Menos de la mitad de estos inmigrantes, unos 2.000, llegaron saltando la valla. La cifra supera en unas 1.500 personas a la registrada en el 2005, el peor año para la inmigración irregular vivido en la ciudad hasta la fecha
El 2014 ha sido un año complicado para la inmigración en Melilla. La ciudad ha sufrido una presión migratoria sin precedentes. Los números demuestran que se han superado las entradas del 2005, el año de la ‘crisis de la valla’. A pesar de la instalación de nuevas medidas de seguridad en la alambrada la cifra de subsharianos que han logrado rebasarla casi se ha duplicado respecto a 2013. El conflicto de Siria ha provocado también la llegada de decenas de ciudadanos de este país a nuestra ciudad huyendo de la guerra. La legalización de las ‘devoluciones en caliente’ se ha ‘colado’ en el Congreso y las imágenes de decenas de subsaharianos encaramados durante horas sobre la verja para tratar de quedarse en nuestro país han impactado a medio mundo. Sin duda el 2014 ha sido un año marcado por la inmigración irregular en nuestra ciudad y a falta de cuatro días para que concluya, las cifras apuntan que el número de inmigrantes que ha logrado entrar en Melilla superará los 5.000, es decir, el doble que en 2013.
Más presión y menos saltos
Analizando las cifras que ha ido facilitando la Delegación del Gobierno a lo largo de los últimos doce meses se concluye que en este ejercicio han entrado en torno a 2.000 subsaharianos saltando la valla. La cifra casi duplica la del 2013, cuando lo consiguieron 1.047. Este dato visto de forma aislada podría indicar que las medidas de seguridad colocadas a uno y otro lado de la valla no han sido efectivas. Sin embargo, las cifras indican, también, que mientras que el año pasado el número de subsaharianos que trató de saltar la verja fue de poco más de 5.000, este año lo han intentado más de 20.000, es decir, la presión se ha cuadriplicado.
Desde la Delegación han insistido en numerosas ocasiones en que la cooperación de Marruecos ha sido clave para soportar esta elevada presión migratoria. De hecho en las últimas semanas se han registrado varios ‘acercamientos’ de inmigrantes a la alambrada que ni siquiera lograron tocarla gracias a la intervención de las Fuerzas de Seguridad del país vecino. Esto explica que el número de saltos que se ha producido en este 2014 haya sido inferior a los del año anterior, pasando de 92 a unos 70. Los agentes del país vecino, la valla construida en el lado marroquí y la zanja que se ha abierto justo antes de llegar a nuestra valla han dificultado que los subsaharianos pudieran conseguir subirse a la alambrada.
1.000 personas en dos saltos
Cabe señalar, además, en este punto que casi la mitad de los subsaharianos que consiguió entrar en nuestra ciudad a través de la valla lo hizo en sólo dos saltos, el del 18 de marzo y el del 28 de mayo, los más numerosos que se han producido este año. En cada uno de ellos consiguieron su objetivo de entrar en Melilla unas quinientas personas. No se registraban saltos tan numerosos desde la crisis de 2005. Es más, estas entradas superaron las de aquel año y provocaron el ‘colapso’ del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) donde han llegado a residir más de 2.200 personas, parte de ellas en tiendas de campaña instaladas en los patios y en la puerta de entrada del centro.
Al mismo tiempo que han aumentado las entradas por la alambrada se han reducido las llegadas en patera. El año pasado 17 embarcaciones con 249 inmigrantes llegaron a nuestras costas. En este ejercicio la cifra de botes se ha reducido a una decena y el número de subsaharianos que ha llegado a bordo de ellas ha sido de unos 190. En estas cifras no se incluyen, eso sí, las pateras que se acercaron a nuestra costa pero fueron interceptadas por las fuerzas marroquíes y no llegaron a entrar en Melilla.
Entradas por la frontera
El otro punto de entrada de inmigrantes irregulares han sido los puestos fronterizos. El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, reconocía a principios de noviembre en una entrevista concedida a El Faro que el ‘verdadero agujero’ de la inmigración irregular en nuestra ciudad estaba en Beni Enzar y no en la valla. De hecho justificaba que las obras realizadas en el puesto fronterizo para mejorar la seguridad y el aumento del control documental iban encaminadas, precisamente, a paliar esa situación.
Lo cierto es que si se analizan las cifras, se comprueba que realmente han entrado más extranjeros por la frontera que por la alambrada. La guerra en Siria ha tenido una gran incidencia. A partir de agosto del año pasado comienzan a llegar los primeros ciudadanos procedentes de este país. En 2013 se calcula, según los datos facilitados en su día por la Delegación, que entraron en nuestra ciudad en torno a dos centenares de sirios, un dato que se ha multiplicado casi por diez este año. Resulta complicado tener una cifra exacta de los ciudadanos procedentes de Siria que han llegado a Melilla en estos doce meses, pero teniendo en cuenta los números de ocupación del CETI y el montante total de irregulares que han entrado en la ciudad todo apunta a que pueden rondar los 2.000. Al mismo tiempo se ha reducido considerablemente la llegada de argelinos que ha pasado de 400 el año pasado, a en torno un centenar este ejercicio.
Precisamente el aumento de llegada de ciudadanos sirios ha conllevado la puesta en funcionamiento una oficina de asilo en Beni Enzar para promover que estos inmigrantes, que huyen de una guerra, puedan solicitar asilo en estas instalaciones y evitar que sean las mafias las que introduzcan a estas personas en nuestra ciudad cobrándoles hasta 700 euros por una documentación falsa. Por poner un ejemplo que puede servir para ilustrar el volumen de entrada de sirios en estos últimos meses, sólo durante el pasado sábado una treintena de ciudadanos procedentes de este país acudió a la oficina de asilo a pedir protección.
Si se echa la vista un poco más atrás en el tiempo se comprueba que las entradas de inmigrantes se han incrementado de forma considerable en los últimos tres años. En 2011 fueron 1.940 los extranjeros que accedieron a Melilla de forma irregular, la cifra aumentó hasta los 2.186 en 2012. Este año se calcular que han sido unos 5.000, lo que significa que han sido 1.500 más que en 2005.
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