La decisión del Gobierno de que la asignatura de Religión (católica o islámica) ya no vaya a ser computable como el resto a efectos de expediente o de solicitar una beca no parece contentar en Melilla ni a la comunidad cristiana ni a la comunidad musulmana. Representantes de la Comisión Islámica de Melilla (CIM) y de la Diócesis de Málaga (de la que depende Melilla) se han mostrado contrarios a esta medida recogida en la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE).
La citada normativa se comenzará a implantar a partir de septiembre en los cursos impares y contempla, entre otros aspectos destacados y que han provocado cierta controversia, el mantenimiento de la materia de Religión pero sin ningún tipo de peso específico por ejemplo a la hora de hacer una media.
Tanto desde la comunidad cristiana como desde la comunidad musulmana creen necesario que la religión siga estando presente como hasta ahora. Así, no entienden que si se imparte una asignatura y se evalúa, luego no cuente en ningún sitio como las demás.
Trabajo y recompensa
Carmen Velasco, delegada diocesana de Enseñanza de la diócesis de Málaga (de la que depende Melilla), califica esta decisión como “un retraso y una incoherencia”. “El alumno se apunta a una asignatura que es voluntaria para ellos pero obligatoria para los centros.
Y eso es muy importante: todos los centros tienen que ofertar la Religión. Y lo normal es que un alumno estudie, aprenda, se esfuerce y eso tenga su recompensa y eso luego cuente. Lo que no tiene sentido es que dé igual lo que hagas porque total no va a servir para nada. Además, es un concepto de la religión que es un poco anacrónico: la clase de Religión no es catequesis.
La clase de Religión tiene unos contenidos, tiene unos objetivos, unos criterios de evaluación, unas competencias básicas… pues es que eso hay que recogerlo y hay que trabajarlo con los chavales. Ese trabajo merece una recompensa”, resalta.
“Yo creo que en el Ministerio lo tienen claro. Pero otra cosa es que luego la ideología pase por encima del sentido común. La educación integral supone que los niños desarrollan todas las capacidades, todas las inteligencias que la persona tiene, para que la educación sea integral.
Y allí hay una inteligencia espiritual o una inteligencia emocional, entre otras. Desde ahí, no debe haber ningún tipo de planteamiento ideológico, porque a lo que deberíamos ir los adultos es a que nuestros chicos y chicas estén formados lo más completamente posible. Independientemente del tipo de centro o del tipo de titularidad, porque ningún niño tiene la culpa de lo que elige su padre.
Y todos los padres quieren lo mejor para sus hijos. Pero yo creo que no hay ni que castigar a unos porque eligen Religión ni castigar a otros porque no la eligen. Tiene que ser un planteamiento con la normalidad que se da en el resto de países de nuestro entorno”, afirma.
No solo formación humana
Planteamientos parecidos son los que se esgrimen desde la comunidad musulmana. Su representante legal, Abdeluab Mehamed Maanan, indica: “La educación tiene que valorar al hombre íntegramente, en su parte moral y en su parte lectiva o disciplinaria.
En suma, nosotros, desde nuestra conciencia y desde nuestras convicciones, pensamos que la religión debe ser un elemento más a la hora de ser valorado. Porque hablamos de formación. Una formación digamos que extensa, de la persona dentro del panorama social.
Una formación humana que solo valore los conceptos de unas disciplinas determinadas y que no ponga un énfasis a la hora de valorar esa parte de la creencia religiosa como factor humanista, yo creo que sería defectuoso. Por ello, la formación pública debería valorar de alguna manera los conocimientos morales y espirituales y al mismo tiempo sociales que se enmarcan o emanan de la propia enseñanza de la condición religiosa”.
La religión, en casa
Joan Casares, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FEAPA) de Melilla y miembro de la directiva nacional de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), considera que lo ideal es que no se imparta religión en los colegios.
“Nuestra entidad es laica. Entendemos que la religión, siendo importante en la vida, tiene que estar en casa de cada uno y en su manera de vivir. Entonces no entendemos que se dé religión, que exista la materia de Religión dentro del sistema educativo. Lógicamente respetamos todo y eso no quiere decir que a título individual muchas personas de la FAMPA o de la CEAPA puedan ser de una religión o de otra.
Nos gustaría que todo lo relacionado con la educación estuviera fuera del colegio, fuera de la educación”. En este sentido, afirma que en el caso de que sí que se imparta religión, “es mejor que no sea computable”.