La clasificación para participar en el torneo del KO premia el compromiso del equipo, a pesar de haber completado una temporada irregular.
En fútbol es muy dado hacer “las cuentas de la lechera”. Lo que pudo ser y no fue. A nadie escapa que a pesar del tétrico comienzo liguero en el que el equipo azulino estuvo varias semanas en lo más hondo de la clasificación, al final ha llegado a tener opciones para acabar en la zona noble y disputar los playoff de ascenso. ¿Qué hubiera pasado si después de la irregular campaña que ha completado el cuadro unionista, hubiera ganado hace dos semanas en Cáceres y el domingo en casa al Sevilla Atlético? La respuesta es muy sencilla: la UD Melilla hubiera dependido de sí misma para certificar su participación en las eliminatorias de ascenso.
Pero la realidad es la que es, y ahora solo queda felicitar al cuerpo técnico unionista y a los jugadores por haber logrado, al menos, el objetivo de la Copa del Rey. Un torneo que puede ser la panacea si el equipo supera al menos dos eliminatorias para poder enfrentarse a uno de los primeros espadas del panorama futbolístico nacional. De lo contrario, la participación en la competición del KO puede ser una auténtica ruina.
Para algunos, la clasificación para la próxima edición de la Copa de S.M. El Rey es un hito que colma las aspiraciones de un equipo confeccionado para otros menesteres. Mientras que para otros, como el que suscribe, la clasificación para el torneo del KO era una obligación.
Una vez cumplido el principal y complicado objetivo de cualquier equipo como es el de la salvación, la UD Melilla tenía mimbres y presupuesto para pelear, como lo ha hecho, hasta el final por acabar en puestos de playoff. Sobre todo en una competición tan igualada como ha sido este año el Grupo IV de la Segunda B, con la participación además de hasta cinco equipos filiales que no juegan el torneo del KO.
Dicho esto, habría que valorar también la profesionalidad que han demostrado los integrantes de la plantilla y del cuerpo técnico de la UD Melilla, quienes a fecha de hoy aún no han cobrado buena parte de sus emolumentos.
Premisas
Habrá tiempo de analizar con más profundidad lo que ha sido la temporada en sí para un equipo que partía con unas premisas no exigidas hasta la fecha por parte de su principal patrocinador. Tiempo habrá de valorar si la participación de los jugadores locales ha sido la esperada, sobre todo la de los más jóvenes, y si de cara a un futuro próximo las directrices van a seguir siendo las mismas o, si como parece, se abrirá en parte la veda.
Lo que sí ha dejado claro el curso es que en la ciudad había y hay mimbres, si no suficientes sí muy válidas para jugar en Segunda División B. Sin las premisas de la Ciudad está claro que jugadores como Sufian, Manolo o Hamin, ya se hubieran perdido para el fútbol a este nivel. Y otros más jóvenes como Pepe, Borja, Braim o Pendu, lo hubieran tenido mucho más difícil para demostrar su valía en la división de bronce del fútbol español.
Se acerca el fin de curso y por tanto el momento de calificar la temporada, de analizar los pros y los contras, y diseñar el próximo proyecto para el que, cabe pensar, los primeros trazos ya están definidos. Tiempo al tiempo.
Al margen de certificar la participación de la Copa del Rey, hecho logrado por la derrota del Real Jaén en casa frente al Cartagena, la UD Melilla afrontaba la jornada con la necesidad de ganar para llegar al cierre de la primera fase del campeonato con opciones de entrar en playoff. Para ello debían acompañar una serie de resultados que al final se dieron, pero la soñada carambola no se completó porque el Melilla falló.
Cádiz, campeón
Con el Cádiz proclamado campeón hace varias fechas, el UCAM Murcia se aseguró el subcampeonato y el Almería B su participación en los playoff de ascenso. Queda por certificar la cuarta plaza, para la que el Villanovense tiene todas las papeletas si el domingo vence en su campo al Betis B, un equipo que ya no se juega nada.
La Balona no fue capaz de aprovechar la derrota del Villanovense en el Ramón de Carranza y afrontará la última jornada con la esperanza de que el filial bético demuestre en el Romero Cuerda el por qué es el segundo mejor equipo visitante del Grupo IV. Aunque en frente tendrá a otro de los equipos que pelea por meterse en liguilla como es el Granada B, equipo que también tendrá un ojo en el feudo extremeño.
Por abajo la cosa sigue que arde, a pesar de que el CD El Palo y el Lucena CF ya sean equipos de Tercera División. La escuadra malagueña tras una buena primera vuelta y la aracelitana inmersa en graves problemas económicos.
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