores resultados en el historia del partido. 90 y 85 diputados son unos resultados francamente malos. El asumir la responsabilidad cuando uno encabeza un proyecto no significa descalificar. En el partido han dimitido compañeros por malos resultados y no se les desacreditó o apartó. Estoy pensando en Joaquín Almunia (candidato a la Presidencia del Gobierno en el 2000), un hombre de gran valía profesional. Alfredo Pérez Rubalcaba dimitió por los resultados de unas elecciones que él no encabezaba, las europeas (2014).
–A todo el mundo sorprendió el gran apoyo en avales que logró. Tampoco esperábamos en la candidatura de Susana Díaz tener más de 60.000 avales, porque supone un grado de movilización importantísimo. Esto ha sobrepasado a las candidaturas, tanto a la nuestra como a la Pedro, el grado de movilización. Siempre hay menos gente que avala y más que vota.
–No comparto la manifestación de Susana Sumelzo, pero tampoco la de otros compañeros que están en el mismo punto y llevan casi desde el primer día de la constitución de la gestora intentando deslegitimarla. La gestora asumió el control del partido en un momento dificilísimo después de la dimisión del secretario general. Hubo un Comité Federal convocado por el secretario general. Quería hacer un congreso exprés en sólo 20 días, pese a que en enero acordamos que primero se acordaba la gobernabilidad de España y luego los problemas internos. El Comité Federal tenía que convocar el congreso, pero le dijimos ‘no’ al secretario general, porque pensábamos que no tocaba. Sánchez perdió la votación y, cuando estas cosas pasan, debe dimitir.
Además, la gestora llegó cuando el partido tenía que tomar una decisión muy difícil: si llevar este país a terceras elecciones o dar una respuesta en la lógica democrática. El PSOE no podía gobernar. Y quién piense lo contrario, tiene que decir con quién. Solamente podía hacerlo con Podemos y ERC, que desde el 20-D dijo que sólo apoyaría a PSOE si garantiza que se celebre un referéndum, que nosotros entendemos ilegal e inconstitucional. Esa era la única mayoría alternativa una vez Ciudadanos y Podemos se habían autoexcluido. Como no había opción de gobernar y había un acuerdo de 170 diputados, la mayoría del PSOE decidió que, cuando no podemos gobernar por no tener mayoría parlamentaria, no bloqueamos las instituciones. Primero la democracia, luego el partido.
- Es una posición política que no comparto. Después del 20-D pensamos que podía haber mayoría para gobernar, por eso intentamos el acuerdo con Ciudadanos y Podemos. Pero Podemos eligió votar con Rajoy, para que Rajoy siguiera, por cierto, con todo el problema de la corrupción que hay ahora en el PP. Ahora le parece una cuestión ética. Siempre he mantenido que Podemos nunca ha querido quitar a Rajoy, sino ir a segundas elecciones para quitar al PSOE de segunda fuerza. Si Podemos hubiera creído que estamos ante una cuestión de higiene democrática, le habría dado el apoyo a Pedro Sánchez.
En unas terceras elecciones habríamos colocado al PP en una mayoría absoluta con Ciudadanos y al PSOE en una mayor irrelevancia política. Yo respeto a los que piensan que tendríamos que haber ido a unas terceras elecciones, lo que exijo es respeto para los que tomamos una decisión política. Pero en ningún caso, que hablen de traición o rendición. Ese argumento lo hemos escuchado durante muchos años en la izquierda que se sitúa a la izquierda del PSOE, que se llama a sí misma auténtica, pero nunca lo hemos escuchado en el partido. Se equivocan los que han intentado colocar una ralla en el PSOE entre los socialistas buenos y los malos, los socialistas de derechas y de izquierdas. Les digo sinceramente que el daño es profundo, porque además saben muy bien que en el PSOE no hay nadie de derechas.
–Creo que Susana Díaz puede compaginar la Secretaría General con la presidencia de la Junta y creo que el debate de la compatibilidad entre ser presidenta de una comunidad y secretaria general no se ha dado nunca, y se da ahora cuando se presenta una mujer. No se escuchó a militantes, ni siquiera a Patxi López, cuando Bono se presentó a la Secretaría General siendo presidente de Castilla-La Mancha. La incompatibilidad con la Secretaría General no está en ser presidente de una comunidad autónoma, que significa que has ganado y que tienes un respaldo, la incompatibilidad está en querer ser secretario general y perder elecciones.
–Soy absolutamente respetuosa, porque doy el respeto que exijo. Es un proceso donde elige la militancia, que elige y avala a quién quiera. Aquí no hay una candidatura de los militantes. Está la candidatura de Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López. Detrás de ellos hay muchos militantes. Si alguien intenta hablar en nombre de la militancia, a quién no representa, se equivoca. Los militantes son gente libre e inteligente y votan y avalan a quién quieran.
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