Con cierta frecuencia hemos leído o escuchado la idea de que la creatividad artística y, en especial, la literaria son los resultados de adiciones a determinados productos alucinógenos y, más concretamente, al alcohol. Es posible que en esta interpretación haya influido la obra satírica El elogio de la locura (1511) escrita por Erasmo de Rotterdam (1466 y 1469) a imitación del autor griego Luciano de Samósata (125-181) cuyas obras de ficción científica valoran irónicamente la locura por ser un estímulo para mejorar las actividades creativas. El filósofo francés Clément Rosset (1939 – 2018), en su libro Principios de sabiduría y de locura (2008), también defiende que los delirios están en el origen de algunas obras que sin ellos no hubiéramos conocido. El hecho comprobado es que algunas obras literarias importantes han sido escritas por autores que sucumbieron al alcoholismo.
En esta obra sobre el alcoholismo Olivia Lain nos cuenta minuciosa y bellamente las conclusiones a las que ella llega tras un viaje por los Estados Unidos en el que analiza las relaciones que se establecen entre las obras escritas por F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Tennessee Williams, John Berryman, John Cleever y Raymon Carver. Detalla los diferentes procesos que siguen cada uno de ellos para hundirse en el abismo de este complejo calvario, derriba una a una las sinrazones con las que a veces se justifica y nos abre las ventanas por las que podemos contemplar el paisaje de una posible rehabilitación. Descubre los procesos que siguieron cada uno de ellos hasta caer en la adicción y cuenta importantes detalles que los escritores detallan en sus relatos o en cartas, memorias y diarios.
Lo más importante de esta obra, a mi juicio, es la claridad, la agudeza y el esmero con el que Olivia Lain cuenta cómo cada uno de estos escritores viven, sufren y cuentan este daño, y cómo, a pesar de él, fueron capaces de crear unas obras literarias importantes. Como ella declara, es “su modo de expresar su fe en la literatura y en su capacidad para cartografiar las regiones más complicadas de la experiencia y del conocimiento humano”.