La ilusión por la magia

  • La cabalgata de los Reyes Magos recorrió el centro de Melilla repartiendo caramelos y confetis

  • Centenares de melillenses siguieron de cerca la caravana

La magia en forma de confeti y caramelos inundó ayer el centro de Melilla al paso de los Reyes Magos a la vez que llenó de ilusión el rostro de todos los melillenses, sobre todo el de los más pequeños. La cabalgata tan esperada por los niños salió desde la Avenida de la Democracia y cruzó las céntricas calles de la ciudad hasta llegar a la Avenida Juan Carlos I. El corazón de Melilla palpitaba de gritos: “Ya vienen los Reyes”, “Ya están aquí” o “¡Quiero caramelos!”.

Los melillenses abarrotaban las aceras al paso de las carrozas, decoradas con motivos navideños, llenos de luces, brillo y purpurina. La comitiva avanzó al ritmo de villancicos y música animada que guiaba los pasos de los pajes y bailarines que se intercalaban entre cada vehículo. Los trajes de los duendes y otros acompañantes reales, llenos de lentejuelas y bordados con hilos de oro, no dejaron indiferente a nadie.

Entre tanta elegancia fantástica, profesionales de protección civil y otros servicios de emergencias velaban por la seguridad de todos los ciudadanos, evitando que niños cruzaran las vallas de seguridad y se acercaran a las carrozas a recoger algún que otro caramelo que había caído al asfalto. Aún así, lo que no pudieron evitar fue que la puntería de los pajes y otros niños subidos en carrozas diera en la cabeza a más de uno al lanzar los caramelos, que por suerte eran blandos y esponjosos.

Caras conocidas

La cabalgata de los Reyes Magos reunió a infinidad de caras conocidos por el público más joven del evento. Los niños se emocionaron al ver sobre una zarroza a un Olaf enorme, uno de los personajes protagonistas de la película de Disney ‘Frozen’. Tampoco faltó a su cita Papá Noel, quien decidió echar un cable a sus Majestades de Oriente y dejar de lado la tradicional rivalidad a la que los ciudadanos les someten cada año con la pregunta: “¿A quién prefieres, a Papá Noel o a los Reyes Magos?”.

Tras la gélida carroza de Santa Claus, un equipo de majorettes bailaba una coreografía, la cual abría paso a la carroza del rey Melchor, quien subido en su trono saludaba a los melillenses y les lanzaba caramelos junto a sus pajes. Tras él, Mickie y Minnie Mouse seguían la animada caravana.

El ritmo seguía unos metros más atrás con la carroza del rey Gaspar, quien se coronó como el más generoso a la hora de lanzar caramelos entre el público. Al pelirrojo lo escoltaba Cruella De’Vil y los 101 Dálmatas bailando una coreografía muy marchosa y personajes infantiles como Buzz Lightyear, Alvin y las Ardillas, Los Pitufos y las Tortugas Ninja, todos ellos salidos de series de dibujos animados.

El coche que acompañaba a estos personajes fue uno de los más deseados de la cabalgata porque lanzaba largos bastoncillos de caramelo de distintos sabores. Algunos pajes tuvieron que escoltarlo y repartir a mano estos dulces entre los niños para evitar que saltaran de detrás de las vallas hasta la misma carretera.

El rey Baltasar iba majestuoso en su trono tras los personajes de fantasía. Este mago de Oriente también fue aclamado por lanzar caramelos y por dedicar infinidad de amplias sonrisas a los melillenses que le saludaban desde el suelo, pero también en los balcones de los edificios cercanos.

El tren turístico seguía a Baltasar, decorado con luces y guirnaldas y, tras él, un camión de bomberos con un figurante especial: un perro de rescate que lucía un chaleco del Cuerpo y un gorrito rojo a juego con los uniformes de estos profesionales.

Recepción real

El recorrido de la comitiva finalizó en Plaza España. Los Reyes Magos saludaron a los melillenses desde el balcón principal del Palacio de la Asamblea. Allí, sus majestades agradecieron al público tal recibimiento y les animó a celebrar la noche en familia y en casa y recordaron a los más pequeños su obligación de portarse bien para recibir regalos, mientras que los más traviesos y pícaros sólo obtendrán carbón.

Al finalizar este saludo en el balcón, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, entregó ya en su despacho un pequeño obsequio a los Reyes Magos por su presencia en la ciudad y por acordarse de los niños melillenses, a quienes visitaron a lo largo de la noche de hoy para dejarles los juguetes que han deseado desde hace tanto tiempo.

Antes de abandonar el Palacio de la Asamblea y comenzar a repartir los regalos que hoy han desenvuelto los pequeños y no tan pequeños, los Reyes Magos ofrecieron una pequeña audiencia real en la que participaron niños y niñas de las diferentes carrozas de la cabalgata.

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