La Ciudad pedirá al Gobierno central que inste a Marruecos a acoger a sus menores

El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, aseguró ayer que el motivo de la visita del consejero de Bienestar Social con la Secretaría General de Inmigración, prevista para dentro de unos días, en relación a los menores es el de “decirle otra vez al Gobierno de España que a ver si somos capaces de que Marruecos doble la cintura ya y acepte a sus menores”.

Respondía así el presidente ante los medios durante la presentación de la publicación con motivo del aniversario del Kursaal y en su primera declaración desde que saltara la noticia del fallecimiento de un niño el sábado noche en el puerto intentando alcanzar el barco para salir de Melilla.
Imbroda volvió a hacer hincapié en que el país vecino debe aceptar que son “sus menores” e instó a que se tenga en cuenta el acuerdo firmado sobre este tema “hace más de diez años”. “Que se aplique y retornen (los menas) en las mejores condiciones en las que pueda hacerse”. Uno de los temas que se tratarán en dicha reunión será el de los plazos para la documentación, porque “está provocando un efecto llamada”, dijo.

Una desgracia
Sobre la noticia del fallecimiento de un joven intentanto huír de Melilla por el puerto, el presidente autonómico afirmó que se trata de un “accidente muy desgraciado”. Es más, indicó que este hecho supone “una consecuencia de lo que está pasando”. “Hay muchos menores que vienen y no se pueden controlar a todos porque es imposible”, añadió al respecto.
Imbroda recordó que no es ningún secreto saber que hay “un grupo de menores que no quieren estar integrados en la sociedad”, entonces, justificó que llegan para escaparse en barco e “ir a la península”. Este es el motivo por el que, según él, están “merodeando siempre por la escollera”.
Al mismo tiempo, aclaró que la Guardia Civil, la Policía y los agentes portuarios “están danto batidas para que esto no ocurra”, pero “es imposible” controlarlos a todos “estando en las condiciones que estamos”, añadió. Por otro lado, alabó la noticia de que dos menores que intentaron la misma técnica de huída se pudieron salvar “afortunadamente” y aseguró que espera “no ocurra más”.

Difícil control
El presidente de Melilla reconoció que “es difícil controlar” a los menas que no quieren quedarse en el centro de La Purísima. “No podemos encerrar a los menores, está prohibido”, justificó. En este sentido, explicó que desde este centro se les ofrece ocupaciones, alternativas de empleo, formación, posibilidad de practicar deporte, ocio, entre otros, “que es lo que se hace en este lugary estar con ellos”.
Según Imbroda “no está favoreciendo nada” el hecho de que haya en la ciudad cientos de estos menores provenientes de Marruecos. “Se ha producido un efecto llamada con esto de la documentación”, indicó, para posteriormente realizar un “reagrupamiento familiar”.
Por último, destacó que se trata de una minoría, porque este grupo de menas “no es el mayoritario, es pequeño”. “Vienen a lo que vienen, a escaparse y no quieren estar aquí, así que pasan las cosas que pasan, afortunadamente, muy pocas”, insistió. En contraposición, aseguró mostrar “alegría” cuando ve a algunos de estos menores integrados en la sociedad, porque “aprovecharon estar aquí”.

Muere otro menor intentando llegar a un barco

Un menor extranjero no acompañado (mena) falleció en la noche del pasado sábado alrededor de las 21:15 horas tras su intento de huir de Melilla hacia Málaga. Este joven se lanzó al mar junto a otros dos más con la intención de alcanzar el barco de Transmediterránea que salía desde el puerto en dirección a la capital costasoleña. Fue la llamada de un particular a la Guardia Civil lo que activó la alarma para que ésta reaccionara rápidamente enviando al Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS). Unos minutos después de esta llamada, rescataron a dos de los menores que saltaron al mar, pero sin suerte en la tarea de rescate del tercero, que fue hallado 40 minutos más tarde en el fondo marino fallecido por ahogamiento. El menor tenía entre 15 y 17 años y presentaba rasgos magrebíes, al igual que los otros dos jóvenes que tuvieron la suerte de ser rescatados por la Guardia Civil.