“La imprudencia al nadar con bandera roja pudo acabar en un disgusto”

Isaac Ugencio fue el policía nacional que arriesgó su vida para salvar a uno de los tres niños que estuvieron a punto de ahogarse en la playa de San Lorenzo.

Isaac Ugencio, policía nacional de Zaragoza, y Aiman Mohamed Charradi, un niño de 13 años, se conocieron en la peores circunstancias posibles el pasado viernes. El pequeño disfrutaba del baño en la playa de San Lorenzo cuando la marea le arrastró, junto a un primo y un amigo. Ugencio escuchó a los niños gritar socorro. No lo dudó un instante y, con otros dos socorristas, entró en el mar y sacó a Aiman de entre las fuertes olas.
Ayer El Faro volvió a juntar a ambos en la misma playa donde se produjo el rescate. El pequeño quiso saludar al policía que le salvó la vida, así como volver a agradecerle, en persona, que le ayudara. A este encuentro acudió con su padre y su hermana, también muy agradecidos por la heroicidad de este policía nacional y los socorristas de San Lorenzo.
Ugencio asegura que hizo lo que tenía que hacer y que cualquiera de sus compañeros hubiera echado una mano en esta situación. Afirma que sólo veía que había niños indefensos luchando contra las olas.
Es más, este policía nacional subraya que ayudar a quien lo necesita forma parte de la educación en valores que ha recibido de su familia, así como de otros compañeros y de sus jefes.
Hasta el viernes jamás se había enfrentado a algo así. “La imprudencia de bañarse cuando había bandera roja en la playa pudo acabar en un disgusto”, asevera.

El rescate
Ugencio explica a este periódico que el viernes salió del gimnasio y, como no quería ir a casa porque era pronto, decidió ir a tomar el sol a la playa. Estaba tranquilo sobre su toalla cuando escuchó unos gritos desgarradores. Vio como tres niños pedían socorro. Eran casi las 20:00 horas y el mar estaba muy picado.
Este policía nacional afirma que no se lo pensó dos veces y entró en el agua junto con los dos socorristas que había en la zona. Cada uno concentró sus esfuerzos en rescatar a uno de los menores.
Ugencio llegó a donde estaba Aiman y le cogió en brazos. Asegura que es muy buen nadador y aún así, tragó mucha agua porque las olas no paraban de golpearles con fuerza.
Al llegar a la arena, comprobó sus constantes vitales. Este agente es voluntario de Cruz Roja y ha realizado varios cursos de primeros auxilios y rescate, aunque nunca había tenido que ponerlos en práctica hasta el viernes.

Las gracias
Aiman estaba bien a pesar de que tragó mucha agua. No obstante, Ugencio le acercó a la ambulancia donde estaban atendiendo a los otros dos menores para que los sanitarios comprobaran su estado de salud.
Luego le tocó tranquilizar al pequeño. Estaba muy nervioso porque no le había dicho a sus padres que se iba a la playa y temía que le castigaran. El policía nacional echó mano de su paciencia y explicó al pequeño que no iba a pasar nada. Estuvo con él hasta que una patrulla de la Policía local llevó al pequeño a su casa.
Ugencio asegura que “no puede describir” cómo se sintió cuando Aiman le dio las gracias por rescatarle. Afirma que no hay una recompensa mejor que las palabras de ese niño emocionado, así como las de su madre, con la que charló al día siguiente.