Durante el fin de semana del 21 al 23 de marzo, la ciudad autónoma de Melilla se ha visto afectada por la borrasca "Martinho", que ha traído consigo condiciones meteorológicas adversas, especialmente en lo que respecta al viento y fenómenos costeros. A pesar de las previsiones de viento fuerte y olas de gran tamaño, los Bomberos de Melilla no han tenido que hacer frente a incidentes relacionados con el temporal. Sin embargo, su intervención ha sido necesaria en una serie de eventos que no tuvieron relación directa con las condiciones meteorológicas, pero que igualmente han requerido atención.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió un boletín de fenómenos adversos para la ciudad de Melilla el 22 de marzo, que alertaba sobre el riesgo de fenómenos costeros. Según el boletín emitido a las 10:39 de la mañana, la alerta amarilla indicaba la presencia de viento de poniente, con ráfagas de entre 50 y 60 km/h (fuerza 7) y olas que podrían alcanzar los 3 metros de altura. El fenómeno comenzó a las 21:00 horas del 22 de marzo y la probabilidad de que se materializara alcanzaba entre un 40% y un 70%. La alerta continuó hasta las 04:00 horas del 23 de marzo.
La alerta amarilla se va a repetir hoy, 23 de marzo, desde las 15:00 horas hasta la medianoche del día 24 con la misma intensidad de viento y tamaño de olas. A pesar de las previsiones de alerta amarilla, de momento las condiciones meteorológicas no han causado incidencias en Melilla y los Bomberos no han tenido que intervenir en casos relacionados con el viento o las olas.
A pesar de la inestabilidad del tiempo, los Bomberos de Melilla se han enfrentado a una serie de intervenciones que no han estado relacionadas con el temporal, pero que han requerido de su actuación para evitar consecuencias mayores.
El viernes 21 de marzo, los bomberos acudieron a un incidente en la calle Gran Capitán, donde se produjo la caída de un cascote desde un edificio en mal estado. El inmueble, que estaba deshabitado, presentaba un peligro para los transeúntes, por lo que se procedió a acordonar la zona para evitar cualquier posible accidente. Esta intervención se llevó a cabo sin que se registraran heridos, pero la precaución fue esencial para asegurar la seguridad en la vía pública.
También el 21 de marzo, se registró una fuga de agua en un inmueble de la ciudad, por lo que los bomberos tuvieron que intervenir para cerrar las llaves de paso de la vivienda afectada y evitar que la rotura causara daños mayores. Al día siguiente, el sábado 22 de marzo, se produjo otra fuga de agua en la calle General Pareja, que también requirió atención para minimizar los riesgos y garantizar la seguridad de los residentes.
En la noche del 22 de marzo, los bomberos tuvieron que hacer frente a varios incendios. Uno de los más graves ocurrió en la carretera del Polvorín, donde se produjo un incendio relacionado con gas rojo. La intervención fue fundamental para evitar que el incendio causara un daño mayor, ya que los incendios de este tipo pueden ser extremadamente peligrosos si no se controlan rápidamente.
Esa madrugada también tuvieron que intervenir en un incendio en la vía pública, en la calle Méjico, donde se registró el incendio de un colchón, que aparentemente había sido arrojado cerca de un contenedor de basura. Los bomberos sofocaron rápidamente las llamas, evitando que el fuego se extendiera a los contenedores cercanos, lo que podría haber provocado una emergencia de mayores dimensiones.
Poco después, los bomberos recibieron otro aviso, esta vez por un conato de incendio en un vehículo en la calle Marqués de Montemar. Al llegar al lugar, el fuego ya se había extinguido, lo que significó que la intervención fue mínima, sin causar daños importantes.
Además, a las 23:10 horas del mismo día, los bomberos acudieron a la calle Capitán Cossío, donde un incendio de basura estaba poniendo en riesgo la zona. Este tipo de incendios, aunque de menor escala, son frecuentes debido a la acumulación de residuos y deben ser atendidos rápidamente para evitar la propagación del fuego.
Por otro lado, hoy, domingo 23 de marzo, a las 10:00 horas, los bomberos han respondido a un incendio en una casa abandonada en la calle García Cabrelles. Las viviendas deshabitadas son un punto vulnerable para este tipo de incendios, ya que la acumulación de basura o el vandalismo pueden desencadenar situaciones peligrosas. Afortunadamente, la intervención ha sido rápida y no se han registrado daños personales.
Poco después del incendio en la casa abandonada, los bomberos han acudido a otro incidente en la avenida Cándido Lobera, donde un cableado eléctrico había caído a la vía pública. Este tipo de situaciones puede ser extremadamente peligroso, ya que la caída de cables eléctricos representa un riesgo tanto para los transeúntes como para los vehículos que circulan por la zona. Los bomberos han trabajado para asegurar el área y evitar posibles electrocuciones.
A pesar de las previsiones de alerta amarilla por fenómenos costeros emitidas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Melilla ha experimentado un fin de semana relativamente tranquilo en cuanto a emergencias meteorológicas se refiere. Las intervenciones de los Bomberos de Melilla fueron mayoritariamente relacionadas con incendios menores, fugas de agua y caída de cascotes, sin que se registraran incidentes provocados por el viento o las olas.
La intervención constante de los Bomberos demuestra que la prevención y la respuesta inmediata son clave para minimizar los riesgos en cualquier situación.
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