La Guardia Civil intercepta a diez inmigrantes en la zona de Aguadú

La embarcación de juguete con la que pretendían llegar a Melilla estuvo a punto de zozobrar a causa del viento de levante, por lo que necesitaron ser auxiliados.

La llegada de inmigrantes subsaharianos a Melilla este verano no cesa, pues en la jornada de ayer entraron en la ciudad diez más por vía marítima.

Según informó la Delegación del Gobierno de Melilla, diez personas, tres de ellas menores de edad, tuvieron que ser auxiliadas por la Guardia Civil a las 6:18 horas cuando intentaban llegar a la costa de la Ciudad Autónoma por la zona de Aguadú, en el Dique Norte.

Los inmigrantes viajaban en una embarcación hinchable de juguete, la cual estuvo a punto de zozobrar a causa del fuerte viento de levante que soplaba a esa hora, lo que provocó que tuvieran que ser rescatados por el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.

Una vez en tierra, se comprobó que los inmigrantes no requerían asistencia sanitaria, por lo que se les trasladó a la Jefatura Superior de Policía para tramitar el correspondiente expediente de expulsión del territorio nacional, en función de lo establecido en la Ley de Extranjería.

En lo que va de semana se ha producido la llegada de 25 inmigrantes a la ciudad. Las dos primeras entradas tuvieron lugar la madrugada del lunes por vía marítima, cuando diez personas llegaron a la costa en una embarcación hinchable y cuatro más a nado. 

Por otro lado, el jueves una persona logró acceder saltando de madrugada la valla que separa España de Marruecos, en concreto un tramo cercano al Cementerio Musulmán, siendo la segunda ocasión de este verano en la que se burla la vigilancia del perímetro fronterizo.

Con los de ayer, ya son 25 los inmigrantes de origen subsahariano que han llegado esta semana a la Ciudad Autónoma.

La saturación que se vive en el CETI también repercute en el Centro La Purísima, donde son conducidos los extranjeros menores de edad no acompañados. Mientras que los que que llegan con sus familias son trasladados al CETI, los que lo hace solos son llevados a La Purísima, donde se les realiza una prueba para comprobar si son realmente mayores de edad.

La Consejería de Bienestar Social calcula que desde el pasado 1 de mayo han entrado en la ciudad 35 menores subsaharianos no acompañados, provocando que La Purísima llegue al tope de sus niveles de ocupación, ya que sus instalaciones están equipadas para albergar a 160 personas, por lo que se ha optado por trasladar a algunas al Centro Asistencial, al de la Divina Infantita, Nuevo Futuro o el de Reforma.

Así las cosas, la llegada de inmigrantes también está afectando a las instalaciones donde se alojan los menores de edad no acompañados, que durante este verano también han llegado en gran número procedentes del sur y el centro de Marruecos, según recalcó durante esta semana la consejera de Bienestar Social, Mª Antonia Garbín.