La crema de la cirujía taurina en ‘La Mezquita del Toreo’

Tengo un compañero y sin embargo amigo en las tareas televisivas, Pepe Oña, que me deja ‘planchao’: “Oye, que tengo un grupo de cirujanos taurinos que quieren visitar la Plaza de Toros de Melilla”.

Levanto el teléfono, se lo digo al presidente de la Asociación Taurina ‘Los Medios’, Román Criado, y casi se desmaya de la emoción.
Cuatro eminencias de la Medina en Melilla. Manos a la obra. Nada de instituciones, nada de congresos organizados. Son cuatro profesionales de la cirujía taurina –alguno jubilado de la cirujía, no de lo taurino– que, en compañía de sus esposas viajan, anualmente, por diferentes motivos a Almería. Y este año se preguntaron: “¿Por qué no pasamos un par de días en Melilla?”. Sacaron sus billetes aéreos y aquí están.
Ya, desde fuera, no se creían lo que estaban viendo. El doctor Vaca, portavoz del grupo, afirmaba: “La vimos desde el avión; desde un avión es fácil ver un ruedo, pero luego, cuando te abren la puerta, te quedas enamorado de la plaza". La Mezquita del Toreo, como bien explicó al grupo Román Criado es un proyecto de seis arquitectos jóvenes destinados a Jaen, que, al final, se quedó en Melilla gracias a los buenos oficios de don Rafael Álvarez Claro, por aquel entonces primer edil de Melilla. Los integrantes del improvisado grupo taurino y turístico, admirablemente bien conducidos por Pepe Oña, visitaron las ‘tripas’ del coso, los bajotendidos, los accesos escarpados del personal de servicio y asistencia, el Patio de Caballos, el Patio de Cuadrillas; todo ello antes de llegar a la arena.
En el tránsito de ‘Cuadrillas’ se encontraron y alabaron el mosaico de azulejos de José Martínez y su esposa, la encantadora Simi Levy, obra que evoca el primer cartel taurino oficial de este maravilloso redondel en cuyos espacios, apretándose un poco, caben más de 9.100 almas entregadas a la Fiesta Nacional, sí Nacional. Luego llegó el gran espejismo, pero real, taurino: el callejón, las gradas, la andanada, el Palco... una de las esposas de los cirujanos confesó: “Pero si parece el presidencial de Las Ventas”. Creo que es bastante mejor, respetada dama.
Los cirujanos taurinos procedentes de Las Ventas –Madrid– Granada y Almería, responsables todos y cada uno de ellos de sus respectivos servicios médicos, destacaron la perfecta conservación y el estado de mantenimiento del coso norteafricano: “Ya quisieran muchas plazas peninsulares de primera categoría gozar de este extraordinario servicio. La plaza es bonita y está perfecta”, afirma sin tapujos el doctor Vaca, procedente de la capital de España. Las señoras estaban en la gloria: “Nos dijeron que Melilla era preciosa pero se han quedado cortos, ésto es el paraíso”. Y es que también han conocido Melilla la Vieja, sus museos, el urbanismo modernista, en fin, que se han pegado una inolvidable paliza que les ha llenado de alta satisfacción.
El mayor exponente de sentirse satisfecho de ser melillense es que ilustres visitantes, como estos cuatro cirujanos taurinos, abran su corazón y te cuenten abiertamente de cuáles y cuántas excelencias puede presumir tu tierra. Estos profesionales de la cirujía taurina, por cuyas manos y bisturías han pasado los mejores toreros de las últimas décadas, y sus esposas se van hoy con olor a romero, a tomillo y, por qué no decirlo, a algún marisquito y alguna pastela que se convierten en perfectas excusas para presumir de haber estado en la vieja Rusadir.
Como dijo el renombrado general americano McArthur a su salida de Filipinas: “Volveré” y volvió.