{jathumbnail crop="undefined" /}Villalba repasa en El Faro los momentos más importantes de Melilla desde su ocupación española hasta el Levantamiento del Sitio celebrado este sábado, ‘leit motiv’ de un nuevo libro que se presenta esta semana.
Esta semana las Jornadas de Historia se han centrado en los primeros años de la ocupación de Melilla por los españoles. Una historia que, salvando la distancia, ha coincidido con la celebración este sábado del Levantamiento del Sitio como cada 19 de marzo. La historia de Melilla, en el aspecto político, ha estado impregnado por la polémica y el enfrentamiento entre partidos, sin embargo, uno de los coordinadores de estas Jornadas, el historiador Miguel Villalba, defiende la labor investigadora como la clave para clarificar unos hechos históricos, en concreto los que se refieren a Melilla, plasmados en documentos y archivos que hoy día están siendo estudiados más en profundidad.
-Siempre se ha visto revestido de polémica los primeros años españoles de Melilla, ¿fue ocupación o conquista?
-Hay que diferenciar los dos términos, pero en los documentos no se recoge que haya un hecho de armas, no hay ninguna lucha. Una ocupación puede venir por un pacto entre las tropas y la población aunque en el fondo es una conquista puesto que se trata de tener un territorio. En ese avance se suceden en algunas ocasiones luchas y en otras no, el enemigo se entrega, se rinde o se pacta. En el caso de Melilla sucede que sus habitantes pactan con los Reyes Católicos para ponerse bajo su soberanía porque la ciudad no admite de buen grado al sultán de Fez. Además, las ciudades costeras del norte de África prestan acato al soberano que ellos quieren y si no, continúan viviendo.
En el caso de Melilla es un proceso complejo que llevan muchos años de negociaciones con lo que cuando los españoles llegan a la ciudad todo está ya pactado. Además, la ciudad está completamente abandonada y destruida. Los habitantes prácticamente se han marchado por la amenaza del poder otomano que ya se acercaba por Argel y además también se dieron otra serie de circunstancias como una epidemia de hambre y la peste. Y en este contexto llegan los españoles a Melilla.
-De todo ello, ¿qué hay plasmado en documentos?
-Existe mucha documentación sobre Melilla en torno al 17 de septiembre. La única referencia es la historia que escribe Pedro Barrante, pagado por los Duques de Medina Sidonia, y que tiene pasajes inventados como es el supuesto linaje del Duque para atestiguar una nobleza que después se ha demostrado que no existía. No obstante, en los archivos de Medina Sidonia hay dos documentos inéditos como es la orden de tomar Melilla datada en 1496 al obispo de Badajoz, Juan de Fonseca, que era el organizador de las expediciones de los Reyes Católicos a la parte atlántica de África, las de Cristóbal Colón y la de Melilla. Y otro documento que data del mes de mayo de 1497 en la que el Duque escribe a los Reyes explicando que la expedición está preparada y que únicamente falta el envío de lo solicitado que, en el contexto del documento, se refiere a la empresa de Melilla. Lo que pasa es que este archivo es muy dificultoso y muchos historiadores desisten.
También el archivo de Simancas recogen testimonios, cartas y manuscritos principalmente, de carácter administrativo desde que se toma Melilla hasta finales del siglo XVII aproximadamente. Existe una carta de unos escuderos y caballeros que protestan al rey porque han estado en la toma de Melilla hace más de un año y no se les ha pagado. Todo esto estará incluido en una colección documental de Melilla en la que estamos trabajando.
-Si hay tanto desconocimiento de la historia de la ciudad, ¿es por despreocupación o desinterés?
-No, es por las características de la época. Los medios y avances ténicos nos permiten hoy ciertos lujos como viajar a los archivos españoles aunque sigue teniendo un coste económico y de tiempo del que no se disponía hace años y también hoy. La figura del archivo no existía como hoy día en la forma actual. Hoy contamos con legajos digitalizados e indexados y puedes tener acceso. Antes tenías que mirar documento a documento y para publicar tres primero el investigador tiene que ver 3.000.
En España tenemos gente preparada, pero el tema de Melilla no ha traído mucho la atención a los investigadores punteros porque es un tema muy local, muy reducido y los investigadores cuando tienen un amplio archivo se dedican a temas que se publicitan mejor y esos factores influyen a que se desconozca la historia. La problemática es que estos temas lleguen al gran público y las editoriales no son muy propensas a publicar ‘tochos’ de historia porque no venden.
-¿Es lo que le ha pasado a la historia de Melilla?
-La historia de Melilla se ha vendido como un hecho heroico de Pedro de Estopiñán porque no tiene tanto honor venir y reconstruir una ciudad, no tiene picante para que se venda. El desconocimiento de los archivos también ha influido en que la historia de Melilla se haya contado en base a crónicas y no a esos archivos.
-Es por ello que, en estas Jornadas, los ponentes han atestiguado que la ocupación de Melilla fue una decisión de Estado pactada con Portugal en el Tratado de Tordesillas y, entonces cabe dilucidar que no fue una ocupación violenta.
