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“La discriminación positiva es esencial cuando partimos de una desigualdad evidente”

DN
Juventudes Socialistas emprende una campaña a nivel nacional para sensibilizar a los chicos y chicas e informarles sobre las primeras manifestaciones de la violencia de género.

Secretario general de Juventudes Socialistas de Madrid, diputado del Congreso desde el 2008 y vocal de la Comisión de Igualdad de la Cámara Alta son algunos de los cargos que ocupa Daniel Méndez Guillén con tan sólo 28 años. Estudiante de Farmacia entró a formar parte del Parlamento de España hace dos años siendo uno de los diputados más jóvenes de esta institución.
El pasado 25 de noviembre Méndez Guillén estuvo presente en la lectura del manifiesto realizada en las puertas del Palacio de la Asamblea de Melilla con motivo del Día contra la Violencia hacia la Mujer. Así, su visita estuvo ligada a la presentación en la ciudad de una campaña que ha emprendido Juventudes Socialistas para concienciar a los jóvenes sobre la violencia machista y para advertir sobre las primeras manifestaciones que se producen en las parejas de entre 16 y 30 años.
– ¿Cuál es su labor como vocal de la Comisión de Igualdad del Congreso y qué trabajo desempeñan los políticos en estos grupos?
– Nuestra labor, como la de otras mesas de trabajo, es trasladar proyectos de Ley que viene del Gobierno como canalizar proposiciones no de Ley iniciativas que necesitan ser mostradas desde la sociedad civil, en concreto relacionadas con la mujer, los jóvenes, igualdad de género, entre otras. La más importante, sin lugar a dudas es la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo de marzo 2010, que supuso un antes y un después en lo que había en legislación sobre este tema. En primer lugar porque una ley habla sobre la educación sexual en los colegios, es decir, incluirlo en los curriculum educativos, y además es una ley por la que se recupera un derecho de la mujer que nunca debería haber perdido, que es decidir cuándo y de qué manera quiere ser madre, donde por primera vez se despenaliza el aborto y se genera un periodo durante el cual una mujer puede decidir si quiere o no continuar con su embarazo. Y en estos momentos estamos a la espera de que entre la Ley de Igualdad de trato que es una ley que va a luchar contra cualquier tipo de discriminación, es decir, va a ser un desarrollo de la Constitución a través de una ley que será el inicio de varias con transcendencia social que se van a realizar en esta legislatura.
–El PSOE puso en marcha una serie de políticas llamadas de ‘discriminación positiva’. ¿Cree que a pesar de las críticas tanto de hombres como de mujeres hacia ellas han sido realmente acertadas?
– La discriminación positiva es esencial cuando partimos de una desigualdad evidente, de una inequidad. Y vemos que funciona cuando el PP lo más que había tenido a lo largo de la historia era un 18 por ciento de mujeres en el Parlamento y en este último periodo de gestiones por la Ley que ya está en marcha se ha elevado a un 36 por ciento. En el PSOE se llevan aplicando las cuotas 40 ó 60 por ciento desde hace muchos años y gracias a ello ahora tenemos muchas dirigentes que de otra forma quizás les hubiera costado más llegar, ya que no podemos olvidar que vivimos en una sociedad muy machista y hay que dar pasos en forma de discriminación positiva. ¿El mejor momento de la discriminación positiva? El día que no hay que utilizar estas políticas, el día que no haga falta legislar a favor de esta discriminación y que no haga falta que un partido político tenga unas cuotas para un determinado sexo. Pero a día de hoy todavía, por desgracia, es necesario. Y estamos viendo además que la visualización de mujeres en altos cargos para el resto es ver que no hay barreras, sino que depende de la capacidad y la formación, y esto es lo que queremos transmitir con la discriminación positiva.
–¿La desaparición del Ministerio de Igualdad frenará las políticas que se han estado emprendiendo en esta dirección a favor de la mujer en España?
- Primero hay que matizar que no hay una desaparición del Ministerio de Igualdad sino que ha habido una integración con el de Sanidad y Política Social, y no va a afectar al compromiso con la igualdad de este Gobierno. Lo que se ha ganado en derechos en estos últimos años como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción para este tipo de matrimonios... deja fuera de toda duda este compromiso. Otra cosa era que fuera importante visibilizar todo eso en una figura ministerial, y así ha sido durante tres años en un Ministerio único y ahora se visibilizará en uno donde también se realizan políticas sociales y de sanidad. Así que no desaparece sino que se integra y las políticas seguirán y se promoverán a través del Injuve o el Instituto de la Mujer.
–¿Cómo es la campaña de Juventudes Socialistas ‘Vamos a acabar con la violencia de género entre los jóvenes’?
