Las hermanas de María Inmaculada y la Conferencia Virgen de la Luz aseguran que las peticiones de ayuda se centran ahora en el pago de medicamentos, luz, gafas para los niños y electrodomésticos
Muchos ciudadanos dependen aún de las ayudas de las ONG’s para poder sacar adelante a sus familias. Pero las entidades sociales aseguran que la demanda se ha estabilizado. Ya no hay avalanchas de familias solicitando alimentos en las puertas de las ONG’s, no al menos como hace dos y tres años. Además, esas peticiones de ayuda han cambiado, ya no solicitan productos de primera necesidad, como arroz, pasta, aceite o harina. Ahora demandan que les echen una mano para pagar la factura de unas gafas para los niños o los medicamentos de un familiar que tiene cáncer y que no puede afrontar el pago de los fármacos. Es lo que la hermana Mercedes Moraleda, de la congregación de María Inmaculada, llama “situaciones complejas”. Asevera que se han incrementado estas peticiones, que antes eran puntuales. Sin embargo, ahora son ‘el pan de cada día’ en el centro del Monte María Cristina. También en la Conferencia Virgen de la Luz reciben más peticiones de este tipo y son más numerosas que hace unos años.
Moraleda explica a El Faro que las peticiones de ayuda no se han incrementado este año en el centro respecto al 2014. “Se ha estabilizado”, apunta. No obstante, insiste en que ha cambiado lo que se demanda. Hace dos y tres años, los ciudadanos no paraban de llamar a la puerta del centro solicitando arroz, pasta, aceite o leche. De hecho, las hermanas de María Inmaculada tienen dos grupos de atención: Las 90 familias beneficiaras del Banco de Alimentos y las 70 del programa de ayuda puntual.
La religiosa asegura que esas familias siguen necesitando esos alimentos, pero gracias las aportaciones de las ONG’s, se están cubriendo esas primeras necesidades básicas. Ahora lo que piden los ciudadanos del Monte María Cristina son otras aportaciones que les ayuden a resolver “situaciones más complejas”, pues continúan sin contar con recursos económicos suficientes para cubrir esos gastos, como pañales para bebés.
La directora del Centro María Inmaculada señala que hay enfermos con cáncer que no pueden costearse los medicamentos, niños que no pueden tener unas gafas porque sus familias no tienen recursos económicos para comprarlas o personas que se quedan en la calle y son desahuciadas por no pagar el alquiler. Explica que en estos casos, poco pueden hacer las religiosas del Monte María Cristina porque no tienen suficientes recursos económicos, así que sólo pueden poner estas situaciones en conocimiento de los Servicios Sociales de la Ciudad para echar una mano a esas familias.
Neveras y sanitarios
También en la Conferencia Virgen de la Luz han notado cómo la demanda de peticiones de alimentos se ha estabilizado y a la vez ha visto cómo se han incrementado las solicitudes de ayudas para el pago del alquiler, la luz, la reparación de tuberías de las casas e incluso de algunos electrodomésticos. Esta ONG ha recibido este mes un gran número de peticiones de familias sin recursos para comprar lavadoras y calentadores.
La presidenta de la Conferencia, María del Carmen Chaparro, destaca que la ONG va a intentar comprar también varias neveras para hogares donde no hay este electrodoméstico. Señala que esos ciudadanos cuentan con la ayuda del comedor social o del Banco de Alimentos y por lo tanto, tienen cubierta la alimentación de la familia. Sin embargo, sin frigorífico no podrán conservar los productos que recibirán en los próximos meses. Hasta ahora no necesitaban este electrodoméstico porque no hacía demasiado calor, pero con la llegada del buen tiempo, una nevera es necesaria, más para una familia que tiene que conservar alimentos que tienen que durar más que en otros hogares.
La Conferencia Virgen de la Luz atiende a 950 familias a las que entrega bolsas de productos del Banco de Alimentos que llega a través de la Cruz Roja.
Moraleda y Chaparro resaltan que la prioridad de los melillenses que solicitaban ayudas hace dos o tres años eran los alimentos. En cambio ahora esta parte está cubierta gracias a las ONG’s y las ayudas de Servicios Sociales de la Ciudad, añaden. Sin embargo, señalan que las familias siguen precisando de más ayudas porque no cuentan con recursos suficientes como para afrontar pagos imprevistos. Es el caso de unos melillenses que viven en una casa de alquiler sin contrato. El casero se niega a cambiar nada de ese hogar, ni si quiera el inodoro y el lavabo. Será la Conferencia Virgen de la Luz la que eche una mano a esta familia en la compra de los sanitarios.
Chaparro también indica que hay familias que están saliendo adelante con los planes de empleo y se dan de baja en el Banco de Alimentos. No obstante, siguen necesitando el apoyo de la ONG para la compra de gafas para los niños pequeños o los medicamentos de enfermos mentales.
Asimismo, la presidenta de la Conferencia Virgen de la Luz señala que ha aumentado este mes la demanda de ropa, sobre todo para personas mayores y para los niños. En cuanto al primer colectivo, Chaparro resalta que muchos ancianos cuentan con una pensión que les permite pagar sus gastos fijos de agua y luz, pero no comprar unas zapatillas o ropa ligera para el verano. En cuando a los niños, la ONG recoge ropa y también compra algunas prendas, como las mudas de los más pequeños.
Por último, las dos ONG aseveran que hay alimentos que siempre se demandan por las familias más necesitadas desde hace años, como son la leche, leche de continuación, los potitos y las papillas.
Echar una mano, pero de manera integral
Las hermanas de María Inmaculada no sólo atienden a las familias entregándoles ropa o alimentos. También les ofrecen formación. Mercedes Moraleda, la directora que la congregación tiene en el Monte María Cristina, asegura que la única forma de echar una mano de verdad a estos ciudadanos es ayudarles de una forma integral. Gracias a la ludoteca, atienden a 110 niños a los que ayudan con refuerzo escolar durante las primeras horas de la tarde y luego participan en talleres lúdicos. Además, los padres, a cambio de recibir alimentos, se inscriben en el programa de alfabetización. En la ludoteca hay un grupo de madres por las mañana y hay otro que recibe clases en el centro.
Los fines de semana, las religiosas han diseñado un proyecto para evitar que los menores en situación de riesgo de exclusión estén en la calle. Los viernes por la tarde y los sábados durante todo el día participan en actividades deportivas y en juegos con un grupo de jóvenes voluntarios. El pasado sábado fueron a la playa a jugar.
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