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A la misa que estuvo presidida por el vicario, Roberto Rojo, acudieron numerosos melillenses
La iglesia del Sagrado Corazón celebró en la tarde de ayer la clausura del Año de la Misericordia, proclamado por el Papa Francisco. La misa estuvo presidida por el vicario episcopal Roberto Rojo y también estuvo presente el obispo emérito Ramón Buxarrais.
El acto contó además con la presencia de Rafael Vega, de la parroquia San Francisco Javier, Rafael López, de la iglesia San Agustín, Ignacio Moneo, de la iglesia Santa María Micaela y Franciso José Sierra, de la parroquia Castrense.
El Año Santo o Jubilar es tradicionalmente un año de perdón y reconciliación. Un jubileo extraordinario puede ser convocado en una ocasión especial o por un evento que tiene una importancia especial, como es el caso del Año Santo de la Misericordia.
Primer Año Santo
El primer Año Jubilar de la historia, con el perdón general de todos los pecados, tuvo lugar en el 1300 por iniciativa del Papa Bonifacio VIII. La idea era celebrarlo cada 50 años, siguiendo la antigua costumbre judía, pero después se pasó a convocarlos cada 25 años para asegurar que tenga lugar una vez para cada generación. Lo esencial del jubileo es pedir perdón a Dios y perdonar a los demás.
La indulgencia que se gana al cruzar la puerta santa limpia las huellas que dejan en el alma y en la conducta los pecados ya perdonados en la confesión. La devuelve al estado original.