La remodelación de la seguridad de la valla de Melilla tras la retirada de las llamadas concertinas en 2019 estará concluida en los próximos tres meses con la completa instalación en todo el vallado de elementos anti-intrusión conocidos como "peines invertidos", mientras que a finales de año la frontera será "inteligente".
Así lo ha asegurado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en sendas intervenciones a interpelaciones este miércoles en el Congreso defendidas por el PP y Vox, que previamente habían también protagonizado preguntas al ministro sobre el mismo asunto: los recientes intentos de entradas masivas de inmigrantes por la valla de Melilla.
Ha sido en la última parte de la sesión parlamentaria y ya en el turno de las interpelaciones cuando Marlaska ha dado cuenta de los trabajos de modernización del perímetro fronterizo de la ciudadana autónoma emprendidos en 2019 cuando el Ejecutivo ordenó retirar las concertinas a instalar elementos menos "cruentos" pero eficaces para impedir ser rebasados de forma irregular pro los inmigrantes.
Marlaska ha avanzado que se está trabajando en la segunda fase de esta remodelación -se aprobó una inversión total de 32 millones de euros- con la instalación en todo el perímetro de "peines invertidos", una nueva estructura metálica de barrotes semicirculares que ya está colocado en siete kilómetros pero no en los lugares del vallado por los que los inmigrantes han trepado estos días para tratar de acceder a España.
Junto a esta medida, el titular de Interior ha explicado que esta frontera sur de Europa será "inteligente" a finales de año, pues ese plan de remodelación contempla la instalación de un circuito cerrado de televisión para controlar todo el vallado o de sensores para detectar cualquier actuación en la verja.
Antes de estas explicaciones el diputado de Vox Javier Ortega Smith ha explicado las "diez mentiras" en las que, a juicio de su partido, incurre el Ejecutivo para engañar a la ciudadanía sobre este problema, entre ellas, que Marruecos "no colabora" porque usa a los inmigrantes para "chantajear económicamente" a España y para presionar demográficamente con el objetivo final de reivindicar como propias estas ciudades.
También es "una gran mentira" para Vox que las fronteras sean seguras, que los inmigrantes sean pacíficos o que "sean buenos" para España porque "nos cuestan una fortuna , no aportan riqueza o desestabilizan el mercado laboral", en palabras del diputado que ha llegado a exhibir dos garfios de los que ha dicho emplearon los inmigrantes para agredir a los agentes en su salto a la valla.
"Ustedes miserabilizan el debate público con la mentira y demonizando a la inmigración", ha lamentado Marlaska antes de dejar claro que solo llegan irregularmente a nuestro país 0,0021 personas de cada cien, que la criminalidad en Melilla ha descendido en 17 puntos en los últimos tres años y que en el conjunto de España el 80% de los delincuentes son de nacionalidad española.
Más sosegado ha sido el tono del debate de la interpelación del PP, cuyo diputado Fernando Adolfo Gutiérrez Díaz de Otazu ha lanzado al ministro algunas propuestas, como ejecutar expedientes de expulsión inmediata o llevar a cabo acciones de adiestramiento para que las Fuerzas Armadas puedan apoyar a las de seguridad cuando estas lo requieran.
Gutiérrez ha instado al Gobierno a tomar medidas para que los ciudadanos de Ceuta, Melilla y Canarias no consideren sus territorios como "coladeros" ni piensen que las autoridades no pueden darles seguridad.
Al ministro le ha gustado el tono del diputado porque, según ha dicho, abre la puerta a la esperanza para que en política migratoria el Gobierno pueda contar con la cooperación del principal partido de la oposición.
"Me voy razonablemente satisfecho. (El PP) ha cambiado el tono. Eso es mucho", ha concluido.