Melilla registra actualmente una de las cifras más elevadas de paro entre los jóvenes, que no encuentran una oportunidad para incorporarse al mercado laboral más allá de estudiar unas oposiciones y tratar de entrar a formar parte de la administración pública. La escasa oferta que presenta actualmente el modelo productivo melillense y la preocupante falta de formación en muchísimos casos son un cóctel explosivo, que lastra el empleo y lo convierte casi en un elemento de lujo para los menores de 30 años.
El Gobierno local tiene el firme propósito de convertir a la ciudad en un destino de inversión para la industria digital y para eso necesita no solo que las empresas conozcan las ventajas fiscales que Melilla les ofrece, sino también un capital humano suficientemente interesante como para que se decidan a implantarse aquí. Es fundamental desarrollar el talento que tienen los jóvenes y eso solo puede hacerse a través de la formación, abrirles los ojos a un mundo que es el futuro y en el que sí pueden tener la oportunidad que están esperando para entrar de lleno en el empleo.
Y que sea precisamente Telefónica, una de las empresas digitales más importantes de Europa, la que se muestre dispuesta a poner en funcionamiento proyectos de formación en la ciudad es una garantía de éxito. Una compañía de ese nivel, con el potencial y experiencia que acumula, es lo que necesita la ciudad para ir poniendo en marcha planes formativos que extraigan todo ese talento por aflorar de unos jóvenes a los que las nuevas tecnologías no les son ajenas por completo pero que deben ser convenientemente instruidos en su uso para formar parte de las empresas que se implanten en Melilla o incluso que emprendan sus propios negocios para lo que, además, contarían con el apoyo de la Ciudad Autónoma y un régimen económico y fiscal muy favorable a sus intereses.
Hay que tener presente, por otro lado, que Melilla cuenta con una red de primer nivel, de las mejores del mundo decían los directivos de Telefónica que ayer se reunieron con el presidente, Juan José Imbroda, y el consejero de Innovación Tecnológica, Miguel Marín. Toda la ciudad está cubierta al 100% por 5G, algo que ni siquiera existe en grandes capitales del mundo como Londres o París. Eso es otro de los atractivos que se pueden vender porque quienes estuvieran por la labor de situar aquí alguna de sus sedes dispondrían de una conexión de champion league, precisamente proporcionada por el cable submarino que en su día instaló Telefónica.
A esa infraestructura básica que supone la magnífica conectividad hay que añadir, por otro lado, la firme decisión de la Ciudad Autónoma de ofrecer espacios donde situar a las empresas. En principio sería en la parte terrestre del Cargadero del Mineral pero existe ya un proyecto para la construcción de un vivero de empresas en las antiguas instalaciones de la Casa de Socorro, en pleno centro melillense. Se quiere crear un hub tecnológico que facilite la llegada de las empresas.
Todo esto es lo que estuvo ayer sobre la mesa de la reunión que antes citamos. El Gobierno de Imbroda está por la labor de alisar el camino para la inversión en las nuevas tecnologías y preparar la ciudad para el acogimiento de un sector productivo de una importancia capital en la sociedad actual, que tiene en lo digital el sostén de una buena parte de su sostenibilidad económica.
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