Ventura apunta que han detectado que hay familias que llevan años viviendo casi en exclusiva de este tipo de prestaciones. Señala que el objetivo es dar a estas personas capacitación profesional
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, anunció ayer que se limitará el tramo máximo de tiempo que una familia puede percibir una ayuda social. Ventura indicó que han detectado que hay muchas personas que llevan años viviendo casi en exclusiva de estas prestaciones y consideró que hay que evitar que esta situación se perpetúe. El consejero aseguró que el tiempo que establecerá será suficiente para que estos ciudadanos puedan conseguir vías que les permitan vivir de forma independiente. El máximo responsable del área de Bienestar Social dijo que este es uno de los puntos que se incluye en el nuevo reglamento que se está elaborando por parte de su Consejería. No obstante, aclaró que aún no se ha fijado exactamente cuál será ese límite temporal. Eso sí, señaló que será el mismo para todas las familias beneficiarias, independientemente de cuál sea la situación de cada una de ellas. “Un empujón” Ventura indicó que el objetivo es que estas ayudas sirvan de “empujón” a estas personas necesitadas para que salgan adelante por sí mismas. Sin embargo, consideró que si terminan viviendo en exclusiva de estas prestaciones, la situación se enquista y no es positivo para los propios receptores. Por otro lado, el consejero de Bienestar Social se refirió a las críticas de Coalición por Melilla (CpM) por su propuesta de que los receptores del IMI tengan que realizar trabajos a la comunidad. Ventura reconoció que tal vez la terminología que utilizó a la hora de definir esta iniciativa no fue la más acertada, pero aclaró que el objetivo es crear itinerarios para que los beneficiarios de esta ayuda adquieran competencias profesionales que les permitan ser independientes. “Lo podemos llamar voluntariado o servicios a la comunidad para que CpM no se moleste”, apostilló el consejero, que defendió que se trata de una iniciativa positiva para los ciudadanos. Hay que recordar que la diputada cepemista Dunia Almansouri dijo el lunes que daba la sensación de que se quería castigar a las personas más necesitadas cuando se hacía referencia a la realización de trabajos a la comunidad. Ventura resaltó el importante esfuerzo que hace la Ciudad para ofrecer ayudas a los melillenses que más lo necesitan y recalcó que, a pesar de la crisis económica, la Administración local ha seguido respondiendo a las demandas de los ciudadanos para evitar en la medida de lo posible que se produzcan situaciones de exclusión. El Gobierno local ha destinado casi 9,6 millones de euros a prestaciones básicas durante 2016 El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, explicó ayer que la Ciudad destinó el año pasado cerca de 9,6 millones de euros al pago de prestaciones básicas. El consejero resaltó el esfuerzo que ha hecho el Ejecutivo local para mantener estas líneas de ayudas. Ventura destacó que sólo en el capítulo de inserción social el dinero destinado por el Gobierno ha pasado de 1,5 millones de euros en 2009 a 5,2 millones de euros el año pasado. Asimismo, Ventura puso el acento en el hecho de que casi la mitad de estas ayudas las perciben inmigrantes que viven en nuestra ciudad en situación regular, lo que a su juicio demuestra el tratamiento igualitario que existe. El consejero precisó que en 2016 un total de 1.015 familias recibieron el IMI (Ingreso Melillense de Integración), lo que supuso una partida de cerca de 3,6 millones de euros. Asimismo, indicó que se destinaron 800.000 euros a ayudas por emergencias sociales para 1.796 ciudadanos. Ventura apuntó asimismo que también se incrementó la atención dentro del programa de alojamiento alternativo, así como en el caso de la asistencia domiciliaria. El consejero explicó que el comedor social repartió unos 344.500 menús en el pasado ejercicio. El máximo responsable del área de Bienestar Social reiteró el gran compromiso de la Ciudad con los más necesitados. Apuntó, asimismo, que gracias a estas líneas de ayudas se consigue que prácticamente no haya nadie en Melilla que duerma en la calle.