En 2025 se produce una rara conjunción de festividades religiosas, lo que crea un momento especial para los creyentes de diferentes tradiciones espirituales. Este año coinciden la Navidad, celebrada por los cristianos, el mes de Rayab en el calendario islámico y Januká, la fiesta judía de las luces, en el calendario gregoriano. Esta situación ofrece una oportunidad única para reflexionar sobre el pluralismo y la convivencia religiosa, particularmente en Melilla, ciudad española situada en el norte de África, reconocida por su rica diversidad cultural y espiritual.
Melilla es un ejemplo vivo de convivencia entre diferentes comunidades religiosas y culturales. Cristianos, musulmanes, evangelistas, judíos, hindúes, chinos, gitanos comparten un espacio donde las tradiciones se cruzan y se respetan entre sí. Esta ciudad, con una población de más de 87.000 habitantes, ilustra cómo varias religiones no sólo pueden convivir, sino también celebrar sus fiestas en un espíritu de armonía.
En 2025, esta armonía ha sido especialmente visible, al coincidir la Navidad, Januká y el mes de Rayab, lo que permitió a los melillenses sumergirse en diversas tradiciones en un solo periodo.
La Navidad es una de las fiestas más importantes para los cristianos y marca el nacimiento de Jesucristo. En una ciudad como Melilla, donde los católicos constituyen una parte importante de la población, las calles se iluminan con decoraciones festivas, mientras las iglesias se llenan de fieles que asisten a la misa de medianoche.
Januká, también llamada Fiesta de las Luces, la celebran los judíos durante ocho días. En 2025, esta festividad comienza en una fecha cercana a la Navidad, reforzando el ambiente festivo. En Melilla, donde existe una pequeña y activa comunidad judía, la Menorah se enciende cada noche, como testimonio de perseverancia y fe.
Para los musulmanes, el mes de Rayab, que este año ha coincidido con el año nuevo gregoriano de 2025, es uno de los meses sagrados del Islam. A menudo está marcado por oraciones, meditaciones y actos de caridad. La población musulmana de Melilla, que representa más del 50% de los residentes, contribuye a la atmósfera espiritual de la ciudad a través de reuniones en mezquitas y actividades comunitarias.
La coincidencia de Navidad, el mes de Rayab y Januká en 2025 es un recordatorio de la interconexión humana y la riqueza que las tradiciones religiosas aportan al tejido social. En Melilla, esta convergencia espiritual cobra un significado especial, ofreciendo un ejemplo inspirador de tolerancia y respeto mutuo. En un mundo a menudo dividido por las diferencias, momentos como estos muestran cómo las comunidades pueden unirse para celebrar su diversidad y al mismo tiempo compartir una humanidad común.
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