– Los objetivos de esta campaña son empezar a concienciar a los jóvenes, a la sociedad en general, de la importancia que tiene luchar contra la violencia de género en los primeros estadios. No podemos esperar a que una persona tenga 30 años para hablarle de lo malo que es la violencia de género. Debemos seguir luchando por asentar valores que se han ido desarrollando en los 30 años de democracia y en estos últimos seis años.  Es una lucha continua y diaria por la igualdad sobre todo con los más jóvenes. De ahí el lema ‘No te quiere, no te dejes’. Lo que no puede ser es que se vuelva a identificar el amor con la posesión, que son dos cosas absolutamente distintas. Es bueno saber a través de una encuesta que el 80 por ciento de los jóvenes están en contra de la violencia de género, pero nos preocupan otras respuestas donde los jóvenes entienden que el sexo forzado se considere algo normal y nos preocupa que pueda llegar a ser permisible este tipo de actuaciones. Si no actuamos con los más jóvenes será complicado que dentro de 20 años se avance en políticas de igualdad.
– ¿Qué tipo de campañas cree que son más eficaces con la gente joven?
– Hay que hablarles con un lenguaje normal y no buscar subterfugios a lo que pasa. Hay que explicarle a un chico de catorce años que no puede pegar o maltratar a su pareja, que no la puede obligar a vestir de una manera determinada. Esto hay que hacerlo del tú a tú en los institutos y asociaciones y también a través de Internet, porque es el medio que más utilizan los jóvenes para informarse, intercambiar opiniones y para estar al día.
–¿Qué mensaje les tiene que llegar?
– A los jóvenes hay que decirles lo que están viendo en la realidad de sus vidas y en los institutos. Hay que decirles que no hay que reirle la gracia a un chiste machista, que no hay que ser seguidista con el que le dice a su pareja cómo tiene que vestir y que tienen el derecho y, sobre todo, el deber de que cuando esto pase, denunciarlo. Para empezar diciéndole a su compañera que no puede ser que permita que la degraden de esa forma y diciéndoselo a quien está increpando a esa mujer, que no van a tolerar esa actitud. Por lo tanto, aislando socialmente al maltratador.  
–Ante declaraciones como que el Ministerio o la Ley de Igualdad no sirven porque este año hay más mujeres víctimas de violencia de género, ¿qué se puede argumentar?
– Yo diría que igual que el año pasado, donde tuvimos el número más bajo de mujeres víctimas de violencia de género desde que se implantó la Ley, y el Ministerio no sacó pecho por eso, sino que indicó que el trabajo estaba dando sus frutos no por el número de víctimas inferior sino por la subida de un 17 por ciento de las denuncias. Además, que hay número de mujeres que ya tienen algún tipo de protección, unas 92.000; por el número de maltratadores que ya llevan algún tipo de seguimiento telemático, que ya son 500; porque existe un organismo específico dentro del sistema del Poder Judicial; por los 107 jugados de violencia de género y más de 300 mixtos; porque ahora en vez de tener 500 componentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ahora hay 2.000 que trabajan específicamente. Es una desgracia y una sola muerte es demasiado y, por supuesto que el objetivo que todos tenemos es que no haya una sola muerte. Se están poniendo los mecanismos tantos sociales, policiales, educativos como jurídicos  para erradicar esta violencia.
–¿Cuál es el papel que tienen los hombres ?
- El papel de los hombres ahora es darse cuenta que vivimos en una sociedad en igualdad y que esta lucha no es cosa de mujeres. Si seguimos pensando que la lucha por la igualdad pasa única y exclusivamente por las mujeres, nos estaremos equivocando. La lucha por la igualdad pasa porque todos lo seamos, que no haya desigualdad de género. No vale de nada que las mujeres se reúnan y digan que están en contra de la violencia de género, no sirve que digan que están en desigualdad si los hombres no están con ellas. Porque esa primera parte ya la hicieron, les costó y lucharon mucho por tener esos derechos. Ahora somos nosotros los que nos tenemos que sumar a esta lucha y son las mujeres las que nos tienen que permitir ir a su lado para entre todos construir la sociedad del futuro.
–Muchas personas critican que la Ley de Igualdad no contemple a aquellos hombres maltratados por mujeres y afirman que esta situación es discriminatoria para ellos.
– En una sociedad patriarcal como es la española escuchar que el hombre es el que está en un plano de inferioridad me parece que, como mínimo, es hacer un análisis corto de vista. El hombre lo que tiene que entender es que si sufre maltrato la ley actuará, pero en el 99 por ciento de los casos la que es maltratada es la mujer es ella la que tiene que sentirse protegida y a quien tenemos que sacar del entramado de la ‘normalidad del maltrato’. No es justo que un hombre diga que están en inferioridad de condiciones frente a una mujer. No es razonable escuchar eso en este país. Lo que sería razonable es que los hombres dijéramos que vamos a apoyar con todas nuestras fuerzas cualquier medida que se haga para eliminar la lacra social de la violencia de género, que nos sentimos avergonzados porque otros hombres utilicen la fuerza física para imponerse a las mujeres y que lo que esperamos es que dentro de poco tiempo esta ley no tenga sentido, porque no hay ni un solo hombre que se atreva a levantar su mano contra una mujer. Los hombres deberían de analizar qué es lo que han vivido en su entorno y si de verdad piensan que era igual para ellos que para las mujeres. Si les gustaría que sus hijas se educaran en el mismo entorno que sus madres o sus parejas. Yo creo que no, que quieren algo más para ellas.

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