La comunidad hebrea de Melilla está a punto de dar comienzo a las celebraciones de Januká. Esta festividad comenzará la noche de este jueves, día 7 y se extenderá hasta la noche del próximo viernes, día 15 de diciembre.
El presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Mordejay Guahnich, manifestó que esta es una de las fiestas más alegres del judaísmo. Una festividad donde, dijo, impera la luz.
"La luz representa la iluminación del bien sobre el mal y sobre otros males como el odio o la falta de entendimiento. Tenemos prohibido conmemorar cualquier tipo de muerte", afirmó.
Estas son fechas de socializar para la comunidad hebrea. Los niños reciben los regalos, las casas se decoran y se realizan visitas a casas de familiares para juntarse y encender las velas del janukía. Son los cabezas de familia los encargados de encender las velas, una por día, que van sumando hasta iluminarse todo el candelabro en el último día de Januká. Además, durante la primera media hora del día, las mujeres no desempeñan ninguna labor doméstica.
Las janukías son candelabros específicos de esta fiesta y consta de 9 brazos. Estas velas deben permanecer encendidos en los hogares un mínimo de media hora durante cada día de esta festividad.
El Januká también se traslada a las cocinas, con una gastronomía concreta y un predominio de alimentos fritos en aceite, como los buñuelos o el sufganiot. Este último dulce está muy extendido entre la población hebrea de nuestra ciudad, pese a no ser típico de la comunidad sefardí.
Al contrario que otras celebraciones típicas hebreas, como el Yom Kippur o el Rosh Hashaná, esta festividad no tiene limitación de ningún tipo.
"Januká es momento de socializar, de visitar casas y a los familiares. Es una fiesta muy alegre, de las más alegres de nuestro calendario", manifestó.
El Januká conmemora el milagro del encendido de la menorá durante 8 días seguidos. De acuerdo con el presidente de la Comunidad Israelita de nuestra ciudad, el antiguo rey helenista, Antíoco IV, intentó llevar a cabo un "exterminio cultural y espiritual" del pueblo judío.
En aquel tiempo se obligaba a los judíos a practicar idolatría, un pecado capital en esa religión. Al ver que querían hacer un ritual pagano en el Templo de Jerusalén, se inició una revuelta popular que llevó a que los judíos restaurasen el servicio religioso en el Templo.
Cuando se preparó la menorá para el encendido, tan sólo había una vasija de aceite puro. Se tardaba ocho días en recuperar el aceite porque se necesitaba con la primera gota del aceite de una oliva.
El milagro ocurrió cuando durante ocho días la menorá permaneció encendida con esa única vasija. Justo el tiempo necesario para producir el nuevo suministro de aceite.
A raíz de aquello, se decidió que durante ochos día se encendieran las luces del janukía. Este tradicional candelabro cuenta con ocho velas más una adicional, llamada shamash, que se utiliza para encender a las demás.
La Comunidad Israelita de Melilla reúne cada año a autoridades y representantes de varios colectivos de la ciudad para celebrar el tradicional encendido de las velas.
La Ciudad Autónoma también organizará actividades relacionadas con esta festividad.
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