La epopeya del general Margallo

La Comgemel recuerda el sitio que sufrió el Fuerte de Cabrerizas en 1893 en lo que se llamó la ‘Guerra Chica’ donde murió el penúltimo gobernador militar de Melilla. Cerca de 800 personas asisten a la representación en el Tercio.

El Fuerte de Cabrerizas, en el acuartelamiento del Tercio del Gran Capitán de La Legión, sirvió de escenario histórico para representar en vivo uno de los pasajes de la historia de Melilla. Más concretamente el espectáculo se centró en la llamada ‘Guerra Chica’ en la que el Fuerte fue sitiado por las tropas rifeñas y donde murió el penúltimo gobernador militar de Melilla.
Cerca de 800 personas, entre autoridades militares y personal civil, asistieron a una especial representación combinada entre teatro y cine en la que han participado más de un centenar de personas.
El escritor melillense Severiano Gil ha colaborado en esta ocasión en la elaboración del guión de producción y el montaje de toda la obra que ha combinado el cine con el teatro.
“El primer problema al que nos enfrentamos es que, teniendo el escenario, el público se iba a perder lo que ocurrió dentro del Fuerte. Para ello, rodamos todas las escenas que se proyectan en uno de los muros y se sincroniza a la perfección con la representación en vivo”, comentó Gil.

El ‘cineatro’

Para conseguir una puesta en escena fluida ha hecho falta un mes de duros ensayos a pesar de que “los militares estamos acostumbrados a seguir el guión”, ironizó Gil, pero “la verdadera magia del cine, como se suele decir”, dijo, “ha sido contar con todo el material de finales del siglo XIX”.
Uniformes, armamento, munición de salva, banderas, retratos del monarca, caballos, jinetes y hasta un servicio de Enfermería con material sanitario de la época han sido posibles, reconoció Gil, “gracias a la buena gestión y el arrojo del comandante Javier Carracho” como así también de todas las unidades militares de Melilla que han realizado sus aportaciones.
Fue a finales de marzo cuando desde la Comandancia General de Melilla, con César Muro Benayas al frente, “surgió la idea de escenificar un episodio de la historia de Melilla que fuera representable y con el sitio del Fuerte de Cabrerizas ya contábamos con el escenario”.

Anécdotas del rodaje

Como en toda obra y escenificación las anécdotas se suceden casi de continuo. Durante el rodaje de las escenas que transcurren en el interior del fuerte, realizadas la pasada semana en colaboración con los equipos de televisión de Cablemel, no paró de llover.
“Si bien es cierto que algunas de las escenas sí requerían de la lluvia, otras no, y esperamos que esta noche –por ayer– no nos llueva”, confió Gil.
Sin embargo, en una de las secuencias “no hizo falta efectos especiales para simular la lluvia que sí cayó en ese octubre de 1893”, destacó, como es la salida del capitán Picasso para pedir auxilio y refuerzos a la Plaza.
Otro de los detalles con los que cuenta la escenificación de este “cineatro”, como lo calificó Gil, es el papel que jugó la población civil durante el sitio del Fuerte de Cabrerizas, un papel encarnado por dos mujeres “que por aquel entonces iban armadas con fusiles, eran muy guerrilleras”.
Por último, uno de los artífices de esta exitosa representación de anoche adelantó a ‘El Faro’ que durante la escenificación se rodaron las secuencias en directo con la idea de realizar un montaje cinematográfico posterior y editarlo en un DVD sobre ‘El Sitio del Fuerte de Cabrerizas’ como título para tener un recuerdo de este proyecto.

La historia de Melilla llevada al séptimo arte: Octubre de 1893

A finales del siglo XIX Melilla constaba únicamente con el recinto amurallado, un incipiente barrio del Polígono y varios fuertes diseminados por el territorio. Entre ellos se encontraba el Fuerte de Cabrerizas, que fue sitiado en octubre de 1893, quedando aislado completamente y sufriendo bombardeos constantes.
Desde la Plaza desconocían qué estaba ocurriendo allí, por lo que no podían ayudar. Fue entonces cuando el capitán Picasso, en una noche de fuerte tormenta, salió a caballo rumbo a Melilla La Vieja para pedir auxilio y refuerzos.
Logró llegar ileso y conseguir un convoy de apoyo, pero para que la ayuda llegara el Fuerte se vio obligado a ampliar su zona de seguridad en una lucha encarnizada cuerpo a cuerpo con las tropas rifeñas. En esos momentos, el general Margallo reunió a una sección de 30 hombres de Infantería y salió a la cabeza para defender el Fuerte.
La mala suerte quiso que el general recibiera un disparo nada más cruzar el puente. Fue trasladado a la enfermería, donde falleció.
Sin embargo, su heroica acción permitió que el convoy de ayuda consiguiera su objetivo de alcanzar el Fuerte de Cabrerizas. Posteriormente, llegaron más escuadras y unidades expedicionarias que apoyaron su defensa respondiendo a los bombardeos constantes, dando por finalizada lo que se llamó la ‘Guerra Chica’ o la ‘Guerra de Margallo’.