Ya está aquí y en todo su esplendor. La gripe, siempre tan atenta a su cita invernal, ha vuelto para colapsar consultas, provocar bajas laborales, pero sobre todo dejar un mal cuerpo a los ciudadanos.
En Melilla, en la primera semana de enero, la tasa global de incidencia ascendió a 179,9 casos, manteniéndose en plena fase de ascenso de la onda epidémica de gripe de la temporada 2016 y 2017. Así lo ha indicado a este periódico Emma Navarro, médico de Familia en el centro de salud de Cabrerizas e integrante de la Red Centinela de Gripe en Melilla.
Con estos datos, la campaña contra la gripe se mantiene, esperándose el pico más alto para finales de enero e incluso mediados de febrero. Navarro asegura que la actividad gripal ha aumentado especialmente en las últimas semanas debido al claro descenso de las temperaturas. “Realmente es ahora cuando ha empezado a hacer frío”, apunta.
Síntomas
La médica explica que si tenemos fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, dificultades para respirar, tos y dolores musculares, es casi seguro que tengamos la gripe. Con frecuencia los pacientes con gripe tienen síntomas catarrales leves. Así, indica que no es necesario tomar antibióticos. “Es un proceso viral que se suele superar en una o dos semanas”, señala.
Para evitar contagios, la experta recomienda que las personas con gripe permanezcan en casa en lugar de asistir al colegio o al trabajo. También insiste en mantener “una escrupulosa higiene”. “Cuando los pacientes estornuden, deben lavarse las manos con frecuencia. Asimismo, es necesario evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
Por último, Navarro aconseja que, mientras dure la enfermedad, los afectados cubran su boca y nariz con un pañuelo cuando tosen. “La gripe se suele transmitir a familiares que inspiran las gotitas respiratorias producidas por la tos y estornudos”, explica.
Precisamente eso fue lo que le ocurrió a Fatiha Yacheo. Fue su pareja, Joaquín Mateo, quien empezó a moquear “sin parar” hace dos semanas. Ahora, los dos padecen la gripe. “Es muy angustioso porque estás todo el día con mal cuerpo”, indica Fatiha, mientras espera su turno en el centro de salud de la zona centro. Joaquín asegura encontrarse algo mejor, pero insiste en que lleva más de nueve días medicándose. Eso sí, admite que su proceso de recuperación es lento porque no ha reducido el consumo del tabaco. “Es más fuerte que yo”, dice.
No son los únicos que esperan ser atendidos por el personal sanitario para poner fin “a los escalofríos y dolores articulares”. María Pérez, de 58 años, cuenta que hace unos días salió a comprar y cuando regresó a casa tenía casi 39 grados de fiebre. “A partir de ahí, empecé a sentirme fatal”, comenta. “Todos los años caigo”, lamenta. Otros, parecen inmunes. Alejandro de la Rosa acude a su médico para una simple revisión. Asegura que lleva sin tener la gripe desde que es pequeño. De hecho, cualquiera podría adivinar, a través de su vestimenta, que no está padeciendo esta enfermedad: lleva manga corta.
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