Melillense afincado en Madrid, inaugura hoy en el Club Marítimo (20:00 horas) la muestra ‘Pinceladas con historia’. Refleja imágenes de la ciudad de la primera mitad del siglo XX.
Esta tarde, a las 20:00 horas, se inaugura en el Real Club Marítimo de Melilla la exposición ‘Pinceladas con historia’. Su autor es Enrique Ordóñez, un melillense afincado en Madrid que, desde su jubilación como arquitecto, está volcando su actividad en la pintura. El resultado de esta dedicación en exclusiva a su vocación artística ha sido la creación de 31 obras pictóricas que incluyen “acuarelas y dibujos”.
“Ésta es mi primera exposición”, cuenta Enrique Ordóñez a El Faro, añadiendo que su preparación le ha llevado “todo el año pasado y lo que llevamos de éste”. En gran parte, “se basa en recuerdos de infancia”, añade.
El trabajo de este artista es en gran parte un homenaje a las construcciones modernistas de Melilla, aunque también da protagonismo a otros elementos de la arquitectura local, como es el faro que se encuentra en El Pueblo.
Las pinturas y dibujos de Ordóñez reflejan una época en concreto de la ciudad, la que recorre la primera mitad del siglo XX.
El artista nos traslada con su imaginación a otros momentos de la historia de la ciudad. Por ejemplo, la obra elegida para el cartel de la exposición es una vista del edificio de la Comandancia General, pero con una particularidad: en la vía pública circulan coches de época e incluso carruajes de caballos.
Dibujos con historia
“Ese dibujo tiene su historia”, comenta Enrique Ordóñez. “Yo vivía en la calle Alonso Martín, junto a la fachada izquierda de la Comandancia. Para mí dibujar eso era fundamental”.
Precisamente esa obra fue lo que ha propiciado que su primera exposición se lleve a cabo en Melilla, dado que en un principio estaba previsto que la muestra fuera expuesta “en Madrid”.
“A través de ese dibujo, el teniente coronel Antonio Vázquez y el comandante Juan Carlos Corrales se pusieron en contacto conmigo. Me dijeron si me interesaría exponer mis obras primero en Melilla y les dije que sí”.
Origen de la exposición
Pero el embrión de la obra pictórica de Ordóñez no fue ese dibujo, sino otro emblema de la arquitectura de la ciudad, en este caso, modernista: la Casa Tortosa.
Este edificio es uno de los más emblemáticos de la Avenida Juan Carlos I. “Fue el primero que dibujé”, explica. “Un descendiente de los Tortosa expuso un dibujo a bolígrafo de la casa. Me llamó tanto la atención que contacté con él, y así surgió la idea de hacer lo mismo que él, pero en acuarela. La Casa Tortosa fue el origen de mi colección”, subraya el artista.
Esa obra lleva la firma de Enrique Nieto, “ese hombre que tanto hizo por Melilla”, resalta. No en vano, la exposición es en gran parte un tributo a los edificios que el célebre arquitecto diseñó.
Por ejemplo, el Palacio de la Asamblea, que también forma parte de la exposición. O la mezquita del Rastro, otra de las construcciones realizadas bajo la dirección de Enrique Nieto.
La sinagoga y la iglesia del Sagrado Corazón son otras de las imágenes de Melilla a las que Enrique Ordóñez da su toque personal. “Dibujo mucho el detalle”, continúa. Por ejemplo, en la terraza del desaparecido Café Metropol “se ve a las señoras de época tomando su café y a los limpiabotas”.
Ordóñez también centra parte de sus obras en cuarteles de la ciudad, como el Fuerte de Rostrogordo o el acuartelamiento de la Legión. Y también dentro de lo castrense “el único interior” de las obras que expone. “Un salón del Casino Militar que se usaba para fiestas”.
El pintor destaca que se inspira “en edificios de París y de Oporto”. “Veo fotos y dibujo el edificio. La ambientación la pongo de mi parte”, destaca Enrique Ordóñez.