La afirmación que dice: "Todo lo que hay en internet, permanece en internet" es cada vez más cuestionable. Y es que un informe del centro Pew Research Center revela que en solo una década, casi el 40 % de los sitios web han desaparecido, un fenómeno conocido como "decadencia digital".
Esta desaparición de contenido digital tiene múltiples causas, desde fallos en servidores y obsolescencia tecnológica hasta cambios en políticas web y eliminación de contenido. Incluso acciones como borrar tuits o eliminar contenido científico de sitios web gubernamentales contribuyen a esta decadencia.
La pérdida de información en internet tiene consecuencias significativas en la historia, el periodismo y la educación. La desaparición de contenido puede alterar nuestra percepción de eventos recientes y dificultar la recuperación de información pública. Además, la información restante puede quedar descontextualizada o ser incorrecta, afectando la memoria colectiva y el acceso a la información.
Si bien la decadencia digital puede tener un impacto negativo, también puede ser beneficiosa al facilitar el ejercicio del derecho al olvido. Sin embargo, es crucial establecer criterios claros para la conservación y eliminación de datos, evitando que el derecho al olvido se confunda con la desaparición arbitraria de información.
A pesar de ser inevitable que parte de internet desaparezca, existen estrategias para mitigar el problema. Instituciones y empresas deben ser conscientes de la necesidad de preservar sus contenidos, y plataformas como Internet Archive trabajan para conservar el patrimonio digital. Además, es importante evitar depender de plataformas privadas para la publicación de contenido, ya que esto agrava el problema de la decadencia digital.
La clave para combatir la decadencia digital radica en la colaboración entre gobiernos, empresas y la sociedad en su conjunto. Es fundamental tomar conciencia de la importancia de preservar la memoria colectiva en el ámbito digital y garantizar que no se diluya en el olvido.