La Escuela de Flamenco de Melilla ha inaugurado esta tarde el nuevo curso. La presentación ha tenido lugar en la biblioteca del Colegio La Salle ‘El Carmen’ a las 18 horas. Su director, José Heredia, aseguró que empiezan este año con muchas ganas e ilusión.
Este 2023 la Escuela celebra su décimo aniversario y cada año son más los melillenses que se matriculan en ella con ganas de aprender este arte. Heredia se ha mostrado muy contento y satisfecho, pues esto es prueba de cómo el flamenco “se fomenta en la ciudad”.
El rango de edad de los alumnos varía, pero cada curso se interesan más jóvenes. También se matriculan muchos mayores, que tienen el flamenco como una “asignatura pendiente” y ahora tienen la oportunidad de aprender a cantar o tocar la guitarra, por ejemplo.
Este año se han matriculado más de ochenta alumnos en la Escuela de Flamenco y queda gente en lista de espera. Los interesados todavía pueden inscribirse y Heredia anima a que lo hagan, aunque haya lista de espera. Normalmente suelen quedar plazas vacantes durante el primer mes de haber empezado las clases. Es entonces cuando llaman a la gente (en orden de llegada) que está en lista de espera. Aún así, espera que cada año puedan atender a más gente, pues es “el deseo y las ganas”.
La clase más demandada es la de guitarra flamenca, aunque el cante ha ido creciendo poco a poco y ganando adeptos. “Aunque sea con muy pocos alumnos, cada año aumenta y cada vez son más los que están interesados en cantar”, señaló el director. Otra de las clases que aumenta el número de estudiantes cada año es el compás flamenco.
El curso en la Escuela de Flamenco se rige por un año natural. Por este motivo, comienza en enero con el periodo de matriculación y termina en el mes de diciembre con las actividades navideñas. Durante el año se imparten dos horas a la semana en grupo. Los viernes se hacen cuadros flamencos, donde se unen alumnos de guitarra, cajón y cante para hacer “lo que se hace en el flamenco”, es decir, interpretan canciones de forma conjunta.
La Escuela cuenta con tres niveles de aprendizaje: principiante (no tienen contacto y se empieza desde cero), medio (para los que ya saben algo y lo introducen en el palo hondo) y el avanzado (se aprenden los palos acelerados, como las bulerías). “El flamenco es una asignatura que yo creo que nunca termina”, señala Heredia.
Hay alumnos, indica, que llevan apuntados seis años y continúan aprendiendo porque conforme avanza, hay más dificultades. Por eso, el flamenco “es algo interminable” y es fundamental estar cada año trabajando en ello.
Este curso es muy especial, pues la Escuela de Flamenco celebra su décimo aniversario. Para conmemorarlo, el director adelanta que tienen un programa de actividades preparado para homenajear los diez años desde la creación de la Escuela. “Queremos hacer cosas muy bonitas”, dijo.
En especial hay un evento que están preparando para el mes de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional del Flamenco. Para ello están organizando una colaboración en forma de festival entre la Escuela y artistas internacionales. Pero, por el momento, están empezando a darle forma y esperan que todo salga como tienen previsto.
También están organizando el calendario de actividades para este año en los lugares y sitios que normalmente colaboran, como la Residencia de Mayores, Centro de Día, la Gota de Leche o Aulas de Mayores para acercarles el flamenco. Se trata de una labor social “muy bonita”, concluye Heredia.
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