-Toda la documentación y fuentes documentales se refieren a la toma de Melilla y no a una acción armada, a sangre y fuego. Es una ocupación pactada, fruto de muchas negociaciones con los habitantes de la ciudad. El Tratado de Tordesillas recoge todo esto. La historiografía siempre se refiere a este Tratado centrado en América pero no es así, el motivo principal es el reparto del reino de Fez, a causa de la conquista de estos territorios por Portugal. Son las negociaciones entre Portugar y España para modificar el tratado anterior. De hecho, una vez pactada con los habitantes de Melilla su ocupación es cuando los Reyes Católicos fuerzan a los portugueses a firmar el Tratado de Tordesillas. De hecho, Portugal dice que España puede tomar Melilla si los habitantes la entregan y fija un plazo de tres años. A cambio los Reyes Católicos ceden unas millas náuticas en el Atlántico a cambio de Melilla y Tazaza.
-Precisamente el interés simpre se centró en la ciudad y no en la zona circundante a Melilla.
-Melilla era un lugar estratégico en África teniendo en cuenta que las rutas comerciales de esclavos y oro procedentes del centro del continente habían variado y en ese momento, para llegar a Europa, salían por Melilla. Ese fue el primer objetivo de los Reyes Católicos pero después se convierte en otra cosa: la dominación marítima para prever las armadas de los turcos otomanos que era la potencia del momento. Por ello, además de Melilla se tomaron ciudades como Orán y Mazalquivir.
-Uno de los ponentes matizaba que Melilla tenía mal puerto.
-Por que sufría un Levante muy fuerte que estrellaba los barcos contra las escolleras. De hecho, esta fue una cita textual de una carta de Cristóbal Colón que veía que su tercera expedición a América se retrasaba porque la Corona de Castilla daba prioridad a la de Melilla y de ahí que éste dijera que tenía mal puerto y que no merecía la pensa conquistarla. Pero sí que era importante no como punto comercial sino para prever la amenaza otomana. Con lo que, lo importante en esos momentos era la dominación del Mediterráneo y no tanto América de donde ya se traían las materias comerciales.
-Es por ese interés geoestratégico por lo que Melilla sufre a lo largo de su historia varios sitios, a propósito del Levantamiento del Sitio celebrado este fin de semana.
-Pero curiosamente nunca ha sido asediada por el mar si no por tierra. Ciertamente este sitio es, junto con el 17 de septiembre los dos momentos históricos más importantes de Melilla, porque la ciudad y las tropas aguantaron tres meses de asedio y bombardeos diarios. Y fue un éxito porque si el sultán de Fez hubiera conseguido la ciudad posiblemente Melilla no sería hoy española.
-Precisamente este sitio, que se celebra todos los años, es el tema principal de una nueva obra que se presenta esta semana en la UNED.
-Todo viene por un pacto de paz que Carlos III acuerda con el sultán de Fez, pero que éste obvia. Entonces se dan una serie de hechos heroicos por la voluntad que tenían de defender la ciudad. Recluidos en la ciudadela estuvieron abastecidos por mar, llegaron muchas tropas de refuerzo, algunas tuvieron que rechazarlas porque no tenían espacio físico porque la plaza era pequeña, sin embargo, el resto de la ciudad quedó arrasada. Así cuando el sultán desiste y se retira, Carlos III asigna una cantidad económica para que Melilla celebre todos los años el 19 de marzo con una misa de acción de gracias y que sea fiesta en la ciudad. Melilla ha sufrido muchos sitios, pero este es sangriento penoso y largo.
-Y aún así es un día que enfrenta a los partidos políticos.
- El historiador no puede entrar nunca en lo político para avalar ninguna tesis. No entiendo por qué los políticos juegan con la historia de esa manera.
-La oposición más firme al respecto, tanto en el 19 de marzo como el 17 de septiembre, es por parte de Coalición por Melilla.
-La Historia es la que es, no se puede cambiar porque un político, cual sea su color, quiera cambiar esos hechos para aval de su tesis personal. Los hechos permanecen inalterables: Estopiñán llega y fortalece la ciudad, no hay lucha ni enfrentamiento y cuando llegan los españoles, el rey de Fez se entera y manda a un capitán para tomar Melilla, ven que no pueden y así lo avalan los documentos históricos y no otra cosa.
-¿Se pervierte así la esencia de la Historia?
-No podemos pensar como se pensaba hace tres siglos, hoy es diferente, hemos evolucionado y tampoco podemos juzgar los hechos históricos con el pensamiento de hoy porque sería tergiversar. Me puede parecer bien o mal un hecho histórico desde mi perspectiva actual, pero en el pensamiento de ese momento tengo que comprender que eso es diferente al que hoy existe. Juzgar un hecho histórico con el pensamiento actual es una barbaridad.
-¿En algún momento se pensó seriamente en la idea de abandonar Melilla?
-Un documento del rey Carlos V dice que se reduzca Melilla y pensaban abandonarla porque era costosa y no tenía clave estratégica ya. Pero no era algo que pudiera ser público porque le rey se había nombrado emperador y por prestigio ante otras potencias, como la otomana, no podía abandonar una ciudad. No obstante, la vida en Melilla continuaba con los avatares propios de una ciudad fronteriza. De hecho, todos los asedios que sufrió la ciudad fueron por tropas que venían de fuera, nunca por parte de los propios habitantes.
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