El presidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Ángel Quevedo, ha confirmado a El Faro que se van a reordenar todos los atraques en la Dársena pesquera en previsión de que allí estarán los barcos locales, de un pequeño tamaño, de hasta 12 metros de eslora.
Quevedo ha explicado que, en la actualidad, hay una lámina de agua de sobra para que maniobren los barcos, ya que antiguamente estaba destinada a los barcos pesqueros, que necesitaban mucho más espacio para maniobrar que los pequeños barcos de recreo. Lo que sucede es que estos barcos de recreo sí necesitan de un mayor número de atraques, sobre todo pantalanes flotantes, “más cómodos”, porque su altura es mucho menor que la de los muelles normales y son más aptos para barcos de poco tonelaje. En este punto, el director de la Autoridad Portuaria ha citado como ejemplo el muelle Virgen del Carmen, que es demasiado alto, con lo que, para subir a él, un pequeño barco de recreo necesita utilizar escalas verticales.
En definitiva, lo que va a hacer la Autoridad Portuaria con este proyecto es reordenar todos los atraques y aumentar el número de los existentes. Actualmente hay alrededor de 200 sumando los del Club Marítimo, cuya distribución también se va a modificar, y se espera que se gane espacio para unos 40 ó 50 más.
Después de esto, aún sobrará un espacio al norte, más cerca de La Pérgola y de las murallas de Melilla la Vieja, que es lo que se convertirá en una plaza pública de 3.000 metros cuadrados. La intención de la Autoridad Portuaria con esta iniciativa, uno de sus “proyectos estrella”, según desveló Quevedo, es “unir el Puerto y la ciudad a partir de una plaza pública con gran valor visual”, rodeada de las murallas, el mar y la Estación Marítima. Además, con ello se consigue acortar el paso a los viajeros hasta la Plaza de España y el centro de Melilla.
Quevedo ha recordado que también se concederán diversos espacios comerciales en la zona que ya están en licitación y cuyo plazo de presentación de ofertas concluye el próximo día 30 de octubre. Aparte de la rehabilitación y reapertura del restaurante La Pérgola, también está prevista la construcción de tres pequeños edificios en planta baja, de 128 metros cuadrados cada uno, separados entre sí para no perder la visión del mar desde la Avenida General Macías. Incluso se plantea la construcción de un cuarto edificio algo más grande, de unos 150 metros cuadrados. Allí habrá una zona comercial y de ocio destinada a distintos usos para los ciudadanos.
También se está planteando la posibilidad de sacar a concurso otra concesión para que sea una empresa privada la que gestione todos estos atraques de la Dársena y que no lo haga la Autoridad Portuaria, porque, tal como ha remarcado Quevedo, no es lo habitual en España, donde lo normal es que se haga a través de concesionarios, por lo que el caso de Melilla es excepcional en el sentido de que es prácticamente el único lugar donde lo gestiona la Autoridad Portuaria. Esto es algo que se acometerá después de todo lo anterior, cuando ya estén hechos los nuevos muelles y estén disponibles.
Aunque los primeros pantalanes flotantes llegarán en noviembre y, según Quevedo, a final de año ya se notará “un cierto cambio en la zona”, el proyecto completo es más largo y consta de, al menos, cinco fases que estarán terminadas, en principio, en 2026, con el nuevo muelle y la plaza.
Sin embargo, ya desde noviembre y durante todo el año que viene se irán percibiendo los cambios en la zona porque habrá cosas acabadas. Por ejemplo, todo lo que son los pantalanes estarán terminados a principios de 2025 y, durante el primer semestre del año que viene, se demolerán los pantalanes antiguos de hormigón, actualmente en ruinas.
El coste total de este proyecto se sitúa en unos 4,9 millones, destinados no solamente a esta nueva ordenación, sino también a refuerzos y rehabilitaciones. Tal es el caso, por ejemplo, del muelle Virgen del Carmen, donde se invertirán 700.000 euros.
El presidente de la Autoridad Portuaria asegura que hay muchos otros en los que están trabajando actualmente, como el nuevo muelle de esloras –también conocido como muelle de cruceros- y la reordenación que conllevará de la Marina Seca y del puerto deportivo.
Además, se está pendiente en la remodelación de la antigua zona de los contenedores, dado que el tráfico ha bajado desde el cierre de la aduana en el año 2018. La intención de la Autoridad Portuaria es conseguir que toda esa zona donde antiguamente estaban los contenedores, sujeta a un régimen aduanero, salga de ese régimen aduanero y pueda ser utilizada por las empresas melillenses.
En conclusión, Quevedo considera que todos estos proyectos supondrán grandes cambios para la zona, casi como un antes y un después.
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